miércoles, 23 de mayo de 2018

Filmografía de Eduardo Sánchez: El hombre que pasó desapercibido tras co-dirigir The Blair witch Project

Tras tanto post serio y grandilocuente y extenso, vamos a irnos por el lado del terror y del cine menos conocido y menos actual en el modesto post de hoy. Vamos a hablar de uno de los dos directores de una de las películas más influyentes del cine de terror moderno: El proyecto de la bruja de Blair. En concreto de Eduardo Sánchez, co-autor de la película aludida y de tres largometrajes posteriores que han pasado bastante desapercibidos para el gran público y de forma no del todo justa.
Seamos claros. El cine de Eduardo Sánchez no es genial. Su irregularidad, incluso dentro de una misma película es obvia. Su condena a lidiar con bajos presupuestos tras su ópera prima tampoco le ayuda en exceso. Pero justo por este motivo, considero que Eduardo Sánchez suele salirse por encima de la media en los resultados globales de sus películas y que solventa con cierta artesanía y buen hacer buena parte de su obra, donde otros con sus nimios presupuestos caerían en el más profundo ridículo. Es lo que se llama ciertas dosis de talento. Pero hagamos un breve repaso a sus cuatro películas:

El proyecto de la bruja de Blair, amada y odiada por el público, es una de las películas más influyentes (para bien o para mal) del cine de terror de los últimos 25 años. Creo que esta afirmación es sin duda indiscutible. Luego cada uno ofrecerá su valoración. La mía es que es una de las mejores películas de terror de los últimos 25 años y que debería figurar sin ninguna duda en una antología de las mejores películas de la historia del cine de terror. Porque más allá de su acertado marketing, la película co-dirigida por Eduardo Sánchez y Daniel Myrick es un tratado del terror puro, visceral. De aquel que sentimos de forma abstracta basándonos en ciertos referentes culturales o populares que sin quererlo nos acechan. La bruja del título es solo uno de los temores de los personajes perdidos en el bosque. Porque en realidad el terror es a la oscuridad, a la soledad, a lo desconocido, a nuestra propia capacidad de generar terror de lo abstracto. La cinta, rodada con un presupuesto ínfimo y con actores no profesionales y con la cámara en mano logra unos resultados espectaculares, con momentos de terror puro como pocas veces se han mostrado en una pantalla de cine y un final ejemplar que muchos han copiado sin exhibir tanto talento. El cine de terror mockumentary o found footage alcanzaba una cumbre que decenas de películas después no ha sido ni superado, ni igualado, ni tan solo nadie se ha acercado de ninguna manera. Una auténtica maravilla vilipendiada por muchos y amada por otros. Historia del cine de terror hace muchos años. Por algo será.

Tras esta película y tras un mediometraje para explotar el filón de la bruja por televisión, ambos directores se separan e inician desiguales y bastante fracasadas carreras en solitario. La segunda cinta dirigida por Eduardo Sánchez es Altered. Y pese a ciertas irregularidades y un final bastante triste no está nada mal. Es otra película con cuatro personajes y casi una sola localización en su mayor parte de metraje que saca unos resultados muy destacables de una premisa a priori ya tratada hasta la extenuidad en el cine de terror. Pero la dirección de Sánchez hace de esta película de extraterrestre atrapado que tras ser encerrado en una casa buscará venganza nos recuerde a veces a La cosa de Carpenter, otras a cintas del estilo putrefacto de Cabin Fever, la ópera prima de Eli Roth y solo a veces nos recuerde un cierto cine de tono casposo no del todo acertado. La valoración final es más que positiva y la tensión que el director logra crear de las relaciones personales en un momento de tensión y miedo extremo en un espacio cerrado no están al alcance de todos los pulsos.

Su tercera película quizás es su cinta más floja, pese a un inicio más que prometedor. Quizás porque de alguna manera el director intenta triunfar haciendo ciertas concesiones en su guión y el tiro le sale por la culata. Estamos hablando de Seventh Moon que tiene un arranque muy prometedor de terror minimalista y auténtico muy en la linea de la ópera prima del realizador o del Ti West más inspirado pero pronto se desmorona. Lo que el director tenía por contar, la idea inicial, termina pronto. Y claro hay que llenar el metraje. Esto es un largo. Así que la historia se alarga sin justificación, se repite, aburre y pierde fuerza hasta llegar a un final pésimo, efectista, con un guión que hace aguas y que termina por lastrar el vago recuerdo que quedaba de su esperanzador inicio. Muy flojita. 

Sin embargo, su última cinta, Lovelly Moly es quizas su mejor película desde aquella lejana ópera prima del 1999.  Y es que Eduardo Sánchez la acierta con esta nueva vuelta de tuerca en el tema de posesiones. Una chica recién casada se traslada a su casa familiar que llevaba años abandonada. Pero algo del oscuro pasado de su infancia parece escondido en la casa, en forma de ente y está dispuesto a volver a atemorizarla. Obsesionada, temerosa, la adorable Molly del título empezará a degenerar física y emocionalmente hacia un estado de trastorno. Con secuencias muy logradas de terror paranormal, con explicaciones y conclusiones ambiguas e incluso con una ciertas intenciones que trascienden en mucho el mero género de terror la película es algo irregular, cierto, pero muy reivindicable.