Crónica festival de Sitges. Día 4: Una cabaña en Sitges

El cuarto día en Sitges, quizás el día en que a priori veía cine más comercial, ha terminado con un balance bastante positivo. Terminado el fin de semana, mañana estaremos por allí muchos menos y empezaran a caer las cintas más esperadas de esta edición, lo que me parece sospechoso e incluso reprobable. Pero no seré yo quien lance la primera piedra…

Lleno absoluto para ver tempranito, el segundo largometraje del niño mimado de Sitges J.A.Bayona The impossible, una cinta con la que tenía serios prejuicios. Y es que hacer espectáculo de un hecho real tan reciente me parece bastante indignante, pues al final se trata de hacer dinero con una macrodesgracia ajena de las que ponen los pelos de punta. Y además, en este tipo de películas, manipular y emocionar es tan fácil que carece de mérito y según todo el mundo decía Bayona manipulaba mucho. Tras el visionado he de decir que me postulo entre los defensores de la película. No es que me haya encantado, pero dentro del género la encuentro bien hecha y apreciable. Es cierto que se le va la mano en alguna escena con excesos melodramáticos (pero mucho menos de lo esperado) y que la música pone nervioso de tan marcadamente sensacionalista como es, pero no creo que la realidad a la que Bayona se debe difiera mucho de lo que el relato nos muestra. Además, como todo el mundo coincide, la escena del tsunami es brutal y las interpretaciones de Naomi Watts, que vuelve a sufrir mucho y de Ewan McGregor son sensacionales, así que, poco que reprochar. Arrasará en taquilla, arrancará millones de lágrimas y emociones e indignará a los críticos más cultos. Nota: 6’5

Tras la apocalipsis parcial basada en hechos reales, la fantasía total basada en hechos improbables y acaecidos hace ya tres décadas. El Phenomena (evento que trae películas populares clásicas a Barcelona y que  está de tour por España) nos ha traído una brutal y fantástica copia digital remasterizada de ET, el extraterrestre que ha hecho las delicias de la sala. Se ha dado un premio de María honorífica a su actriz protagonista (la madre de los niños) Dee Wallace y la película de Spielberg se ha visto como una fiesta en un Auditori muy lleno y nos ha llenado de nostalgia y emoción. Y es que quizás, los excesos sentimentales a que nos tiene acostumbrados Spielberg, tan solo funcionan en sus películas dirigidas a la infancia, con una mirada más inocente. Ha sido un lujazo. Nota: 9

La tercera proyección ha sido la cinta de animación El alucinante mundo de Norman (una muy mala traducción del brillante título original Paranorman). Y es que Norman es un niño solitario que ve espíritus y se ve involucrado en la resolución de una antigua condena por brujería que va a levantar a los espíritus implicados y desolar la ciudad. La película en general ha gustado bastante, aunque en mi caso me ha parecido que más allá de la premisa inicial y cierto tono humorístico con muchos gags graciosos y frescos, le costaba avanzar en la trama y una vez mostradas sus cartas de homenaje al cine de terror divagaba un poco en su afán de encontrar una historia donde ubicar el homenaje y los chistes. Se pasaba el rato, eso sí. Nota: 6

Y llegaba una de las cintas más esperadas del festival (aunque el tiempo que lleva circulando por la red es mucho, no había localidades), nos referimos a la cinta de terror The cabin in the woods. Las expectativas estaban muy altas y había el riesgo de no cumplirlas. No voy a lanzar ningún spoiler, pero si pensáis ver la película en los próximos días, os aconsejo que dejéis de leerme y vayáis a la proyección lo más vírgenes posible en información. Si no, ahí voy. Creo que la película se justifica por su tercio final. Parece una historia mil veces vista de, como reza el título, una cabaña en el bosque y unos jóvenes carne de cañón. Pero hay una subtrama extraña que no terminamos de entender y que nos hace pensar que quizás no sea tan previsible. Pero la cinta va avanzando y no parece muy distinta a lo que estamos acostumbrados, ni considerablemente buena. Entonces llega ese último tercio, el tercio del que todo el mundo hablaba y que pensabas que de tanto hablar e imaginar te sabría a poco. Pero no lo hace. Un tramo final muy excesivo, genial, referencial, autoparódico, efectista, fanático y muy original revienta la película por dentro, la carga de adrenalina y la eleva a título de culto inmediato para los fans del fantástico y el terror. The cabin in the woods no es redonda, no es para nada regular, pero se queda en la retina del espectador. Por mucho tiempo. Nota: 8

Y finalmente asisto al remake de Maniac, la apreciable película de William Lustig de los años 80, una cinta que respeta mucho el guión original, así como ese espacio sucio y enfermizo que se encuentra físicamente en la casa del asesino y esa brutal composición de mente enferma que sufre el protagonista. Sin embargo dota a la narración de una cámara que casi siempre es subjetiva (y es un gran acierto, pues somos todos el maniaco) y Elijah Wood compone una actuación mucho más inquietante y enfermiza que la del film original. La película es muy gore, muy sucia, muy enferma, muy entretenida, muy bien rodada y supera a la cinta original, que la verdad tenía su rollo. Nota. 7’5

Mañana (hoy) un par de peces gordos, Rob Zombie y Pen-ek Ratanaruang con Lords of Salem y Headshot respectivamente. Dos posibles sorpresas, la cinta que triunfó en Sundande Safety not guaranted y la de terror indonesia Modus anomali. Y si las fuerzas acompañan, la japonesa Robo-G. Hasta mañana.