miércoles, 30 de marzo de 2011

Película de la semana: Guest y resto de estrenos

Película de la semana: Guest





José Luis Guerín es el cineasta de la mirada serena. José Luis Guerín tiene una virtud inédita en los tiempos que corren. Se para. Observa. Escucha. Siente el tiempo acariciando sus dedos, su cosquilleo, su placer y su dolor. Luego el tiempo pasa, la vida pasa, las gentes pasan, como nos pasa a todos, pero él ha podido captar parte de una esencia que los demás, como mucho, intuimos. 
José Luís Guerín es un gran desconocido entre el gran público. Tan solo En construcción, su anterior documental, brillante pero más accesible, sobre la limpieza de cara del barrio del Raval en Barcelona tuvo un cierto éxito de público. Anteriormente había realizado Los motivos de Berta, su primer film enmarcado en la ficción y teniendo como claro referente al cine de Erice, Innisfree, un genial documental en el que va a filmar a Irlanda, en lugares en que John Ford filmó El hombre tranquilo y capta la forma de vivir de los lugareños y la fascinante y para mí sublime Tren de sombras, una cinta experimental, a medio camino entre la ficción, el documental y el ensayo que nos habla del arte y la creación cinematográfica. Una película metalingüistica y compleja, radical y única. Posteriormente a En construcción, su última película hasta la fecha había sido En la ciudad de Sylvia, en que utilizaba la ficción para retratar caras, sonidos y ambientes de la ciudad de Estrasburgo, es decir, realidad (si estais interesados en saber más sobre esta película podéis buscarla  en este post). Por todo ello, una de las características principales del cine de Guerín es la sutileza con que borra las lineas entre documental y ficción.


La película que ahora se estrena, Guest, es una película claramente documental, otra cosa sería cuánto tiene de subjetivo un documental, pero de ello hablaremos en la última parte de esta crítica. Guerín decide viajar con su anterior película, la citada En la ciudad de Sylvia, por todos los festivales del mundo a que le inviten. Una vez pisa las ciudades (Vancouver, Bogotá, Sao Paulo, La Habana, México DF, Macao, Jerusalén y un largo etcétera) se dedica a pasear con su cámara digital por los rincones menos turísticos, los más humildes, los más pobres y retratar aquello que ve, sobretodo a las personas. El resultado, es un documental en un impersonal blanco y negro, quizás con intención de no destacar un paisaje, una gente por encima de la otra, que busca su espacio entre el cine de la era digital y el cine pionero de los Lumière. El mismo Guerín, en una escena de la película, habla con un pintor callejero y le comenta su fascinación por ese cine temprano, parecido a la pintura hasta el punto que los operarios viajaban por el mundo con su trípode, como si fuese un caballete, para captar la realidad en un plano. Quizás para entender a Guerín,  su manera de ver el cine y la vida, debemos tener presentes estas manifestaciones.


Guerín, a lo largo de la más de dos horas que dura la película, habla con gente anónima (excepto a un par de cineastas de los que hablaremos más tarde) y básicamente los escucha, los deja expresarse. La mayoría de personas son gente marginal con la que seguramente no tendríamos demasiado interés en hablar, si estuviésemos en dichos países. Lo primero que cabe decir, es que Guerín los dignifica. Los escucha y nos muestra que muchos de ellos tienen una lucidez desbordante, como el mendigo que le explica con pelos y señales detalles de una estatua. Otros, y son muchos a lo largo de la película, son artistas anónimos. Han realizado fotos durante treinta años que conservan en álbumes que no muestran a nadie y han captado cambios y detalles sociales de valor, o son pintores o decoradores o poetas. A veces venden su arte como pueden, otras lo comparten con amigos, otras es casi algo privado. Guerín nunca matiza ni remarca de lo que habla, pero es obvio que el tema del arte como industria o como algo personal, el límite entre lo que es arte "conocido" y arte "anónimo" y si ello es consecuencia de la calidad, la suerte o las circumstancias está implícito en la cinta. Otros personajes no saben mucho de nada, ni son artistas, simplemente viven o sobreviven y Guerín, como a todos, los observa, los escucha, les da conversación, sin condescendencia, de igual a igual. Muestra su empuje o su valor o su desánimo. Un hombre que fue médico condecorado de guerra, le explica su vida triste tras el episodio bélico, muchos años atrás. Se le ve andrajoso y derrotado. De repente Guerín le dice, "¿sabe a quién me recuerda usted? A Don Quijote de la Mancha". Hace un plano corto de su cara. Es cierto, lo recuerda. Luego hace un plano general con toda su figura. Definitivamente parece Don Quijote. Pero quizás Guerín no solo hablaba de su aspecto físico. Su historia era quijotesca. El personaje mira a la cámara. El espectador lo mira atentamente. De repente, es un hombre lleno de dignidad.


