Crítica: Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar

Los amantes pasajeros es la película número diecinueve de Pedro Almodóvar. Si consideramos Kika una comedia (si no sería Mujeres al borde de un ataque de nervios del 88), el director manchego no trataba este género desde el año 1993, es decir que hace exactamente 20 años.

Desde entonces se ha ganado una merecida reputación como director de dramas muy personales, muy al límite de la credibilidad y del precipicio pero sin duda, sea o no Almodóvar de nuestro agrado, muy importantes dentro del cine contemporáneo. El mismo director, ante la recurrente pregunta de la prensa del porqué había abandonado hacía tanto la comedia, decía que esperaba conseguir el guión ideal para la vuelta al género. Vista Los amantes pasajeros es obvio que el guión de la misma es bastante mediocre, siendo  algo generosos, así que se me antoja (y pensando que la anterior comedia fue Kika) que quizás el director manchego no está del todo dotado para el género y que Mujeres al borde de un ataque de nervios es una película que funciona por diversos motivos que pueden tener más que ver con una aislada inspiración, una especial estilización conversora de ciertos aspectos más propios del drama y sin duda, una ubicación temporal, la de los finales de los ochenta, que hace de Mujeres una película compendio que ciertas estéticas y filosofías que morirían al iniciarse la década de los noventa.

Perdida la inocencia y el desparpajo ochentero, sin posibilidades de provocar ya con temáticas sexuales y de adicciones varias como lo hacía antaño, Almodóvar hace un amago de jugar con la crisis actual, económica y de valores, para sacar jugo a un film que supongo, él mismo es consciente que puede ser un naufragio absoluto. Pero el supuesto guión crítico se queda en una primera fase, no solo demasiado obvia sino demasiado superficial. Porque no nos engañemos, más allá de crisis y homenajes y metáforas de parvulitos a Almodóvar lo que más le interesa es hablar de comer pollas y de drogas y de otras tendencias algo chavacanas, marca de la casa. Y cuidado, me parece perfecto que ésos sean sus objetivos y su intención, en una cinta que seguro él mismo considera menor, caprichosa e idónea para soltar toda la pluma que en sus últimas películas ha tenido agazapada entre las comisuras de sus potentes dramas. El problema es que con alguna que otra excepción, el guión carece de gracia. No solo de empaque y de perfección, que es obvio, sino casi siempre de gracia. Y éso me cuesta más de perdonar al cineasta manchego.

Porque yo, que soy fan de Almodóvar, espero sentir que su cine me sacude. Y no me importa que en su eterno pasear por esa delgada linea que separa la genialidad de la ridiculez en algunos casos caiga en lo segundo, si cierta sublimidad me ha impregnado en alguno de sus pasajes.  Pero la indiferencia ante el visionado de uno de sus films, éso sí que me causa una enorme decepción. Y Los amantes pasajeros me ha interesado poco, me ha hecho reír poco y la he visto con cierto piloto automático, el mismo que considero Almodóvar ha terminado por usar para confeccionar un film que estoy seguro que él mismo sabía que no le estaba quedando nada bien.

Pese a toda esa decepción de fan, la película me parece que se deja ver por un par de destellos de humor grueso efectivo, un reparto sin duda inspirado y alguna de las historias que el guión nos cuenta, cargada de cierta verdad y que sin duda no son las de los tres azafatos, que en su zafiedad y caricatura no pretenden ningún atisbo de verdad. Como cinta menor muy de dejarse llevar sin más reflexión que un par de risas la película del último Almodóvar puede merecer un aprobado justo (que he dudado si darle), como comedia petarda es floja y como cinta de Almodóvar de lo peor de su filmografía. Yo creo que es recomendable para fans completistas y para amantes de cierto humor grueso, cañí y sexual. Poquito más. Sin duda esperaremos su película veinte, que seguro será un drama, a ver si emerge de la mediocridad en la que, si no va con cuidado, se podría estar instalando.