viernes, 28 de febrero de 2014

Duelo de Titanes: Critica. Her de Spike Jonze



All You Need is Love, por Ciudadano Noodles

Dejemos claro desde el principio el camino a elegir. La última gran película de Spike Jonze, Her (la anterior era un desastre y ahí si coincidimos amigo), la podemos apreciar de dos maneras. Unos promulgan el sentido distópico de la historia. Un cuento futurista en donde la tecnología campa a sus anchas absorbiéndolo todo. Las personas han dejado casi de serlo para dar paso a una revolución de las máquinas. Es curioso, como otro nombre importante como el de Terry Gilliam basa su discurso de su nueva y excelente película The Zero Theorem en eso, en la extrema esclavitud tecnológica. Pero lo que nos atañe ahora es la película de Jonze, con una ambientación a caballo entre lo vintage y por qué no decirlo diseño Ikea, trasportándonos a un futurista y triste Los Ángeles en cromado color pastel y repleto de rojo y naranja, sol y atardeceres. Ciudad perfecta en la que no apreciamos coches y en donde los  apartamentos son perfectos. En este aspecto mucho tiene que ver la excelente  fotografía de Hoyte van Hoytema. Ambientación y vestuario (¡esos impagables pantalones por encima de la barriga!) se mezclan de manera notable. Pero donde sobresale Her por encima de todo y es el camino que hay que coger y aferrarse fuertemente a él, es en la historia de amor y soledad con mayúsculas que nos cuenta. Y es que en las cosas más sencillas es donde radica la belleza, y si no que se lo pregunten a Jep Gambardella.

Spike Jonze ha creado una extraordinaria historia de amor. En Her asistimos a las múltiples facetas que ofrece este sentimiento tan maravilloso y doloroso al mismo tiempo. Porque no solo habla del amor de un tipo extraño y una máquina, no. Habla de la ruptura, de cómo superarla, del posible amor que tenemos a la vuelta de la esquina, y como no de la soledad. La pérdida del amor genera un angustioso sentimiento de soledad tan grande como el mismísimo LA.

El personaje de Theodore interpretado (otra vez) de forma excepcional por Joaquin Phoenix es uno de tantos seres solitarios y melancólicos en plena transición de ruptura, que deambula en busca de amor o de sexo, o de lo que diantres sea en sus días melancólicos y noches solitarias. Como decía antes un tipo raro y especial,  pero como dice un personaje en la película “¿no son raros todos los que se enamoran?, una locura socialmente aceptable”. Phoenix nos ofrece una desgarradora interpretación llena de emoción y sentimientos que vuelve a proclamar al actor como uno de los mejores de su generación. 


Dos amores secundarios, el pasado encarnado en Rooney Mara,  y el futuro-posible en el papel de Amy Adams. Dos papeles que aportan a la vida de Theodore el desasosiego y el consuelo, sencillos pero necesarios. Y luego, claro está, el amor principal, Samantha. Y oh! Sorpresa, es un sistema operativo al cual presta la voz Scarlett Johansson, y que vemos literalmente. Porque al igual que un libro nosotros tenemos ventaja, sabemos quién es y ponemos imagen a la tecnología.

La relación comienza con incertidumbre, pero poco a poco vemos cómo se va gestando una historia de amor tan especial como bella y delicada. Una historia universal en donde hay cabida para el amor, el sexo y los celos. Momentos, secuencias y escenas tan extraordinarias como la primera noche de amor, que acertadamente el director funde en negro para dejarles a solas, o el terrible alquiler de un cuerpo para hacer efectiva su relación. Una secuencia que directamente nos provoca terror y lástima. 

Al igual que otros no humanos como Hal 9000 de 2001, o el replicante Roy de Blade Runner, este sistema operativo, Samantha, intenta revelarse y ser algo más. Busca la vida real, el contacto con la persona amada, su aliento, su calor.  Samantha anhela y ama un sueño, al igual que Theodore, el cual busca su salvación a través de la tecnología. Dos metas difíciles de conseguir, flirteando con la no-realidad pero encontrando el amor más apasionado.  Y es que Spike Jonze nos muestra una conexión-desconexión emocional primorosa, rodada con una especial delicadeza y melancolía que se apodera de nosotros. El fino humor que ligeramente aparece queda enterrado ante la apasionada historia de amor y soledad que se nos muestra.  