Uno de los temas que sobrevuela la película, aunque nunca es tratado de forma dogmática, es el límite entre ficción y documental y otro, la subjetividad que un director le imprime a un documental. En cuanto al primer tema, hay un par de secuencias en los Festivales a que Guerín es invitado en que se observa una presentación previa a la aparición del realizador en el escenario, donde se destaca esa capacidad del director para moverse entre los dos géneros. Pero nunca vemos a Guerín salir al escenario a explicar nada al respecto. A una de las mujeres que rueda durante el metraje le dice que está haciendo una película documental. "¿Un documental o una película? me tienes que explicar la diferencia". Pero Guerín no lo hace. Prefiere lanzarnos la pregunta a nosotros. Uno de los dos directores a que Guerín entrevista, o más bien muestra, es la realizadora francesa Chantal Akerman, que afirma que los límites entre realidad y ficción no existen. Este debate, bastante de moda en el mundo del cine actual, no parece ser demasiado fuente de debate para esta película en sí de Guerin (aunque lo fue para otras de su filmografía). La película es un documental. Más consecuente con la película sería el segundo tema. La subjetividad.



Guerín, que lleva la cámara,  jamás aparece en la película. Oímos su voz, de vez en cuando, y su cara en alguna acreditación, alguna foto que alguien le hace o alguna caricatura que alguien le pinta. Con ello el director nos dice que aunque no lo veamos, él está presente, artísticamente presente. Guerín debió filmar miles de horas, pero nos muestra lo que quiere. En el montaje está el punto de vista subjetivo, casi la ficción, el punto de vista del director. Unos niños palestinos le muestran escombros, simulan disparos y se mueven por territorio bombardeado, en el último plano uno de los niños ríe abiertamente. Guerín está ficcionando la realidad en sus elecciones.  Hay un encuentro con el director Jonas Mekas que apunta que el director no elige que es lo que debe prevalecer en la película, sino que no tiene elección. Es la realidad la que elige. El material rodado. El director cree que elige, dice, pero no lo hace. De nuevo Guerín lanza preguntas, pero está muy lejos de entrar en ellas.



Guest es una película extraña, un documental que es un diario filmado, un cuaderno de viaje. Obviamente es irregular. Algunas secuencias parecen alargarse demasiado, otras se nos quedan cortas. Está llena de verdad, de lugares, de personas, de realidades. Está llena de sugerido metalenguaje para quien quiera profundizar. Pero por encima de todos es un viaje por microescenarios de muy diversas ciudades. Es un viaje por los rostros, los pesares, las vidas de personas a quien el realizador escucha y dota de dignidad con el solo acto de tenerlas en cuenta, de filmarlas. Guerín, de nuevo, se ha acercado a la esencia de las cosas y se ha sentado, tranquilamente, a retratarla.


Otros estrenos que he visto

Esta semana he batido el record absoluto de películas vistas estrenadas el viernes, un total de seis que sumado a Guest hacen la, quizás excesiva, cantidad de siete. Voy a hacer una breve reseña de esta media docena, que espero para mi salud, no sirva de precedente.

         

Tres películas francesas se estrenaron en salas este viernes y he hecho el pleno. Del prolífico François Ozon se ha estrenado Potiche, mujeres al poder quizás la peor película hasta la fecha de este director, de las que yo he visto. Comedia de enredos situada a mediados de los 70 en la que una acomodada burguesa (Catherine Deneuve, casi lo único salvable de la película) cansada de ser una mujer florero decide revelarse. Situaciones más o menos divertidas, sobretodo menos, para una película prescindible, con ridículo número musical final incluído, que se mira demasiado el ombligo y que demuestra que no basta ser un director con talento con un reparto inmejorable para hacer una buena película. Podéis leer una crítica más completa en el blog amigo Viajes por la sala oscura.


    

El último verano, película del veterano Jacques Rivette, junto con Godard el último superviviente de la nouvelle vague, es un film pequeñito sobre una relación nacida de la casualidad entre una artista de circo golpeada por la vida y un hombre adinerado en busca de su propio yo. Enmarcada básicamente en el contexto circense, Rivette demuestra que hace lo que le da la gana, faltaría más, y sucede escenas de forma caprichosa, dibujando con trazo fino a algunos de sus protagonistas y completando con tranquilidad la esencia de la historia. Aunque la delgadez, las arrugas y la tez blanca de Jane Birkin llenan de lánguida dulzura, de crepuscular tristeza, los pliegues de la película, a mí, en general, me creó bastante indiferencia. Podéis leer una crítica más completa en el blog vivir rodando.


