viernes, 24 de octubre de 2014

Sitges 2014 en tweets

Para terminar la cobertura y una vez he comentadas en el blog todas las películas que he visto durante la presente edición, retrocedemos hasta los días en que estábamos in situ, para recopilar los tweets que durante el festival nos sirvieron para comentar lo que allí pasaba. La inmediatez. Lo más cercano a la verdad. Visto todo junto impresiona...





























































































































































miércoles, 22 de octubre de 2014

Crónica del Festical de Sitges 2014 (4): Asia

Finalmente, en esta cuarta crónica de Sitges 2014, vamos a comentar los 15 títulos asiáticos que vi durante los 9 días de Festival, como en el resto de secciones, un poco de todo, aunque quizás entre lo asiático hay bastantes más cosas muy recomendables o razonablemente recomendables. Y algún rollete sí. Vamos pues.

La mejor de largo y otra muy recomendable.

Dentro de los muy recomendables y terminando en mi top-1 del festival, la última joya animada del estudio Ghibli. Una vez retirado Miyazaki el menos prolífico y co-fundador y también jefe de la compañía, Isao Takahata, nos brinda la que es en mi opinión su mejor película con diferencia, La princesa Kaguya, una delicada y poética cinta basada en un cuento popular japonés, de trazo sugerente y muy difuso, casi sin márgenes en la pantalla, que utiliza esa historia tradicional para hablarnos de esencias con estilo pausado e imaginativo, muy poético. La cinta resultante pese a unos inicios algo dubitativos se convierte en una verdadera explosión de imágenes, de sentimientos, de tradiciones culturales, de sentimientos ocultos y otros de emergentes. Y cada fotograma respira belleza, delicadeza, vida. Una auténtica maravilla,

También muy recomendable la última película del últimamente algo perdido Kiyoshi Kurosawa, Seventh Code. El veterano director japonés da una vuelta de tuerca a su estilo mutando hacia juguetón. No hay nada de terror, menos del último y muy discreto cine comercial al que nos tenía acostumbrados y poco de sus dramas más concienzudos. Nos ofrece una historia partido en dos segmentos de duración desigual. En la primera llama la atención la fragilidad de lo narrado, lo caprichoso del relato, casi incoherente, sin explicaciones lógicas. Una soledad, una búsqueda, unos motivos que desconocemos, un entorno hostil. La segunda muta de juguetona a juguetona al cubo y surge el cine de género y el capricho total. Sé de gente que no está de acuerdo con una de las dos partes, pero no se ponen de acuerdo con cuál. Porque Kurosawa se siente libre y hace lo que le apetece, como hacía en sus dramas de terror minimalistas de espaldas al espectador. Y eso suele tener sus riesgos. Una película diferente, divertida, loca y muy reivindicable, no apta para todos, claro.

Dentro del grupo de bastante recomendables sin llegar al nivelde las dos películas precedentes voy a englobar 5 películas: The pinkie, Firestorm, Fish&Cat, R100 y Backwater.

The pinkie es una locura bizarra, de humor grueso y ritmo frenético de una directora joven, novel y descarada que claro, en primer lugar realiza una película no al gusto de todos, obvio y en segundo lugar es una cinta muy imperfecta e irregular. Pero asumido éso, el delirio es muy apetecible, muy divertido, está muy bien rodado y sobre todo supone cierto aire fresco, a medio camino de ese cine trash japonés tan mal hecho pero con tantos seguidores y el cine más comercial y más políticamente correcto que suelen suponer sus comedias.

Firestorm es una cinta de acción de Hong Kong que tiene como mayor baza su grandilocuencia. Todo es tan a lo grande que a veces parece una parodia, o una especie de esperpento del cine de acción del país. Pero yo creo que en el fondo se toma en serio, es la formas que se tiene por allí de entender el cine, cuánto más de todo, mejor, y una vez nos desacomplejamos de nuestra coherencia y contención, se puede disfrutar la película como lo que es, un divertimento excesivo, adrenalítico y espectacular con secuencias de dejarte boquiabierto y otras muy salvajes.