Jonze rueda este nuevo enamoramiento como un nuevo proceso de aprendizaje, tanto para el humano como para la máquina, indagando en todo aquello que la vida nos ofrece y que debemos percibir en nuestros sentidos. 

Her no es ciencia ficción, es una realidad reconocible. Es amor, es el peligro ante una de las peores condenas para el ser humano, la soledad. Son los recuerdos, tan presentes una y otra vez en cada una de nuestras vidas. Pero sobre todo es gran cine, una pequeña y sencilla historia de amor aderezada con el estímulo de un hipotético futuro. 

Her acaba en una azotea con dos seres perdidos en el universo pero más cercanos de lo que ellos piensan, tan solo una pared les separa. El amor tan caprichoso como siempre. 




Moverse en el filo y caer al precipicio: la superficialidad anodina de Her por David Amorós

Los dos primeros largos dirigidos por Spike Jonze nos revelaron uno de los caracteres más alucinantes y talentosos del reciente cine americano. Tanto Cómo ser John Malkovich como Adaptation. (El ladrón de orquídeas) nos explicaban historias de egos terribles y de procesos de creación dolorosos que pese a la correcta dirección, no nos engañemos, basaban la mayor parte de su genialidad en un guión muy original y que funcionaba en lo íntimo pero también en lo universal. Pero Charlie Kaufman (guionista de ambas y  de otra maravilla que por aquí se tituló ¡Olvídate de mí!) dio el salto a la dirección (con un resultado mucho menos genial que en las películas aludidas) y dejó a Jonze y a su otro gran beneficiado, Michel Gondry, con la obligación de construir sus propios guiones para sus películas. Y claro, nada fue lo mismo.

Dejemos a Gondry que hoy no toca y hablemos de Spike Jonze y en especial de su última película, la mediocre y fallida Her (tras la también bastante lamentable Dónde viven los monstruos que hacía presagiar que el Jonze escritor era insulso y falto de talento). En Her, Jonze nos propone una temática a priori muy atractiva pero que, por moverse en los límites de la credibilidad, necesita de un tacto genial a todos los niveles para no caer en lo ridículo. En un futuro cercano un hombre sensible que ha sufrido una ruptura amorosa se convierte en un solitario inadaptado y termina por enamorarse de un programa informático de última generación con voz de mujer que en su afán por asemejarse a los humanos también se enamora (o cree haberse enamorado) de él. La idea de mostrar como en el futuro nos vamos aislando con la tecnología hasta el grado que la película explica podría haber resultado francamente genial y reveladora. Pero el resultado deja mucho que desear. 


Para empezar tenemos que ubicar al personaje de Joaquin Phoenix (lo siento, pero me parece muy sobreactuado, como tantas veces). Y claro, el tío era un hombre genial y vital y la alegría de la huerta hasta que fíjate tú, la buena de Rooney Mara lo abandonó. Para mostrar tan terrible desgracia vamos a tirar de flashes, cada uno de los cuales es un vergonzoso tópico, acompañados de una lamentable fotografía teóricamente preciosista con mucho rayos de sol (cuánto daño ha hecho Malick al cine reciente), pero permitidme, muy cursi, muy poco personal, en que se vea lo doloroso de la ruptura y nos haga sentir la pena necesaria por ese ser que ahora es el pobre Phoenix, devastado. Como está tan solo termina por mantener una relación de cierta amistad con un programa informático con voz de chica (la de Scarlett Johansson) de la que termina por enamorarse. Todos los tópicos de robots que ansían tener sentimientos están aglutinados en la intención de la Scarlett por sentir, por amar, por descubrir las cosas de que gozamos los humanos y los sistemas operativos se pierden (sic). Muy original todo, como podéis ver. Y la voz de Scarlett de pavoneo continuo (incluso su torpe canción), chirriante, indigna de un “ser” teóricamente superior, no hace más que estropear el presunto encanto de esa señorita ¿artificial? que ansía evolucionar a otro estado. Pero aún y así podría haber buenos momentos. Jonze no dirige mal, el tema podría llegar a ciertas verdades, a momentos de tristeza generacional. Pero no. La mayoría son ridículos. Esa escena con fundido a negro con los dos amantes haciendo el amor da tanta vergüenza ajena que me sentí incómodo en mi butaca de cine. El Phoenix loco de desamor corriendo y tropezando por ese LA brumoso (un acierto de la película, que por cierto ya se ha hecho en 2574 ocasiones en cine) es de traca y ese picnic con otra pareja ni os cuento. Los ataques de celos de la señorita instalada en el ordenador no tienen ninguna justificación. No solo tiramos de tópicos si no de trazo grueso en todos los aspectos de la película. Tiene que haber celos, pues los hay, aunque estén metidos con calzador. Solo el buen hacer de Amy Adams podría conmoverme (si no fuese porque su historia está mal construida y con golpes de efecto interesados). En fin, un despropósito, una pena que me desilusionó muy pronto y que me aburrió de forma escandalosa. Y lo peor, ya no confío demasiado en lo siguiente de Spike Jonze. Veremos…