          

Contra todo pronóstico Mademoiselle Chambón, de un cineasta que hasta ahora desconocía llamado Stéphane Brizé, es la película francesa que más me ha gustado de las tres. Historia sobre el enamoramiento entre un  padre de familia casado y la solitaria profesora de su hijo, la historia está contada con sutileza, casi con mimo y sobretodo con mucha verdad. Llena de miradas, de amor, de sentimiento contenido, de análisis de las personalidades y los cambios que se producen en ellas tras el enamoramiento, a la película solo se le puede reprochar un tramo final demasiado al filo de lo cursi y una última escena  previsible. Pese a ello, una propuesta altamente recomendable.


               

Howl,  es una película interesante pero un tanto fallida en su desestructura que mezcla tres historias: el biopic de uno de los iconos de la cultura norteamericana, el poeta Allen Ginsberg; el juicio que se celebró por obsceno contra su libro-poema Howl, que tantó influyó a la generación beat; y la puesta en imágenes animadas de un poema tan abstracto y visionario, que solo con la animación puede acercarse a las sensaciones que Ginsberg quiso trasmitir. La película resulta interesante para los no conocedores de la figura del poeta y su obra y el juicio al que se sometió el poema y te invita a conocer más sobre el tema, pero cinematográficamente es floja, mal construída, un tanto obvia y soporífera y solo destaca por la interesante interpretación de James Franco y por los sugerentes fragmentos animados, sin duda alguna., lo mejor de la película.


        

Tras ganar el Oscar al mejor documental, se estrena Inside Job, una extensa y abrumadora radiografía de las causas que nos han llevado a la crisis económica, citando a los causantes por su nombre y denunciando el hecho de que aún sean más ricos y sigan estando en el poder. A su favor, cabe decir que el director es incisivo con los pocos "peces gordos" que aceptan la entrevista, pero que se aleja del exhibicionismo y la manipulación de su colega Michael Moore. De hecho el cineasta se esfuerza en resaltar que tanto si en el poder están demócratas como republicanos, las políticas económicas están lejos de ser decentes y los grandes responsables de llevarlas a cabo son personas empañadas por su pasado. No se salva ni Obama. En su contra, la densidad de sus argumentos y la complejidad de parte del discurso, que puede echar para atrás al espectador no avisado o no presdispuesto y aveces puede aburrir al que sí lo está. Con todo, muy recomendable, aunque la rabia tras su visionado me recuerda a la que sentí cuando vi la ganadora del Oscar documental del año psado The cove (a ver si el año que viene se lo dan a una de superación personal...). Podéis leer una crítica más completa en el blo amigo Después de 1984.


               

Finalmente, mi lado más gamberro me llevó a ver Piraña 3D, el remake del clásico de Joe Dante por parte del interesante Alexandre Aja. Sé que hay muchas opiniones contrarias a la película, pero los fans del gore y el exploit, no creo que podamos quejarnos mucho ante esta gamberrada que rinde homenaje a la serie B en época de permisibilidad, alejándose del remake políticamente correcto y llevando al espectador a un torbellino frenético de sangre y sexo tan divertido, como obviamente, olvidable. Una diversión pura y dura a la que se puede reprochar un inicio algo titubeante pero que finaliza de forma tan salvaje, descerebrada, gamberra y gore que se gana al espectador ansioso de colmar sus bajos fondos. Yo me divertí como un enano. Podéis leer otras críticas, seguramente más serias en Vivir rodando y la brillante web Almas oscuras.