Fish&Cat es una de las películas más exigentes de Sitges 2014. Es una cinta iraní de más de dos horas y un absoluto experimento. En un solo plano secuencia se nos ofrecen durante una tediosa hora y pico, conversaciones banales entre varios personajes que se reúnen para pasar un fin de semana alrededor de un lago y que sabemos, están bajo la amenaza de dos asesinos extraños que poseen un restaurante dónde cocinan carne humana. Pero el tema terror se obvia y la cinta se dedica a vagar dentro de su plano secuencia y de su banalidad. Pero en el tramo final ocurren dos cosas, aparece cierta inquietud y sobre todo, aparece algo a nivel estilístico y conceptual que lo cambia todo, lo justifica todo y te abre un montón de preguntas e inquietudes. ¿Ha merecido la pena esperar? Dependerá de lo que te haya gustado este giro y de lo que te hayas aburrido al principio. En mi opinión sí. Me aburrí más en otras películas insulsas.

R100 es la nueva locura de Hitoshi Matsumoto. Como todo su cine grandes fans y defensores incondicionales y también encolerizados detractores. En realidad no creo que haya para ninguno de los dos extremos. En gran medida porque R100 es una gran broma y hay que tomarla como tal y por lo tanto una broma o tiene gracia o no la tiene pero elevarla a excelsa o rebajarla a infecta me parece a todas luces excesivo. En mi opinión la locura empieza muy divertida y curiosa, cn un hombre gris y un centro de sadomaso qmisterioso que viene a alegrarle y a poner emoción en su vida. Pero pronto el hombre gris se da cuenta que quizás pretende ser gris. Y su agobio se mezcla con otra paranoia metafílmica obvia que tiende a hacerlo todo más marciano. A mí me gustó, pero como por otra parte creo que es normal dada la propuesta fílmica de broma, en su tramo final no colmó mis expectativas. Pese a todo muy curiosa. Para fans y juguetones.


Y para terminar con este grupo, en Seven Chances se pudo ver Backwater, la nueva película del japonés Shinji Aoyama, que tiene en su haber una cinta, Eureka, reivindicada por muchos y que tengo pendiente de visionar. La cinta que nos ocupa es algo sensacionalista e irregular pero también tiene pasajes hermosos y una fuerte carga de nihilismo que recorre la película, pero también de esperanza. Con paisajes tan grises como efectivos, con la gracia de saber trasmitir cierta belleza en un innegable entorno feo, con traumas, con neuras, con violencias intrínsecas y con dolor, Backwater es algo fallida, pero tiene suficientes aciertos como para seguir indagando en la obra de este director del que hasta ahora no había visto nada.

Ahora otro grupo de 5 películas. Las regulares, las aprobadas por lo pelos o las aprobadas que han resultado una decepción.

Un par de decepciones muy obvias. Una One on one, la última película de Kim Ki-duk, algo perdido en sus locuras. En esta ocasión, dentro de esa etapa depre que ha dado títulos excelentes y radicales, se apoya demasiado en el panfleto y en una violencia obvia. Demasiado discursiva, mucho más controlada de lo que en él suele ser habitual, con violencia extrema pero de manual y con demasiada sensación de dejà vu, la cinta del coreana no es tan mal ni mucho menos lo ridícula que muchos han querido denunciar, pero es cierto que es fallida, ni funciona como locura extrema y radical, como vómito, no como cinta más o menos convencional sobre la violencia y la venganza.

