Pues bien, una semana más los estrenos apetecibles y que miran a los Oscar han sido varios y he vuelto a ver un número importante (4 de las estrenadas el pasado viernes), así que vamos a hacer un pequeño comentario de todas ellas de la que más a la que menos me ha gustado.
Con Bestias del sur salvaje traía los deberes hechos, ya que la vi en el Festival de Sitges de esta edición hace unos meses. En aquel momento dije lo siguiente "Se trata de una cinta independiente americana muy especial y que levantó opiniones muy contrapuestas. La cinta nos habla de una zona arrasada por las inundaciones en un lugar pobre de EEUU (el lugar es inventado, pero la metáfora es obvia) desde la mirada de una niña. Uno de los puntos más fascinantes de la película es esa mirada inocente a un mundo muy salvaje, muy pobre, que a parte de esa inocencia la carga de una estética muy onírica, muy difusa, muy vaporosa que la diferencia del resto de propuestas sobre estas situaciones. La película nos habla de la libertad, de los sentimientos primitivos, básicos, de la parte netamente animal que poseemos en nuestra esencia y nos muestra una relación padre-hija de amor sin afecto que tiene un par de momentos en los que es muy difícil no emocionarse. Una joyita, muy pequeña, muy especial, que quizás, aún dará mucho de que hablar este año cuando lleguen las entregas de premios". No me diréis que no os doy avances exclusivos... La película sin duda ha dado de que hablar en tema premios, ¿no?
Proyecto Nim es un multipremiado documental dirigido por James Marsh, autor de aquella joyita oscarizada titulada Man on wire. La historia nos habla de como el chimpancé Nim del título es usado para experimentar si un animal puede aprender a expresarse con los humanos mediante el lenguaje de signos. Así que se lo quitan a su madre de sus brazos, se lo dan a una familia humana y lo intentan criar como a un hijo más. Como podréis imaginar ir contra natura no es bueno y solo se le puede ocurrir a una especie tan estúpida como la humana. La cosa saldrá muy mal y la película nos mostrará el drama del animal al tiempo que nos hace reflexionar sobre el hecho de querer controlar incluso lo incontrolable, sobre el uso que los humanos hacemos de los animales y en última instancia, sobre la lamentable forma de engañarnos a nosotros mismos, con tal de llenar según que vacíos afectivos. Todo ello en consonancia con mostrar la cutrez de unas investigaciones en una época en que todo valía, los 70. La película, pese a algún bajón importante de ritmo en su tramo central, es más que interesante y consigue indignarnos y emocionarnos con las desventuras de Nim. Un animal, sí, pero al que jodimos la existencia nosotros, no su condición de animal.
Mucho menos interesante, aunque distraída si la vemos sin demasiado juicio analítico, es El lado bueno de las cosas. El otrora prometedor David O. Russell demuestra que ya no es un enfant terrible, sino un director absolutamente engullido por la filosofía Hollywood, aunque tanto él como su industria se esfuercen en colarnos que lo suyo es distinto. Permitidme que os diga que poco. El lado bueno de las cosas es diferente por un par de momentos hilarantes que se salen de la norma, cierto, pero en el fondo es la comedia romántica de toda la vida, previsible y más de lo mismo. La presunta profundidad debido al tema de la enfermedad del protagonista (que es bipolar) se deja pronto de lado, sin profundizar en ella, incluso banalizándola para ir a lo que realmente le interesa a la película. Una historia de amor algo freak de unos personajes a los que rodean unos secundarios aún más freaks. El resultado como digo es divertido si uno se limita a ver una comedia romántica de consumo y buenas interpretaciones (en especial de la sorprendentemente sexy Jennifer Lawrence) pero poco más. La aureola de película superior, sinceramente, la encuentro injustificada. Y sus nominaciones a los Oscar, me indignarían sino fuese porque yo me tomo a los Oscar como un circo para divertirme y si puede ser (y casi siempre se puede) rajar.
La última cinta de la semana es aún más triste. Se trata de El vuelo, de aquel director llamado Robert Zemeckis que tanto nos hizo disfrutar de títulos como Regreso al futuro pero que en el fondo ya hace años que flirtea con la más absoluta basura (como ya hizo en aquella estupidez que tantos amáis titulada Forrest Gump).
El vuelo tiene un par de cosas buenas. La escena del accidente aéreo, muy bien rodada y la genial interpretación de Denzel Washington, sin fisuras. El resto es un film sobre el alcoholismo y sus derivadas que en muchos casos está cercano al telefilm (con toda la carga peyorativa que se le puede dar a la palabra telefilm) y en otros a una película potable de conflictos con uno mismo y que se mueve en una linea de personaje moralmente reprobable que parece lo mejor del film. Y digo parece porque el final, patético, vergonzoso, del que se avergonzaría el Spielberg más manipulador y sentimentalista da un giro moral a la historia que no solo cuesta de creer sino que rompe todo el tono de la película hasta entonces. Tres escenas finales, la primera muy discutible, y la segunda y la tercera terribles hacen que uno termine de ver la película con un sabor de boca agrio, ofendido por el hecho de que Hollywood nos pueda tomar por tan gilipollas.
Para terminar el post de hoy, mi top-5 de estrenos de este enero del 2013, del que yo mismo me hubiese sorprendido antes de empezar el año si me lo hubiesen filtrado. Pero es el que es:
1- La noche más oscura
2- Bestias del sur salvaje
3- Django desencadenado
4- Tabú
5- Proyecto NIm
Ya sabéis que mis opiniones son mías y de nadie más. Cualquiera que quiera ofrecer otro punto de vista de cualquiera de las películas citadas será bienvenido, escuchado y respetado. Mañana más estrenos en nuesta cartelera.