Resto de estrenos del viernes 25 de marzo del 2011

             
Pues sí, hay algunos estrenos que no he visto. En concreto cinco. La única que quizás vea algún día tonto es Sucker Punch (teneis críticas en los blogs Insensatos en MoriaCity y Afición por y para el cine) una especie de peli con estética de videojuego erótico-festiva del director Zack Snyder (el de 300 y Watchmen). Quizás solo en Barcelona se estrenó Barcelona, abans que el temps ho esborri, un documental de Mireia Ros que retrata la ciudad Condal del ya pretérito siglo XX. No me verán ni en pintura en la comedia de Ivan Reitman Sin compromiso, pese al protagonismo de la Portman, aún menos en la comedia Esta abuela es mi padre con el lamentable Martin Lawrence y creo que aún menos en esa película, parece ser que casi hagiográfica del fundador del Opus Dei, José María Escrivá de Balaguer, dirigida por el que en su día fue un director interesante  Roland Joffé y titulada Encontarás dragones. Por último quiero hacer constar que la película The Roommate, una de terror que da un miedo enorme (y no en el sentido que debería ser) se estrenó la semana pasada y como fue en muy pocas salas, a mí se me pasó por alto. Dar las gracias al amigo Emilio Luna, que lo anotó en los comentarios y aprovechar para remitiros a la web en que participa http://www.locoporelcine.com/ en la que podréis encontrar la crítica de gran parte de las películas que se han esterenado esta semana.
En principio la semana próxima solo hay previstos cuatro estrenos y algunos muy prescindibles. Una gran suerte para mi salud.

domingo, 27 de marzo de 2011

Películas recomendables no estrenadas: 4 documentales

En esta segunda entrega de películas recientes que hasta ahora no se han estrenado y que reivindico, vamos a hablar de cuatro documentales. Todos ellos los he visto en festivales, los dos primeros en Sitges, el tercero en l'Alternativa y el último en el DocsBarcelona y poco más he sabido de ellos. Son los siguientes:


  





Catfish (2010) Dirigido por Henry Joost y Ariel Schulman (EEUU)

Si de los cuatro documentales que voy a recomendar vais a elegir uno para probar, hacedlo con éste porque es brillantísimo. La película empieza con una grabación amateur, de hecho toda la película es grabada con una cámara doméstica, en la que el  protagonista es Niv, el hermano de uno de los directores (Ariel) y su relación virtual con Abby, una genio precoz de 8 años, su madre Angela y su medio hermana Megan. Durante mucha parte del metraje se narra, se documenta las conversaciones que tienen por facebook y cuando parece que surge el flechazo entre Niv y Megan, las conversaciones románticas que tienen por teléfono, su enamoramiento. Sin embargo, en la segunda parte de la película las cosas cambian. Lo que parecía un documental amateur sin demasiado sentido se convierte en la más brutal radiografía de la sociedad en los tiempos que corren. Un retrato demoledor, triste, tierno y esperanzado de unas personas a las que les ha tocado vivir en el tiempo de las redes sociales y han convivido con ellas, de la forma que mejor les parecía para su vida. Las conclusiones y la trama son tan redondas, que planea la duda de si realmente todo es real o había un guión detrás y se nos ha engañado. La duda está ahí. Sea como fuere, la película nos habla de personas reales y de su manera de enfrentarse a su soledad. De vidas que fluyen en la mediocridad y buscan algún lugar al que agarrarse para sentirse vivas. Una obra maestra sorprendente.



         
   






The red chapel (Det rode kapel) (2009) de Mads Brügger (Dinamarca)

Se trata de un documental que dirige un cómico danés, que consigue entrar en Corea del Norte con dos daneses de origen surcoreano, con el pretexto de representar una obra de teatro que sirva de intercambio cultural entre los dos países. Acompañados en todo momento por "guias" oficiales del régimen dictatorial comunista, su objetivo es lograr que su estancia por un tiempo en un país tan dificil de pisar les de la oportunidad de mostrar la maldad del régimen y burlarse de él desde dentro. La película tiene momentos hilarantes, otros surrealistas y algunos tristes y termina por demostrar algunas de las contradicciones y miserias del régimen, pero también muestra las miserias del propio director y su equipo. Finalmente los comicos sacan partido de una sociedad anclada en el pasado que no solo no entiende, sino que no es capaz de descubrir el objetivo humoristico de sus visitantes. Una frase que se dice durante la película resume el espíritu y el resultado de la misma: "la comedia es el punto débil de toda dictadura".  Cierto es que el director, finalmente, cumple sus objeivos a medias, ya que tampoco acaba por rodar nada realmente relevante, pero el humor surrealista y la posibilidad de ver, ni que sea un poco, como funciona la sociedad norcoreana de la que tan poco sabemos, hace que la propuesta merezca la pena.










