El cine iraní suele tener unos rasgos autorales muy marcados en la mayoría de sus películas más reseñables :
1- En su inmensa mayoría de cintas los protagonistas son niños.
2- Siempre ruedan en exteriores y estos exteriores suelen tener una importancia capital para la historia, un poco en la linea de lo que los exteriores resultaron para el neorrealismo italiano.
3- Muchas películas son muy sencillas y están explicadas como una sucesión de anécdotas pero esconden una parábola o una metáfora que el cineasta usa en forma de crítica social.
4- El ritmo es lento y a veces las historias carecen de clímax ni de final, resultando algo parecido a un trozo de vida filmada.
5- En muchos casos la frontera entre la ficción y el documental es muy leve y en algunos casos incluso se habla de cine, con fragmentos de cine dentro del cine logrando unas capas de espejos sobre la realidad difíciles de discernir.
He visto bastantes películas iraníes, pero la distribución y la forma de llegar a ellas no es muy amplia. Así que seguro me falta mucho por ver. Si alguien conoce alguna película reseñable que no esté en la lista que no dude en aportarla. Por ahora, mi lista de doce películas más recomendables del cine iraní son éstas:
Bajo la estatua del Buda que destruyeron los talibanes, aún viven miles de familias. Baktay, una niña afgana de seis años, es incitada a ir a la escuela por el hijo de sus vecinos que lee los alfabetos frente a su cueva. De camino a la escuela, es acosada por unos niños que juegan de forma cruel reflejando la sociedad tan violenta que los envuelve. Los niños pretenden lapidar a Baktay o destruirla como el Buda, o dispararla como hicieron los americanos en el laberinto de cuevas. ¿Será capaz Baktay de superar estos obstáculos para poder aprender los alfabetos en su lengua materna? (FILMAFFINITY)
Con solo 17 años Hana Makhmalbaf realizó esta irregular película, algo obvia en sus planteamientos, pero cargada de cierta fuerza crítica y cinematográfica esperanzadora para haber sido realizada por una chica de tan corta edad. Con una inolvidable interpretación de la niña protagonista Nikbakht Noruz y algunas secuencias de creciente tensión, la película resulta a veces estremecedora y a veces casi naïf. Premiada en San Sebastian con el Premio especial del Jurado.
Los vecinos de un barrio de Teherán denuncian en la Dirección de Asuntos Sociales la dramática situación en la que se encuentran dos hermanas gemelas de 11 años, encerradas por su padre desde su nacimiento, alegando que sus hijas son como flores que pueden marchitarse con el sol. Cuando las autoridades toman cartas en el asunto, las hermanas quedarán libres y se enfrentarán a un nuevo mundo totalmente desconocido para ellas. (FILMAFINITY)
La ópera prima de Samira Makhmalbaf, La manzana, fue en su momento un hito debido a la corta edad de su realizadora (de nuevo 17 años), la crítica social que lleva implícita y sobretodo el hecho de que surgiese una mirada femenina en un país donde la mujer tiene un papel tan secundario. Sencilla, pausada y con planos muy bien elaborados (quizás el padre de la chica ayudaba) La manzana es tanto un grito en el desierto como un canto a la vida.
Un hombre llamado Hossein Sabzian pretende hacer creer a unos vecinos que es un importante director de cine. Les ofrece convertirse en protagonistas de su próxima película aprovechándose de su ingenuidad, hasta que es descubierto y empieza otra realidad para el avispado "cineasta", que será demandando por los afectados.