viernes, 21 de febrero de 2014

Animac 2014: Alguno de los cortos que se pueden ver en Lleida

Cada año me apetece ir al Animac de Lleida pero siempre, por compromisos varios, laborales o sociales, debo renunciar a lo que se me antoja sería un gran fin de semana rodeado de animación. Acabaré cumpliendo, pero hace tres o cuatro años que al llegar estos días me vence la frustración por no poder ir. Así que, cada año, me pongo a buscar alguno de los cortos (más de cien) que se proyectan por internet. Este año, entre los largos (siempre muy pocos) destaca el último de Jirí Barta (al que le dedican una retrospectiva) del año 2009 titulado Aventuras en el desván, ¿quién cumple años hoy? y un largo uruguayo titulado Anina
Los cortos siempre son un alucinante y adictivo cajón de sastre en el que seguro es un placer sumergirse en sus muy diversas sesiones. Como decía, al no poder asistir, me apetece siempre buscar alguno de ellos por internet y casi cada año termino por compartirlo con vosotros. Para que los que no podáis ir por la distancia o por lo que fuere os entren ganas y los que si podéis os animéis. Así que para un fin de semana con pinceladas de animación, doce cortos (más tres) de los que se podrán ver en el Animac. (Dani, si te animas la mayoría no están en Filmaffinity jaja)

Os dejo en primer lugar este breve corto japonés que me ha parecido hermoso...


Uno para los más pequeños...


Ahco On The Road from YELLOWSHED on Vimeo.

Más extremo es este corto experimental con  fragmentos animados en diversas técnicas, muy amateur y libre, para buscadores de rarezas y nuevos talentos. Tiene subtítulos en catalán, pero ya os digo que de importancia casi nula.

 
A Home In Progress Film: The Film from laboratorium on Vimeo.

Pasamos a uno corto de 1924 para interesados en los orígenes de la animación. Por aquella época era normal agrupar los trabajos en series. Este corto pertenece a la serie "Alice comedies" y agrupó 41 cortometrajes que Disney realizó entre 1923 y 1927 mezclando animación e imagen real (algo muy habitual en aquellos años).


Y ahora un abstracto, surreal, especial y onírico corto español, como podéis ver con montones de premios y festivales a sus espaldas.


Astigmatismo from Troshinsky on Vimeo.

Un corto colombiano, aunque trata de la Guerra Cívil española. Se trata de una entrevista que luego se dibuja con diferentes técnicas de animación e insertos. Con posterioridad se hizo una serie de televisión de doce capítulos con otras entrevistas, según el mismo esquema que vemos en ésta. 

Cuentos de viejos (shortfilm , 2011) from PIAGGIODEMATEI on Vimeo.

Interesante corto suizo sobre el miedo humano a la diferencia y por lo tanto sobre nuestra absoluta estupidez. El corto es chulo y el final ayuda.


Un breve corto francés, mucho más tradicional, sencillo y tierno...



Desde Chile nos llega este colorista corto, lleno de personajes variopintos y crítica social sobre religión, dinero, sexo y poder.



Un corto francés en stop-motion inusualmente tétrico y oscuro...



Continuamos con un corto peruano documental (la animación documental en largos y cortos se esta extendiendo), ganador de un certamen de teléfonica lo que me ha producido un cierto déjà vú...