La bocca del lupo (2009) de Pietro Marcello (Italia)

Ganadora de muchísimos premios internacionales, la película narra la historia de amor entre dos seres marginales que han pasado años en la cárcel y que son outsiders de la sociedad, incluso en un lugar tan marginal como Génova. Con una extraña estructura que mezcla imágenes de archivo, entrevistas y secuencias que paracen muy al límite del documental (es decir, que parecen guionizadas), la película funciona a la perfección a la hora de mostrar estos dos perdedores que se quieren a lo largo de los años, que se asumen como son y que se hacen el uno al otro la vida soportable y se queda, a mi modo de ver, a medio camino, en el pretencioso discurso del no-cambio subjetivo de la ciudad que sufre el protagonista al salir de la cárcel, una ciudad que para él se asemeja más a la que dejó antes de ir a prisión que en la que se ha convertido, así como en el propio retrato de la pobreza y la inmundicia de la ciudad, dibujado con trazo demasiado fino. Sin embargo, en general, la fuerza de los dos protagonistas y la belleza decadente de las imágenes, hacen de La bocca del lupo, una propuesta más que interesante.





            









Armadillo (2010) de Janus Metz (Dinamarca)

Muy parecida en planteamientos a la americana Restrepo, mucho más conocida y que estuve nominada a l Oscar a mejor documental, Armadillo es insultantemente superior. Es una espléndida película bélica, que empieza en las casas familiares de algunos chicos destinados a una misión en Afganistán siendo testigos de su marcha al frente y que luego rueda la misión que los chicos llevan a cabo en el país en guerra. Parece a veces difícil creer que lo que estamos viendo es un documental. Porque el ritmo y el montaje podrían ser dignos de películas de ficción bélicas como Platoon, porque las escenas de guerra son espléndidas y porque la cámara capta dentro de la estresante situación, la belleza de algunos paisajes, de algunas puestas de sol, las nimias figuras pequeñitas de los soldados, recortadas y fantasmagóricas sobre los vastos decorados naturales. La película, además de estéticamente, también es interesante en su discurso, ya que vamos viendo la locura que se acaba apoderando de los chicos, como crece la violencia, el odio incondicional, el animal que cada uno de ellos lleva dentro y que acaba saliendo a fuera, pese a la intención principal de los soldados por ocultarlo y tan solo ir al país afgano a ayudar al pueblo. En definitiva un retrato bello, crudo (hay una escena con talibanes muy fuerte), muy realista y lleno de psicología de lo que supone una guerra para los pobres desgraciados que deben sufrirla.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Estrenos y película de la semana: La mitad de Óscar.

Película de la semana: La mitad de Óscar 





La mitad de Óscar, la última película de Luis Martín Cuenca, es un salto al vacío sin red en el panorama del cine español actual. Para situar al lector sobre el tipo de película de la que hablamos, puedo decir que los referentes más immediatos que se me ocurren son, en el panorama nacional el cine de Jaime Rosales o esa rara avis dirigida por Luis Sampieri titulada Fin. En el panorama internacional la película pretende acercarse en intenciones al cine del radical director argentino Lisandro Alonso, al Gus Van Sant más experimental y abstracto  o a un tipo de cine asiático, sobretodo de nuevos directores independientes de China, Taiwán o el sudeste asiático que nos hablan de soledad e incomunicación. La película, recomendable para un espectador abierto a nuevas tendencias y maneras de hacer cine, logra sus objetivos en parte, ya que supera bien el objetivo de trasmitir la soledad del personaje protagonista, pero termina por suavizar el discurso formal, resultando menos consecuente que los referentes antes citados (que pueden gustar o no, a mí de hecho no me gusta Fin, pero que no se les pude negar que son consecuentes hasta el final) y quedando un poco en terreno de nadie.

Empecemos por los logros, que a mi parecer superan de mucho a los deméritos (aunque en este tipo de película la línea que separa los unos de los otros es de una delgadez peligrosa).
Óscar, el personaje principal, está condenado a la soledad. Para lograr trasmitir esa terrible soledad, Luis Martín Cuenca utiliza una serie de recursos formales con la intención de intensificar la percepción de ese estado. En primer lugar, mira a sus personajes desde la distancia, mostrando sus emociones en la penumbra o filmando a sus espaldas en las escenas más emotivas. Así pues, el espectador no se identifica con el dolor del protagonista, no le quiere, no empatiza con él y no amortigua con su comprensión, la soledad de éste. En las decisiones estrictamente técnicas, también todo se hace con la misma intención de mostrar el vacío, la soledad y la imposibilidad de comunicarse de su protagonista: la narración está compuesta por largos planos fijos, se prescinde de la música y no hay excesivos diálogos. Importan los paisajes, el sonido del viento, el del mar, los silencios, lo que no se cuenta, las miradas esquivas.
Funcionan también los personajes ajenos al trío protagonista que asoman tímidamente sus vidas por el relato: el jubilado compañero de Óscar, para el que se recurre a un actor no profesional que trasmite frescura y verdad en su simpleza, el abuelo moribundo, para el que se filma a un enfermo real de alzheimer agonizante, en una elección de debatible código ético y el taxista interpretado por Antonio de la Torre, el personaje más opinable de todos ya que rompe el tono del relato, pero que conecta al protagonista con el "mundo real".


