Crónica del festival de Sitges. Día 5: Rob Zombie divide Sitges

Pues llegamos al ecuador del festival. En estos cinco primeros días llevo la brutalidad de 24 películas, así que la media se acerca peligrosamente a la media centena, que jamás he visto en ninguna edición. Si a todas ellas, añadimos las casi 20 que vi con anterioridad y de las que hablé en el post previo, la lista de películas que voy a ver este año va a ser de locura. Os recuerdo que para ver los votos de los más de 30 colegas que participamos en ella, aquí tenéis la tabla de puntuaciones, siempre cambiante y al rojo vivo. En la suma y diversidad de opiniones está lo que más se acerca a la verdad, así que por ahora, la tabla en cuestión es lo más cercano a la verdad.

Hoy era un día con dos platos fuertes, la nueva película de Rob Zombie, que ha despertado opiniones dispares y antagónicas entre los presentes (los silbidos, que jamás se oyen cuando se proyecta una película mediocre de pasar el rato, se han dejado oir en la sala) y la nueva de Ratanaruang. A mí ambas me han parecido excelentes y por ahora, lo mejor del festival. Luego una sorpresa, Safety not guaranted, una mediocridad de pasar el rato titulada Robo-G (que claro, nadie ha silbado) y una decepción mayúscula, Modus anomali. Empecemos.

Desembarcaba Rob Zombie prontito con su secreta The Lords of Salem y ha provocado la división del personal. Yo no soy un megafan de Zombie, me gusta su Los Renegados del diablo, me da un poco igual lo otro y odio su Halloween, así que fui a la sesión con incertidumbre sobre lo que me parecería lo que iba a ver. The lords of Salem es un viaje con raíces en el cine de los setenta y ochenta que Zombie ve, admira y lleva a su terreno. Tiene cabida la música, la señora Zombie, la locura y la paranioia. Un inicio inquietante y divertido, con escenas de un poderío visual impresionante, va dando paso a un ambiente enfermizo, con guión algo quebrado, que termina en una discutida parte final excesiva, divagante y lisérgica. Zombie compone con riesgo formal y poderío visual una especie de ópera anárquica del mal con momentos brillantes y otros menos acertados, pero en general nos da una obra visualmente fascinante, muy personal, muy caprichosa y según mi punto de vista, de una calidad muy, pero muy superior a la media del cine de terror de los últimos tiempos. Nota: 8’5

Tras la polémica, un poco de calma con la proyección de la comedia de ciencia ficción japonesa Robo-G, una película con un punto de partida y unos primeros minutos bastante divertidos, pero que en su tramo central se alarga en exceso (sus dos horas son muy excesivas) y que no recupera el tono hasta un divertido final y un par de escenas entrañables que nos tocan el corazón. La película se deja ver, distrae de forma algo irregular y no molesta. Luego se olvida sin más. Nota: 6

A continuación la película Safety not guaranted, una cinta que también venía de Sundance y también con buena acogida. Se trata de una comedia dramática americana independiente con la ciencia ficción como telón de fondo. En realidad tiene puntos en común con estas comedias indies de personajes algo perdidos que se redimen ante una mirada a su interior que les hace percatarse de lo desgraciados que están siendo, pero en este caso, la película está narrada e interpretada con gracia, con mimo, con encanto, con ternura y uno se contagia de la historia y cae un poco rendido a los pies de los personajes. Un final realmente bueno remata la faena. Safety not guaranted es un film pequeño que merece mucho la pena y que puede ser una de las sorpresas del año. Nota: 7’5

La cuarta proyección volvía a ser una de las más esperadas por mí. Se trata de la película de mi admirado director tailandés Pen-ek Ratanaruang. En Headshot, el director disfraza su film de thriller y le da un poco más de convencionalidad de la que nos tiene acostumbrados. La trama es definible y se puede reconstruir tras rehacer el puzzle que se nos propone. Esta concreción narrativa no exime al director de mantenerse fiel a su estilo, planos largos, flotantes, rodados con misterio, con parsimonia, con una brutal sensualidad e historia que muestra su gama de personajes perdidos a que nos tiene acostumbrados, condenados a encontrarse en un punto común para luego separarse de nuevo, condenados a la soledad, a la individualidad inevitable, como una condena que cada personaje debe llevar. Triste, etérea, sensual, evanescente, mística, violenta, inabarcable, Headshot es cine puro. Cine de Ratanaruang. Nota: 8’5

Terminamos el día con la que debía ser una de las sorpresas en cuanto a cine de terror del festival, la indonesia Modus anomali. Pero la cinta es un absoluto despropósito, una estupidez sublime con guión pastiche de otras cintas, sin personalidad y sin sentido, que divaga, aburre, indigna y nos somete a una tortura de difícil justificación. Un presunto ejercicio de originalidad y estilo que ni es original, ni tiene más clase que la estupidez, ni tiene más sentido que el sinsentido. Alguien, en alguna sinopsis la comparó al cine de Lynch, como siempre. Es como comparar el orgasmo con el vómito. Nota: 1

Mañana otra vez dos platos fuertes, por un lado Chained, de Jennifer Lynch y por otro Cosmópolis, de David Cronenberg.Luego intentaremos completar con The wall y una de animación, The life of Budori Gusuko. Mañana estaba por ahí Argento, pero los hoarios me haráin dormir quizás cuatro horas y la mañana del miércoles está Antiviral, así que definitivamente descarto al director italiano. Mañana os cuento.