martes, 29 de noviembre de 2011

Mi película de la semana: Un método peligroso

El próximo viernes 2 de diciembre, este blog cumplirá dos años. Creé el blog gracias a la insistencia y ayuda de mi amigo Fabio de Minicis, que tiene el blog de diseño Fabiobook y como no sé si nunca le he dado las gracias, aprovecho el momento para hacerlo. Las estrellas que encabezan mis críticas, que quizás no lo habíais pensado jamás, pero son estrellas con parte del cartel de la película que da nombre al blog Lost Highway, también son creación suya.
Empecé el blog con cierta inocencia y un par de pretensiones, luego todo evolucionó un poco sobre la marcha. La primera era cubrir el festival de Sitges al que iba asistiendo hacia muchos años y aportar aquí mi experiencia y mi pasión por él, cosa que he realizado los dos años del blog, acreditado y muy feliz. La segunda, aprovechar la desmesurada cantidad de películas  que había visto, estrenadas (o no) durante la primera década del S.XXI, para realizar una lista de las 200 mejores películas que había visto pertenecientes a  aquella década. Fue un trabajo enorme que realicé desde la inconsciencia y que ahora no me atrevería a hacer ni de broma. Sin embargo no me arrepiento, ya que siempre han sido los posts que reciben más visitas (como podéis ver en el margen derecho) y a nivel personal, más elogios. Siempre que puedo (creo que de forma justificada, debido al curro que me supuso) aprovecho la ocasión para redirigir allí a la gente que no vio la lista en su momento, así que, hoy, a punto de cumplir dos años de blog, no va a ser menos. Si os interesa, podéis leer aquí Mis 200 películas imprescindibles de la primera década del siglo XXI.
Entre las 200 películas que entonces reseñé había un par de David Cronenberg: Spider y Una historia de violencia y una de Carlos Sorín: Historias mínimas. Ambos directores han estrenado film este viernes y un servidor ha logrado ver las dos brillantes propuestas. Vamos con ellas.

Mi película de la semana: Un método peligroso

No voy a empezar a gritar a viento y marea mi pasión por David Croneneberg, que como he venido diciendo estos días es uno de mis directores favoritos de la actualidad. Voy a resumir mucho diciendo que es un director canadiense que empieza su carrera con un opinable cine de terror de bajo presupuesto, para después, sin abandonar el género crear una especie de sub-género que se bautizó como "la nueva carne", una especie de gore vs tecnología que removió mentes y estómagos y que en los últimos años ha ido mutando hacia un cierto clasicismo formal y unas historias mucho más contenidas y psicológicas. De su segunda etapa cabe destacar Videodrome, La mosca, Inseparables, El almuerzo desnudo o ExistenZ y de esta última Spider, Una historia de violencia o la que hoy nos ocupa, Un método peligroso.

Antes que nada advertir que Un método peligroso es cine complejo y denso que requiere de cierta predisposición, estado de ánimo y mente abierta para valorarla en su justa medida. Sé de personas con gustos más que interesantes que no han logrado entrar en el film y que por consiguiente han salido de la sala con cierta indiferencia. No ha sido tal mi caso. Fascinado por lo qué se explica y por cómo se nos explica, creo que Un método peligroso es una película que juega en otra liga, comparada con la mayoría de estrenos que nos invaden; una obra maestra que pese a su contención, logra producir pequeñas explosiones en nuestro cerebro y en nuestra sensibilidad  durante las horas posteriores a su visionado, para crecer más si cabe, que cuando salimos del cine.

La historia, basada en hechos reales y apoyada en la correspondencia conservada, nos explica el extraño triángulo que se produce entre los psiquiatras Sigmun Freud, Carl Gustav Jung y la paciente primero y psiquiatra también después Sabina Speilrein. La película trata los días del nacimiento del psicoanálisis y nos sumerge en un apasionante mundo de ideas, de reuniones intelectuales con líderes y discípulos, de egos y desavenencias pero sobretodo de pasión por el saber. Es una época, finales del siglo XIX, principios del XX, en que la intelectualidad (literaria, científica) se reunía en cafés, en casas, o donde fuese para compartir y evolucionar. En este aspecto, la época, culturalmente hablando, me parece apasionante.