El prestigioso y multipremiado cineasta iraní Abbas Kiarostami, realiza una estimulante mezcla de falso documental y drama introspectivo con la que demuestra su gran amor al cine y a su Terán natal. A medio camino entre la realidad y la ficción, Kiarostami se reinventa a sí mismo para crear un film singular, tan rompedor como estimulante, abriendo las puertas hacia el debate ético y moral. Escogida por la legendaria revista Cahiers du Cinéma, como una de las 10 mejores películas del año. (FILMIN)
Pues poco más que añadir a la sinopsis de Filmin (obviamente podemos ver la película en dicho portal por 1'95 euros, además de otras que enlazaré cuando use sus sinopsis). Si antes decía de la fina linea que separa a veces en el cine iraní ficción de realidad este es el ejemplo más rompedor, del gran Abbas Kiarostami, que realiza un híbrido entre documental, mockumentary y ficción tan apasionante como de gran carga intelectual. Casi desconocida y muy reivindicable.
Jarshid es un niño ciego de diez años que vive con su madre. Como no pueden hacer frente al alquiler de la casa en la que viven, el casero les quiere echar, razón por la cual el pequeño tiene que conseguir el dinero necesario trabajando como afinador de instrumentos musicales. (FILMAFFINITY)
Aunque la película del padre Makhmalbaf se acerca a la moda imperante en el cine iraní de cine con niños y crítica social en forma de parábola, el cineasta usa aquí los sentidos del protagonista para ofrecer una obra más artística, más abstracta y más experimental a medio camino entre el cuento y la poesía.
Ahmad lleva años viviendo en Alemania y ha vuelto a Irán, su país natal, para una corta visita. Sus amigos de la universidad deciden organizar una reunión de tres días en el mar Caspio. Sepideh, una de sus amigas, sabe que Ahman acaba de divorciarse de una alemana. Se ocupa de organizarlo todo e invita a Elly, la maestra de su hija, a la reunión. Elly cae bien a todos. El segundo día, Elly desaparece. El grupo se pone en contacto con su familia, pero no saben nada de ella. Todos culpan a Sepideh por invitar a Elly y estropearles la reunión. Poco a poco, el grupo cambia de opinión acerca de Elly, hasta que la verdad acaba por salir a la luz (FILMIN)
Justo antes de realizar Nader y Simin, una separación, Ashgar Farhadi ya dio signos de renovación del cine de su patria con esta película algo irregular (para mi gusto tiene una primera mitad espléndida y una segunda menos acertada) en que no hay niños, ni parábolas ni calles destruidas con gentes pobres, sino un grupo de jóvenes que se divierte con naturalidad un fin de semana. Una primera parte con reminiscencias de La aventura de Antonioni y una segunda mitad en que entra cierto tono de thriller para un film que pese a posibles fallos anuncia lo que vendrá después y que es muy reivindicable.
La conmovedora historia de unos niños de un pueblecito del kurdistán iraquí que cada día arriesgan sus vidas desactivando minas para luego venderlas. Al mismo tiempo el pueblo busca desesperadamente una antena parabólica para conseguir noticias acerca del ataque de Estados Unidos contra Irak. (FILMIN).
Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, la película de Bahman Ghodabi también tiene niños pero está lejos de la dulzura que poseen algunas de sus predecesoras. Escalofriante y desgarradora película de denuncia que no solo entristece sino que casi aniquila al espectador por su terrible dureza. Un auténtico grito de dolor clamando justicia.
El 21 de marzo, primer día de la primavera, se celebra en Irán el Año Nuevo. Razieh, una niña de ocho años, sueña con conseguir el tradicional pez dorado de esas fiestas. Con la ayuda de su hermano Ali, convence a su madre de que le dé dinero para comprarlo. Pero el camino hasta la tienda donde venden peces dorados es muy largo y está lleno de peligros. Razieh, sola y desamparada, vive toda clase de peripecias antes de conseguir lo que quiere: pierde y recupera el dinero, se lo roban, se le cae por una cloaca, llega tarde a la tienda. (FILMAFFINITY)
Una de las primeras películas de Jafar Panahi con guión de Kiarostami y claro ejemplo del más brutal minimalismo argumental. La película nos muestra las pequeñas peripecias de una niña y lo que realmente importa es lo que vamos viendo a su alrededor y además termina con un plano buenísimo, que además de dar título a la película nos viene a decir que podríamos haber hecho otra película de denuncia mucho más clara pero que solo podemos sugerir. Premiada con la cámara de Oro en Cannes, uno de los títulos emblema de la cinematografía iraní.