Y terminamos donde hemos empezado, en Asia, pero en este caso en Corea del Sur con un corto que quizás deje indifernte o quizás todo lo contrario...



BONUS TRACK (1):

Como decía al inicio Animac Lleida rinde un homenaje al reconocido animador checo Jirí Barta. Una de sus obras más reconocidas (siempre en todas las antologías del género de animación), que por su duración de 53 minutos debemos incluir en la categoría de mediometrajes es Krysar (El flautista de Hamelin). Si aún no lo habéis disfrutado lo podéis hacer a continuación. No tiene subtítulos pero los sonidos que escucharéis son balbuceos en idioma inventado, así que no os preocupéis por su ausencia




BONUS TRACK (2):


Y para los fieles que hayáis llegado hasta aquí y no lo hayáis visto cuando lo anuncié en Twitter (seguidme por cierto, el blog lo tengo algo abandonado y así seguirá pero por allí estoy muy activo) os facilito dos de los cortos de animación nominados a los Oscar que hasta ahora era casi imposible de ver (dos son muy fáciles de encontrar y otro se pasó en cines antes de Frozen) y que encontré tras una breve investigación por la red (el japonés está sin subtítulos pero intuyo que son bastates prescindibles). Disfrutadlos.


http://vk.com/video-25903808_167769705 

http://vk.com/video-25903808_167756645

domingo, 2 de febrero de 2014

Programación completa Festival Americana

Si en el post anterior os explicaba los orígenes del Festival Americana y las primeras cinco películas confirmadas, hoy ya os puedo avanzar los cinco films que completan la programación de esta primera edición de Americana, así como la parrilla y otras cositas de interés.

Un hombre y una mujer, una pistola, escenas inconexas y extrañas, vestidos inapropiados. Quizás un plan...que quizás se tuerce. Un divertido homenaje al cine indie con secuencias que no pertenecen a ninguna película pero que nos remiten a una forma inequívoca de hacer cine. El spot de Americana, un claro ejemplo de las miles de imágenes que durante cuatro días inundarán nuestras retinas de experiencias, emociones, sensaciones...



 Y las otras cinco películas que formarán parte de Americana, junto a las cinco confirmadas en el anterior post son:

Nos parecía muy interesante recuperar para el festival algún título de cine mumblecore de los últimos años, inédito en nuestras salas, ya que en este subgénero se engloba lo más marginal y alternativo del indie americano reciente. El cine realmente independiente de la última década. La elegida ha sido la película Audrey the Trainwreck, una pequeña joyita con todas las características y constantes de este movimiento que hace de la falta de recursos una oportunidad y casi un motivo de orgullo.
Como suele ser habitual un grupo de amigos hablan mucho y mezclan conversaciones banales con otras (y en Audrey the Trainwreck existen de verdad) cargadas de trascendencia. Se levantan temprano para trabajar en empleos que no les llenan pero no parecen estar dispuestos a hacer nada por revelarse. Se conforman con sus encuentros y sus fiestas de fin de semana que de alguna manera, destilan tanta monotonía como sus días laborales. En esta espiral de conformismo y de acomodada infelicidad Ron y Stacy se conocen, quizás con la intención de enamorarse y así poder salir de la rutina que los envuelve.




Joe Swanberg, uno de los directores más prestigiosos y prolíficos del mumblecore tras títulos tan importantes dentro de ese movimiento como Hannah Takes the Stairs o Alexander el último, realiza con Drinking Buddies un salto cualitativo en cuanto a presupuesto y también en cuanto a estética y guión, con unos actores y un rodaje mucho más profesionalizado pero sin renunciar a esas historias pequeñas y de esencias y descubrimiento personal que nos trajo consigo el mumblecore.
Lucas y Kate trabajan en una cervecería y tienen una complicidad absoluta. Comparten afición autocomplaciente al alcohol y una visión parecida de la vida e incluso un sentido del humor similar. Ambos tienen pareja. Y los cuatro deciden ir a pasar unos días juntos a la cabaña del novio de Kate. Resulta que las respectivas parejas también tienen aficiones parecidas y sienten cierta atracción y la cosa, claro, se complica. Pero la película, que flirtea con lugares comunes, huye de ellos para con un certero guión hablarnos de las esencias que nos definen como personas y de los frágiles límites entre los sentimientos afectivos. La historia resultante no es tanto una hermosa historia de amor, que lo es, si no sobre todo una hermosa historia sobre la amistad.