Otra enorme decepción es The world of Kanako, pese a que gracias al tono pop y al brutal y hiper excesivo y adrenalítico montaje por algunos minutos me pareció de lo más grande que estaba viendo en Sitges. Pero ya se sabe que las cosas duran hasta que se caen. Y la nueva película de Tetsuya Nakashima se cae por agobio de ese montaje tan exigente, sobre todo cuando la trama deja de acompañar y lo que parecía una sugerente historia de amores y soledades estudiantiles con fondo oscuro se convierte en un desfase mafioso y de sexo y drogas sin sentido y muy loco. Entonces, la locura de fondo y forma me sobrepasa, me agota y cuando aún queda mucha película me doy cuenta que ya nada me interesa, que me aburro y que ese montaje mareante, hasta que todo termine, se va a convertir en una pesadilla.

También supuso una decepción la co-producción entre EEUU e Irán, A girls walks home alone at night, en este caso no porque la expectativa de su directora estuviese alta por algún trabajo anterior, ya que se trata de una ópera prima, si no porque el trailer nos había hecho emocionarnos y el punto de partida parecía de lo más sugerente. Pero todo quedo en casi nada. Un poco de cierto gusto por una estética cuidada y ese blanco y negro sugerente se agotan en una historia con exceso de ego, dispersa, que no va a ningún lado, caprichosa y que pretende más ser un reflejo de lo guay y cool que es la directora, que nada con cara y ojos para que puede disfrutar un espectador exigente. Si se encauza quien sabe si en el futuro nos puede dar alguna alegría, hay ideas y hallazgos chulos, pero demasiado pocos para tanta tontería en su conjunto. 

De Hwayi: a mosnter boy lo mejor y peor que se puede decir es que es correcta. Si os he de ser sincero en estos momentos, varios días después de verla, muy poco recuerdo de la cinta en cuestión y ese olvido, sin duda solo puede ser debido a que la mediocridad de su conjunto no ha pervivido a tantas pelis en mi memoria. La cinta de niño secuestrado y criado por varios mafiosos hasta que decide vengarse de ellos funciona más en su inicio cruel y ambiguo que en su parte final de venganza desatada demasiado previsible. Si te van las locuras coreanas de segunda, quizás puedas pasar un buen rato, antes de olvidarla.

Y algo parecido ocurre con No tears for the dead, un nuevo ejemplo de que el thriller coreano debe de reinventarse porque está hace años de bajada. En este caso, al contrario de lo que ha ocurrido en la mayoría de películas del festival, lo mejor es el tramo final de acción bien trabajada y algo payasa, como se espera de una producción así. El mientras hasta el desenlace demasiado sosillo y algo lioso. Para un rato muy tonto con poca exigencia se puede ver.

Finalmente tres cintas de las que es mejor huir.

La primera con matices, pues La venganza de Satán, editada en España por Trash-o-rama, ya se va a ver con esa intención, que sea algo mala. Pese a ello es tan mala que sorprende. Incluso es difícil que te arranque una sonrisa. Es una serie Z sin gusto ni lógica que cuesta creer que se haga o tenga su público. Si quieres descubrir trash del bueno sin duda es una gran opción, pero te vas a tener que cargar de paciencia.







Takeshi Miike prometía con su Over your dead body pero es un despropósito, ya no por aburrido en ese esquema Miike de hacer de vez en cuando algo muy sobrio, si no porque su trama que confunde teatro con realidad se confunde, está mal narrada y se pierde en el abismo del sopor. Ni fantasma ni nada, nada aterroriza, todo aburre. Miike hace años que empieza a cansar, ¿no?







Y finalmente ese Takeshi Shimizu que hizo algo de terror inquietante hace años vuelve a naufragar. Su nueva adaptación en personajes de carne y hueso de Nicky, la aprendiz de bruja tiene dos problemas básicos. Si Miyazaki cogía lo que le interesaba de las novelas para llevarlo a su mundo de fantasía y aviación, Shimizu lo carga de impersonalidad y todo es muy soso. Hasta un tramo final tan vergonzoso que en la sala nos reímos mucho. Lo bautizado allí como el momento Falete es tan delirante que te ríes al tiempo que sientes vergüenza infinita. casi que vale la pena...

lunes, 20 de octubre de 2014

Crónica de Sitges 2014 (3): EEUU, Canadá y Australia

Ni más ni menos que 20 películas (la gran mayoría americanas) conforman el número de visionados que durante estos días he hecho de estos tres países. Un poco de todo ha habido, como os podéis imaginar. 