Hay una escena hacia el final, en el hotel, donde Óscar y su hermana María son filmados en la penumbra ante un ventanal que muestra una preciosa vista de la inmensidad del mar mientras amanece. María desaparece del plano dejando a Óscar solo un largo rato, en una mitad de la pantalla, para más tarde, volver a entrar en el plano. Es una especie de dramatización del título "la mitad de Óscar". Ambos, el título y la secuencia tienen belleza, un cierto misterio, pero carecen de sutileza. Es el principio de un final demasiado explicativo.
Minutos antes, hay una escena en que los tres personajes protagonistas deambulan por un terreno escarpado cercano al mar. La escena es larga  y los caminos de los tres protagonistas parecen aleatorios. Camina cada uno por su cuenta, perdidos, caprichosos. Finalmente, la larga secuencia termina cuando los tres van llegando a la orilla, hasta juntarse mirando la inmensidad del mar. Es en esa secuencia donde las intenciones rompedoras del director están más cerca de la sublimidad. Es ahí cuando el Van Sant  de Gerry o Last days está próximo.
Sin embargo, minutos después viene la escena de la ventana que termina de forma muy explícita. A partir de entonces el relato se empeña en dejar todos los cabos atados, toda la narración cerrada, sin espacio para las elipsis que había construído, sin huecos para que el espectador complete con su inteligencia. No es que esté mal, pero no concuerda con el riesgo formal que hasta minutos antes había dominado el relato. Te deja con la sensación que decía al principio, una historia que estaba contada con un riesgo del que se acaba prescindiendo en última instancia. Pese a todo, un mal menor para una película muy interesante.


No quiero acabar la crónica de la película de la semana sin hacer alusión al tema de debate de la semana pasada con respecto al público y su asistencia masiva a ver Torrente. Muchos defendisteis la libertad del público de ir a entretenerse y no os parecía mal que la película de Segura rompiese la taquilla. Yo hablaba de equilibrio. Fui a ver la La mitad de Óscar un lunes a las 20'00h. en la única sala de Barcelona ciudad donde se proyectaba. Éramos unos diez. Si el espectador de cine no hace un esfuerzo intelectual para ver este tipo de películas, como el cine es una industria, terminarán por no hacerse y solo se harán torrentes de turno. No me parece mal que el espectador vaya a pasar el rato con películas como Torrente y que esta recaude un montón, pero quiero seguir viendo cine de calidad y para ello, quizás alguien debería empezar a educar al público, al menos, en ambas direcciones. Una utopía.

Igual como ocurrió la semana pasada, también podéis leer un crítica espléndida de la película en el blog de Scotty

Otros estrenos que he visto


Nunca me abandones, la película de Mark Romanek que adapta el libro de Kazuo Ishiguro produce una extraña sensación de desconcierto tras su visionado. Sin duda es por la frialdad con que está tratado el tema, por el conformismo de los protagonistas ante una situación injusta. No voy a explicar nada del argumento de este drama de ciencia ficción, aunque la película no tarda demasiado en mostrar sus cartas, pero el tono y conformismo del que hablamos, junto a una fotografía también fría, acaba produciendo una extraña sensación de tristeza, de desamparo, de lastimosa nostalgia. Como toda gran obra, al final se puede coger el sentido de este cuento triste y extrapolarlo a la sociedad en que vivimos, en que todos estamos de alguna manera obligados a hacer algo, a ser alguien. En que todos mostramos un exacerbante conformismo con lo que dictan los poderes superiores, como si no tuviésemos oportunidad de cambiar las cosas. Todo ésto y mucho más propone una película extremadamente triste y melancólica, extrañamente hermosa, que retrata desde la fábula las miserias de una sociedad egoísta y materialista y que concluye, con dolor, que tengamos la vida que tengamos se cumple siempre una máxima: no estamos muy seguros de haberla aprovechado y sin duda, necesitaríamos disponer de más tiempo del que nos han dado.