Película que refleja la situación de Afganistán bajo el régimen talibán. Curiosa e involuntariamente, fue estrenada en la misma época que EEUU atacaba el mencionado país tras los atentados del 11 de Septiembre, lo que promocionó la película de forma adicional. (FILMAFFINITY)
Incluí en su momento esta película entre las mejores 200 película de la década pasada. Dije lo siguiente: " En Kandahar, Mohsen Makhmalbaf cambia a los niños protagonistas por una mujer y la inocente percepción de la realidad de éstos por una mirada mucho más atroz, que peca al principio incluso de sensacionalista (aunque quizás está en su derecho) pero que mezcla costumbrismo, con un humor surrealista desconcertante y brutalidad con imágenes de una poética sublime. Makhmalbaf nos muestra la realidad de un Afganistán de antes de la guerra con EEUU, cuando una mujer que se exilió en Irán decide acudir al rescate de su hermana que permaneció en la capital afganesa, Kandahar, y que ya no soporta tanta opresión. Una bella mirada cubierta por un burka, un hermoso paisaje lleno de devastación, gente encerrada en una cárcel sin rejas, gestos, colores. Una propuesta tan pequeña como necesaria".
Historia de un alumno que busca la casa de un compañero para devolverle su cuaderno. En la escuela del pueblo de Koker, al norte de Irán, Mohamed no ha hecho los ejercicios en el cuaderno y el profesor le amenaza con la expulsión si vuelve a repetir la misma falta. Esa misma tarde, su compañero, Ahmed, toma por equivocación el cuaderno de Mohamed y cuando decide ir a buscar la casa de su amigo para devolvérselo, se pierde en la noche. Un canto a la solidaridad protagonizada por un niño, capaz de atravesar a pie kilómetros de campos en mitad de la noche por evitar el mal de su compañero. (FILMAFFINITY)
Seguramente la primera película (o la primera que se conoce en Occidente) iraní con historia muy pequeñita y protagonizada por niños. Muy sencilla, muy minimalista, cargada de buenos sentimientos, con paisajes muy abiertos y pequeños gestos, esta parábola con moraleja sigue siendo una de las más conocidas y valoradas del cine de Irán. Con ella se dio a conocer Abbas Kiarostami.
3- Niños del paraíso (1997) de Majid Majidi
Los zapatos de la pequeña Zhore han desaparecido. Su hermano mayor Ali los ha perdido. Son pobres, y no tienen para unos zapatos nuevos. Pero ellos dan con una idea para que Zhore tenga sus zapatos: compartir los de Ali... (FILMAFFINITY)
En la misma tradición que la película que nos precede, cine con niños y parábola con buenas intenciones, Majid Majidi teje un film con pocos medios pero muy emotivo sobre unos hermanos que deben compartir sus zapatos en el día a día. Triste, poética, esperanzadora y muy en el fondo desgarradora, el cineasta iraní logra el milagro casi sin presupuesto pero con mucha sensibilidad y cariño. Su película estuvo nominada al Oscar. Para todos los públicos.
2- Nader y Simin, una separación (2011) de Asghar Farhadi
Cuando su esposa le deja, Nader contrata a una joven para que cuide de su padre enfermo. Pero no sabe que la mujer no solo está embarazada, sino que trabaja sin el consentimiento de su perturbado marido. Nader no tarda en encontrarse en medio de una maraña de mentiras, manipulaciones y enfrentamientos.(FILMIN).
Pues una de las películas del pasado año, ganadora de múltiples premios que comenzaron con el Oso de Oro en Berlín y terminaron con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La historia de dos matrimonios a los que un percance enemista levanta con suma sutilidad los problemas de las relaciones entre los humanos en un film sin culpables, solo con víctimas y con el Irán actual como telón de fondo. Imprescindible.