Primero de todo me gustaría destacar la oportunidad que ofrece Sitges de descubrir o revisionar algunos clásicos. Cada año son menos pero están muy bien elegidos. Ya nos gustaría recuperar aquella sección de Sitges Clàssics con tanta peli a descubrir. Revisión solo he realizado una, Gremlins, una película que ya vi en cines en el momento de su estreno hace 30 años, con diez añitos. Luego la he revisionado en casa alguna vez y de nuevo, en Sitges, he tenido la oportunidad de verla en pantalla grande y con una excelente copia tantos años después. Podría decir que en el fondo no le sienta tan bien el tiempo como se dice, pero no lo voy a hacer. Viéndola, los recuerdos indisociables de la infancia, de un cine que veíamos, afloran. Y Gremlins es tan nuestra, que la nostalgia se apodera de todo. Siempre querremos un Gizmo.

La otra cinta americana, que en este caso vi por primera vez es Sorcerer de William Friedkin, una megalómana producción muy al estilo años 70, yo lo gasto todo, que fue un fracaso comercial en su momento. No me extraña. Primero porque les debió costar una pasta, con tantas localizaciones y tanto detalle en algunas secuencias que se nos antojan imposibles de rodar, y además, porque la película no es nada comercial, algo dispersa y con la mayor parte de su metraje dedicada a ver como un par de camiones cargados de dinamita deben superar diversos obstáculos en un camino selvático que es una trampa mortal. La verdad es que a mí me flipó todo. A (re)descubrir.

Y la otra cinta clásica que también vi por primera vez fue australiana, Wake in fright, un kafkiano descenso a los infiernos de la bestialidad humana. Rodada como si de una pesadilla se tratase, un hombre se va unos días a un pueblo apartado de Australia donde se deja llevar por sus instintos más bajos, al lado de unas compañías muy poco recomendables. Sucia, polvorienta, inquietante, sudorosa, malsana (matanza de canguros incluida) la cinta es una enorme joya a descubrir.

De entre las cintas que merece la pena tener en cuenta está la ganadora del Festival I origins, que se estrenará entre nosotros a mediados de noviembre. Cinta a ratos fascinante, con un envoltorio muy cuidado y momentos de pura emoción, en la que se pretende tratar el tema y el dilema eterno de ciencias vs alma. La película deambula por terrenos algo maniqueos que en algunos casos se pueden tomar como manipuladores, aunque nunca se puede acusar de ello a la película en exceso. Un final demasiado cerrado (post créditos incluidos) no me ayudó a salir con el gran sabor de boca que sí tuve en sus primeros minutos de metraje. En cualquier caso un artificio muy recomendable que nos sitúa  a su director Mike Cahill (tras la también muy interesante Another earth) como un tipo a seguir.

También muy recomendable (aunque no para todos) la nueva cinta de Kevin Smith, Tusk, una película que será de culto desde ya y en que el director aúna la comedia más acertada y salvaje de sus primeros films (Clerks, Mallrats) con un cine de terror a veces claustrofóbico, a veces efectista. Es de esas cintas que te sorprenden a cada nuevo paso que dan, hilarante, terrible, única. De ver para creer y de reír mucho y a ratos sentirse muy culpable.

Y dentro de este cuarteto de películas destacadas de estos países, la nueva cinta de David Cronenberg, Maps to the stars, que si bien es verdad que no está a la altura de sus genialidades y que por tratarse de quien se trata, a los que somos realmente fans nos puede resultar más mediocre, no deja de ser un divertimento muy disfrutable, cargado de mala leche, que trata de las paranoias pero también de la soledad a la que se ven abocadas algunas de las estrellas de Hollywood. Genialmente interpretada por Julianne Moore (en un papel que no todos aceptarían) el último Cronenberg se vuelve mucho más accesible que la maravilla Cosmópolis. Y pese a ello se disfruta.