Podéis descargar la película desde el blog amigo Pelicuario


Resto de estrenos del 18 de marzo del 2011


                       

Del resto de estrenos de la semana destaca sobretodo Misterios de Lisboa, la versión para el cine de la miniserie televisiva filmada por el veterano y prestigioso director chileno afinacado en Francia Raoul Ruiz. Considerada por la crítica una de las mejores películas estrenadas en lo que va de año, me comprometo a verla lo antes posible y hablar de ella, pero su extensa duración (más de 4 horas y media) y la escasa exhibición en cines (una sesión al día a las 18'ooH. en toda Barcelona), no me han permitido verla a tiempo para el post semanal. La película es un folletín basado en la macronovela de Camilo Castelo Branco que nos arrastrará por un vendaval de aventuras y sentimientos en pleno s.XIX no solo en Portugal, sino por Francia, Italia e incluso Brasil. Al igual que el título de uno de nuestros blogs amigos, cine para gourmets.
Otro estreno a priori interesante es El mundo según Barney, película por la que el magnífico actor Paul Giamatti ganó el globo de oro este año. Basada en la novela del canadiense Mordecai Richler, la crítica cataloga de buena la película, que recorre muchos años de la caótica vida del protagonista aunque coincide que por encima de la historia sobresale la interpretación del actor. Una propuesta sin duda interesante.
Otra posibilidad para los que quieran acudir al cine a pasar un buen rato sin más, o para llevar a los niños es la película de animación Gnomeo y Julieta en la que participa el estudio Disney y en la que como se desprende del título, se versiona en clave de humor el clásico de Shakespeare.
Completan los estrenos El rito, una de exorcismos con Anthony Hopkins que echa bastante para atrás, una producción española titulada Vidas pequeñas, dirigida por Enrique Gabriel,  una historia coral que no despierta a priori demasiado interés y una producción vasca titulada Mugaldekoak (Operación Cométe), un drama bélico situado en la II Guerra Mundial, del que no sé casi nada. Como cada semana, cualquier opinión sobre lo que he visto u aportación sobre lo que no, será recibida con los brazos abiertos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Peliculas recomendables no estrenadas: 6 proposiciones coreanas.

Hoy voy a inaugurar una nueva sección en la que recomendaré películas que me han gustado y que no se han estrenado comercialmente en nuestras pantallas. Será una sección que aparecerá de manera irregular, cuando me parezca que tengo el suficiente material interesante para la propuesta. En esta primera entrega y sin que sirva de precedente, voy a aprovechar que dispongo de suficiente material y que estos días es noticia el lanzamiento directamente en dvd de Mother, la última película de Bong Joon-ho, para proponer un post de recomendación temático. La citada Mother y otras cinco películas coreanas (del sur, claro): My dear enemy, Castaway on the moon, Bedevilled, Thirst y I saw the devil . Una cinematografía que goza de gran salud, diversa, arriesgada y de calidad, pero difícil de ver lejos de los festivales especializados. Los interesados que sepáis que todas las películas circulan por la red con subtítulos en español y que Mother, como he indicado, se lanza este mes al mercado en España en dvd.



            




MOTHER (2009) Dir: BONG JOON-HO

El prestigioso director coreano Bong Joon-ho, artífice de la espectacular obra maestra Memories of Murder, de la desconcertante monster movie The Host y del mejor episodio de la película Tokyo! vuelve a la dirección con una película intimista con elementos de intriga y thriller que la acercan en intenciones a la primera película citada. Si algo caracteriza al cine coreano es el exceso y sus thrillers, suelen tener rocambolescas y alambricadas tramas que juegan y despistan al espectador hasta tal punto, que uno se acaba dejando arrastrar por los acontecimientos con cierto mareo y desasosiego. Mother no es la excepción y su director, se sirve de planos muy cuidados, de una fotografía oscura, de situaciones al borde de la credibilidad y de giros argumentales constantes para atrapar al espectador en la vorágine de la historia. Cabe destacar a la soberbia  madre del título, la veterana Kim Hye-ja que otorga a la interpretación toda la dignidad que su personaje requiere. Una película muy recomendable que, en mi opinión, no supera ni de lejos Memories of murder, pero que seguro merecería haberse estrenado y sin duda, verse.



            









MY DEAR ENEMY (2008) Dir: LEE YOON-KI

Una treintañera soltera y en paro decide buscar a su ex novio para reclamarle el dinero que le prestó antes de su ruptura. Él, un estafador con mucho encanto, le promete reunir la nada desdeñable cantidad ese mismo día. Como ella no se fía, lo acompañará en un viaje por la ciudad que los llevará a las más diversas situaciones personales y les harán compartir momentos con gente diversa. El interesante director Lee Yoon-Ki (al que habrá que seguir la pista y que participó en la sección Oficial de la Berlinale de este año con Come rain, come shine) rueda una película  llena de situaciones divertidas, románticas y trascendentes, pero siempre desde la  ligereza exquisita de su tratamiento. Cercana, me dijo un amigo con cierta razón, al Jarmush de Flores Rotas, la película se nutre de situaciones, de silencios, de cómplices miradas y de dos actores (Jeon Do-yeon y Ha Jung-woo) con una química brutal y nos hace disfrutar de su deambular, tanto físico como vital, en una película fresca y deliciosa rematada con un brillante final. Una pequeña joyita.