1- El sabor de las cerezas (1997) de Abbas Kiarostami
Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1997, Abbas Kiarostami consiguió el reconocimiento internacional con la historia de un hombre de mediana edad dominado por el deseo de suicidarse. Su única preocupación es encontrar a alguien que le ayude y se comprometa a enterrarlo. En su búsqueda conocerá a una gran variedad de personajes. (FILMIN)
Obra maestra del mejor cineasta iraní de todos los tiempos, ganadora de la Palma de Oro en Cannes y solo apta para los cinéfilos más inteligentes, la historia de un hombre que circula con su coche por paisajes áridos en busca de ayuda para que alguien lo entierre en el momento de su suicidio es una película muy triste, muy melancólica, muy discursiva, muy filosófica pero de una sutilidad tan y tan grande que para muchos será imposible de comprender. Con una importancia capital de sus paisajes secos, con un final de nuevo con cine dentro del cine que desconcierta pero que trasciende y tocada por la gracia de la sublimidad, la película está muy lejos de ser plato de todos los gustos, pero deja huella imborrable en los que sabemos disfrutarla.
3- Niños del paraíso (1997) de Majid Majidi
Los zapatos de la pequeña Zhore han desaparecido. Su hermano mayor Ali los ha perdido. Son pobres, y no tienen para unos zapatos nuevos. Pero ellos dan con una idea para que Zhore tenga sus zapatos: compartir los de Ali... (FILMAFFINITY)
En la misma tradición que la película que nos precede, cine con niños y parábola con buenas intenciones, Majid Majidi teje un film con pocos medios pero muy emotivo sobre unos hermanos que deben compartir sus zapatos en el día a día. Triste, poética, esperanzadora y muy en el fondo desgarradora, el cineasta iraní logra el milagro casi sin presupuesto pero con mucha sensibilidad y cariño. Su película estuvo nominada al Oscar. Para todos los públicos.
2- Nader y Simin, una separación (2011) de Asghar Farhadi
Cuando su esposa le deja, Nader contrata a una joven para que cuide de su padre enfermo. Pero no sabe que la mujer no solo está embarazada, sino que trabaja sin el consentimiento de su perturbado marido. Nader no tarda en encontrarse en medio de una maraña de mentiras, manipulaciones y enfrentamientos.(FILMIN).
Pues una de las películas del pasado año, ganadora de múltiples premios que comenzaron con el Oso de Oro en Berlín y terminaron con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La historia de dos matrimonios a los que un percance enemista levanta con suma sutilidad los problemas de las relaciones entre los humanos en un film sin culpables, solo con víctimas y con el Irán actual como telón de fondo. Imprescindible.
1- El sabor de las cerezas (1997) de Abbas Kiarostami
Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1997, Abbas Kiarostami consiguió el reconocimiento internacional con la historia de un hombre de mediana edad dominado por el deseo de suicidarse. Su única preocupación es encontrar a alguien que le ayude y se comprometa a enterrarlo. En su búsqueda conocerá a una gran variedad de personajes. (FILMIN)
Obra maestra del mejor cineasta iraní de todos los tiempos, ganadora de la Palma de Oro en Cannes y solo apta para los cinéfilos más inteligentes, la historia de un hombre que circula con su coche por paisajes áridos en busca de ayuda para que alguien lo entierre en el momento de su suicidio es una película muy triste, muy melancólica, muy discursiva, muy filosófica pero de una sutilidad tan y tan grande que para muchos será imposible de comprender. Con una importancia capital de sus paisajes secos, con un final de nuevo con cine dentro del cine que desconcierta pero que trasciende y tocada por la gracia de la sublimidad, la película está muy lejos de ser plato de todos los gustos, pero deja huella imborrable en los que sabemos disfrutarla.