La última película notable de este grupo es The guest, la última película del cada vez más reivindicado Adam Wingard, una cinta muy juguetona y divertida que empieza como una comedia llena de chulería y con un personaje muy carismático que nos muestra las miserias de una familia media americana para mutar en su tramo final a una cinta de acción muy ochentera, desvergonzada y fresca que hizo las delicias del público de Sitges.

Excepto un par de bodrios lamentables que dejaré para el final, el resto de películas de estos países se mueven en esa franja de "bien". Las hay mejores y peores, ninguna me parece notable pero ninguna de ellas me parece merecedora de un suspenso. En cualquier caso hablamos brevemente sobre ellas en las siguientes lineas.

Buriying the ex es la última cinta de Joe Dante y es de las de aprobado justito. Una comedia muy tontorrona y muy de piloto automático con novia zombie enfurecida con algún gag potable y un poco de rollo freak Halloween adorable, pero poco más. Incluso el último Joe Dante tiene cosas más reivindicables. En Sitges vino a decir, si leemos entre lineas, que sigue haciendo películas gracias al éxito que supuso Gremlins. Razón no debe faltarle.

It follows fue una de esas cintas de terror que causó cierta controversia en Sitges. Muy aclamada por algunos y denostada por otros, yo me quedo en un término medio. Sin duda el arranque de la cinta y su terror directo, no justificable, abstracto, apoyado por una música muy acertada es muy superior a lo que estamos acostumbrados a ver. Le da una vuelta de tuerca al terror de instituto y funciona. Pero la idea, algo suicida termina por agotarse. Y se ahoga. Y lo hace textualmente en una escena de una piscina pasado medio metraje muy infumable y que ya no remonta. Al final te quedas con cierta sensación de peli fallida, de buena idea que no se ha sabido rematar. Una lástima.

Honeymoon es una reivindicable cinta de terror de muy bajo presupuesto con pareja celebrando su luna de miel en una cabaña en medio del bosque, cuya felicidad se ve rota ante el sonambulismo repentino y extrañas conductas de la chica. Con un mal rollo muy conseguido que recorre la cinta y va creciendo durante su primera mitad de metraje, la película queda algo estancada en algún momento, cuando la abstracción empieza a resolverse y tiene un final opinable, que en mi caso no terminó de convencerme.En cualquier caso, un ejercicio más que correcto para pasar un buen/mal rato.

Cold in July nos devuelve ese Jim Mickle de 6 (lo que le he puesto en 3 de sus 4 películas) tras el bodrio de remake de We are what we are. Este drama indie, con toques western en un sucio y vengativo estado de Texas empieza mejor que acaba (un leit motif en las pelis de Sitges 2014) ya que su ambientación y su inquietante historia nos atrapa para volverse algo tópica y obvia y perder ese encanto del misterio una vez el metraje va avanzando. Pero vaya, que se ve muy bien y tiene algunos momentos realmente destacables. Y la ambientación y direccción están realmente bien.

Jamie Mark is dead es una película muy extraña y a ratos muy sugerente que fue muy vilipendiada en Sitges. Con todo lo malo que había por vilipendiar, madre mía. Pero claro, se trata de una película muy diferente a lo que por allí se pasó, que trata sobre descubrimiento de la sexualidad y soledades adolescentes y para narrarlo, usa un tema fantástico como la aparición de un fantasma y un estilo entre onírico y vaporoso, sin una narración demasiado concreta, que tiene momentos de valiente acierto y otros en que cansa un poco en su suicida propuesta. Muy interesante, distinta, pero también algo fallida en su conjunto.