             





CASTAWAY ON THE MOON (2009) Dir: LEE JAE-HOON

Otra película deliciosa es la ópera prima de Lee Jae-Hoon, Castaway on the moon, de la que no voy a explicar nada de su argumento, ya que es importante el factor sorpresa. Entre el drama existencial y la comedia romántica (como si el Tsai Ming-liang de The Hole, por ejemplo, cambiase radicalmente de registro) la película divierte, emociona, está llena de talento y de una originalidad que sorprende constantemente. Un tanto irregular y con un final sin duda opinable, la película es una hermosa fábula, un cuento sobre los tiempos que nos ha tocado vivir, un verdadero soplo de aire fresco al cine, a nuestra propia vida, que no deberiáis dejar pasar. Teniendo en cuenta, como decía al principio, que la película es la ópera prima de su director, además firmante del guión, sin duda, Lee Jae-hoon se convierte en otro director al que habrá que estar atentos para no perdernos su siguiente movimiento.


         






BEDEVILLED (2010)  Dir: JANG CHEOL-SOO

Bedevilled  también es el debut del director Jang Cheol-soo, hasta ahora ayudante de dirección en algunas películas de Kim Ki-duk. Si ya nos habíamos acostumbrado  a la reinvención por parte del cine coreano del thriller, en esta ocasión reinventa, en cierta manera, el slasher. La película se divide claramente en dos partes, lo que es su mayor mérito, pero crea un desconcierto que también puede ser, para algunos, su mayor demérito. En la primera, vemos un drama rural con mujer maltratada donde los malos son muy malos y donde ella aguanta todos los martirios inimaginables, la segunda es el slasher, su rotunda y sanguinolienta venganza, trufada de salvajismo, humor y un cierto tono paródico que choca frontalmente con la primera parte del film. Al finalizar la trama, tan rocambolesca como el cine coreano nos tiene acostumbrados, lo mejor es no plantearse demasiado el conjunto, sino estar satisfecho de haberlo disfrutado en su absoluto y demencial exceso. Una película muy recomendable para amantes del terror y el slasher ávidos de descubrir nuevos territorios sanguinolientos.



            
THIRST (2009)  Dir: PARK CKAN-WOOK

El director Park Chan-wook es toda una institución del cine coreano moderno. Artífice de la soberbia  Old Boy, junto con sus dos acompañantes en la trilogía de la venganza: Sympathy for Mr. Vengeance y Sympathy for lady Vengeance, además cuenta en su haber con películas tan apreciables y menos conocidas como Joint Security Area o I'm a cyborg, but that's ok. Thirst, la película que nos ocupa (hasta ahora su último film) es su primera incursión en el cine de terror, concretamente en el de vampiros, pero desde una perspectiva tan original como para algunos desconcertante. La historia es lenta, fracturada, de guión anárquico pero repleta de secuencias técnicamente impecables, en algún caso hermosas, que fascina por sus actuaciones, en especial la de la díscola y salvaje Kim Ok Bin y por el enfrentamiento de las personalidades de los dos protagonistas (una especie de tesis filosófica y vital que es la base de la película) tan espectacularmente retratado en esa escena final que ya es antología del cine de vampiros y del cine cine. Si os atrevéis no os la perdáis porque es la última película de uno de los grandes de la actualidad.


            






I SAW THE DEVIL (2010)  Dir: KIM JI-WOON

Para terminar, una de las películas que actualmente está más en boca del público festivalero. Del director Kim Ji-won, autor de películas tan interesantes como A tale of two sisters, El bueno, el malo y el raro o Bitterswet life, nos llega la salvajada I saw the devil, un ultra-violento y sangriento relato sobre la venganza y los límites que separan el bien del mal, la humanidad de la animalidad. Una película enloquecida, hiperbólica, desquiciante que nos mustra gráficamente las truculentas venganzas que un par de personajes se van devolviendo durante 140 minutos de metraje. Lejos de ser una película sucia, la dirección es exquisita, elegante, con un tempo algo tranquilo al principio, pero que se enfurece hasta el no retorno. Una propuesta radical, no apta para estómagos sensibles, lejana a la obra maestra que algunos dicen ver, pero altamente disfrutable.