Nueve años ha tardado Shane Carruth en realizar su segunda película. Tras sorprender con su revolucionaria cinta de ciencia ficción conceptual, Primer, este matemático reconvertido a cineasta vuelve con Upstream Color. En esta ocasión Carruth nos sumerge en un océano de sensaciones y abstracción que va más allá de sus anteriores paradojas espacio temporales.
Con un estilo mucho más cuidado que en su ópera prima pero con una narrativa igualmente fragmentada y confusa, Carruth teje una historia de amor extraña y onírica compuesta por hermosas escenas difíciles de engranar pero que pueden suponer en su conjunto una experiencia sensorial de primer orden. Una película para dejarse llevar y disfrutarla desde la abstracción o para reconstruir tras su final, intentado unir las piezas del fascinante puzzle.




En los últimos días de la Guerra Civil estadounidense, Will, un adolescente huérfano, emprenderá junto a su perverso tío un viaje hacia el norte para capturar a Nate, un fugitivo de la justicia. El objetivo es entregarlo a una banda de despiadados cazadores de recompensas. Tras localizarlo, los tres emprenden un viaje campo a través entre los coletazos finales de la guerra. En su periplo el muchacho irá perdiendo los recelos que lo alejaban de Nate, dando paso a unos lazos paterno-filiales que le harán dudar sobre la esencia de su missión. A Will se le planteará un dilema ético. Deberá decidirse entre la lealtad y sus sentimientos.
The Retrieval es una cinta que mezcla géneros desde el western, al drama pasando por la road-movie, espléndidamente fotografiada, que huele a clásico y que todavía está inédita en las salas USA. Un privilegio presentarla en Americana.




Finalmente, inaugurando el festival, tendremos una de las películas indies más aclamadas del año, The Kings of Summer, un hermoso y tierno cuento sobre la adolescencia que nos muestra a un grupo de jóvenes que se retiran al bosque a vivir en una cabaña según sus reglas y sin la impositiva supervisión de los adultos. Descubrirán algunas de sus esencias, tendrán los primeros amores, las primeras decepciones, los primeros celos, las primeras rupturas y odios y entre juego y juego irán creciendo, dejando atrás una etapa irrecuperable que vivirán con intensidad y les marcará para siempre.



Las diez películas que conforman el Festival Americana irán a un pase por película entre el viernes 14 y el domingo 16, más una inauguración a la que solo se podrá acceder con invitación de The Kings of Summer el jueves 13.
Para pedir una invitación para la sesión inaugural (tendremos muy poquitas, pero alguna habrá) podéis escribir un mail a info@americanafilmfest.com  dejándonos vuestro nombre y apellido y comentando si queréis una invitación individual o doble para dicha sesión. Recordad que hay muy, pero que muy poquitas a nuestra disposición más allá de sponsors y compromisos, así que no os enfadéis si no os tocan. Para éso hemos repetido el domingo peli el domingo.

La parrilla es la siguiente:

Jueves 13
20:30 Inauguración + The Kings of Summer (93')

Viernes 14
16:30 Audrey the Trainwreck (85')
18:30 The Motel Life (85')
20:30 The Retrieval (92')
22:30 Drinking Buddies (90')

Sábado15
18:00 American Promise (142')
21:00 In a World... (93')
23:00 Short Term 12 (96')

Domingo 16
18:00 The Kings of Summer (93')
20:00 Upstream Color (96')
22:00 Ain't them Bodies Saints (93')

Las entradas para cada sesión se podrán adquirir al popular precio de 4 euros en taquillas o en en la web de Ticketmaster y además, disponible hasta un día antes de empezar el festival en Atrápalo, un abono de 5 películas a 15 euros.

Ahora ya solo queda disfrutarlo. Recordad la web para cualquier nueva información y para completar la oferta del festival (el concurso Fes l'indie, nuestros cursos en La Escuela del Cine, la lista de canciones de cine indie americano en Spotify...):

http://americanafilmfest.com/es/