Zombeavers es una película mala sobre unos jóvenes que van a una cabaña y son atacados por castores zombies. Es de esas cintas trash hechas malas adrede a los que unos encontramos cierta gracia y otros no. Yo me lo pasé razonablemente bien viéndola. Todos los tópicos de cinta de terro r con humor algo zafio y zombies castores muy mal hechos despertaron mi simpatía. Que le voy a hacer, a veces soy así de friqui.

The voices supuso una decepción (aunque gustó mucho a algunos). La nueva película de la notable Marjane Satrapi tiene un punto de partida muy interesante, donde vemos las andanzas de un zumbado que no sabe discernir realidad de ficción y que termina convertido en asesino de mujeres pero un desarrollo que se queda en dicha anécdota y que no se ve capaz de avanzar. Ese estilo kistch y de comedia absurda que se usa ara explicar la historia empieza resultando interesante pero tal vez debido a ese estancamiento de la trama se vuelve muy cansino y finalmente incluso termina por parecerme desacertado. Tiene momentos, sí, pero en su conjunto es poca cosa.

Creep es el nuevo trabajo de los artífices del mumblecore, ahora enfrascados en una cinta de género. No está mal aunque uno tiene un poco la sensación de que alargar una idea tanto solo les está permitido a los niños mimados de este movimiento indie. A ratos inquietante, siempre muy bien interpretada y siempre un poco patillera, Creep es una curiosidad que se tiene que ver como éso, un capricho que no se debe analizar mucho más de lo que es. Solo así se podrá ver parte de sus méritos y se podrá disfrutar...moderadamente.

Spring es una curiosa cinta que también va de más a menos aunque creo que puede interesar a mucha gente y es algo reivindicable. Es una pequeña película que aúna ese drama romántico turístico al que nos ha acostumbrado Linklater con una película de género. Con una parte inicial muy prometedora, la cinta pierde fuelle cuando el misterio queda resuelto y la historia de amor se nos antoja demasiado increíble y peliculera. Bien, aunque requiere un poco de nuestra voluntad e inocencia.

The babadook es una cinta australiana que ganó el Premio Especial del Jurado. Es una traslación de los dramas infantiles a la edad adulta y funciona en su efectivo terror eléctrico y atmosférico aunque la obviedad en sus metáforas e intenciones me fallan en exceso. Muy bien interpretada y con algunos momentos inquietantes, la cinta no deja de ser sobre la locura de una madre cuya paranoia es mostrada con los tópicois y los efectos del cine de terror de siempre. ¿Bien hechos? Sí, pero poco más. No es para tanto. Aprueba y ya.

Y otra australiana que a mí me pareció bien (soy de los pocos) es These final hours. Nada del otro mundo, una serie B previsible y de buen corazón, pero efectiva, sobre como un hombre rudo cambia cuando debe enfrentarse a las últimas horas en la Tierra antes de que ésta desaparezca del universo. Quizás porque es un tema que siempre me ha interesado (tengo un largo relato escrito sobre el tema desde hace años) la película me cayó en gracia. No hay que esperar mucho de ella, pero se pasa el rato y al final, creo que no está muy lejos de esa esencia que muchos de nosotros buscaríamos ante un final anunciado. Y la esencia suele estar a nuestro lado.


Y para terminar, lo prometido, las dos basuras. En primer lugar Strage Fright, una cinta que aún no sé lo que me quiere contar ni en que tono. Una especie de musical glam sobre los asesinatos acaecidos en un campamento, que no sé si es parodia o que simplemente es una estupidez que parece una parodia. En cualquier caso divaga desde el minuto uno, es ridícula e insoportable y su estúpido metraje se hace largo, largo, largo... Huid.






Y luego está Annabelle, esa película absolutamente deleznable que coge un personaje de la notable The conjuring y hace una mezcla entre La semilla del diablo y Muñeco diabólico con todos los tópicos y todo el piloto automático que el hombre pueda crear para terminar de forma nefasta y sonrojar a los buenos aficionados de cine de género. Es tan mal que ni creo que recaude mucha. La gente no es tan, tan tonta.