Los densos temas que trata la película, de forma fragmentada y elíptica (de manera que a veces, si uno no conoce el tema, puede andar algo perdido) están llenos de verdad. La dualidad del ser humano por ceder a sus impulsos sexuales o contenerse, pocas veces ha estado tan bien tratada desde un punto de vista meramente psicológico como en esta película. El dilema sobre si la obligación del psiquiatra es curar o ayudar a que la persona viva consciente de sus enfermedades de la mejor manera posible es de una altura no solo psicológica, sino incluso filosófica. Además la película enfrenta dos personalidades muy fuertes en que en una aflora el pragmatismo y en otra cierto idealismo, en una la rigidez y en la otra una cierta sensorialidad en actos e ideas, al fin y al cabo, dos maneras de ver la vida. A todos estos temas temas tratados con la virtud de la buena palabra cabe añadir otros temas implícitos pero no desarrollados como el florecimiento del nacismo, la diferencia de clases o el obvio machismo de la sociedad. Además, la historia de amor entre Jung y Sabina está tan alejado de los tópicos, los lugares comunes y la sensiblería como cargada de un brutal, auténtico y emotivo romanticismo trágico (porque no olvidemos que el romanticismo y el concepto de tragedia siempre han ido cogidos de la mano, el resto es ñoñería moderna).

Todo ello lo sirve David Cronenberg con una elegancia impoluta y un estilo, más que nunca clásico en su director. Todo lo que cuenta es muy contenido y sobre todo muy sutil, por lo que espectadores que esperan más sensacionalismo se pueden sentir algo defraudados. Uno tiene la sensación de que los planos están medidos con una precisión quirúrgica y de que nada sobra en el resultado final. Sin embargo si cabe aclarar que el montaje que antes señalábamos fragmentado y muy elíptico deja espacios en blanco que el espectador puesto en el tema sabrá rellenar con su sapiencia y que el más ignorante, entre los que me incluyo, deberá documentar para una segunda visión más completa. Yo ya estoy en ello, apasionado.

El reparto está genial, destacando un preciso y enorme Michael Fassbender y perdonando cierta sobreactuación en los primeros cinco minutos de Keira Knightley que a algunos (a mi no, entre otras cosas porque no sé como se comporta una enferma con su cuadro clínico) ha molestado mucho. A estos cinco minutos de Keira, por buscar algún pero, añadiré la escena del barco, un pegote digital en medio de la elegancia clásica que sin duda debió ser omitido del montaje final y el último sueño de Jung, demasiado obvio para la sutileza imperante en la película.

David Cronenberg compone con Un método peligroso una película única, muy culta, muy arriesgada en los tiempos que corren, que funciona como un reloj de precisión y que crece tras su visionado que según mi opinión, figura de largo entre las mejores cintas del año.


Otras películas que he visto

                                        
Carlos Sorín se dio a conocer en España con el brillante largometraje Historias mínimas, una historia que brillaba en su pretendido minimalismo de historias cruzadas en la Patagonia argentina. Tras esta película, sin abandonar nunca su minimalismo extremo convertido un poco en su marca de fábrica, no pudo evitar repetirse un poco en propuestas como Bombón el perro o El camino de San Diego. Sin embargo, sin renunciar al minimalismo del que hablamos se empieza a reinventar hace un par de años con la espléndida y emotiva La ventana. Con El gato desaparece da un paso más en esta reinvención sin traicionar su concepción del cine. Con una trama pequeñita, con pocos personajes y un guión que sugiere más que muestra, Sorín disfraza su última película de thriller psicológico minimalista. Después de varios meses de internamiento en una clínica psiquiátrica, a raíz de un violento e inesperado brote psicótico, los médicos dan de alta a Luis. Beatriz, su mujer, experimenta sentimientos contrapuestos: por un lado, la alegría de recuperar a quien ha sido su pareja durante 25 años,  pero, por otro, la inquietud que le produce no saber si seguirá siendo el mismo de antes o si, por el contrario, aquel oscuro episodio volverá a repetirse. La película juega al equívoco, a no saber si en realidad está ocurriendo algo fuera de lo común en este retorno o si la mujer del protagonista duda por su propio miedo. La película (que me recuerda a propuestas tan diferentes como Por tu culpa o La casa del diablo por su terror que de tan minimalista es casi tan inexistente como a su vez, puro) muestra escenas cotidianas que sabe teñir tenuemente de tensión, de ambiente malsano y de humor algo surrealista. Se ve con agrado y se beneficia de un brillante final. Muy recomendable.

Resto de estrenos de viernes 25 de noviembre


                      

Han habido bastantes. De entre los comerciales destaca el spin off de Shrek, El gato con botas, con la voz y el arte de nuestro Antonio Banderas, que se ha doblado al inglés, al español, al español latino y al italiano. Ahí es nada. Viene con muy mala crítica (y con casi tres años de retraso, que no creo que sea casual) la cinta francesa con reparto internacional Premonición, un thriller sobrenatural en que destaca la presencia de un algo perdido en los últimos tiempos John Malkovich. Algo avalado por su presencia en la Sección Oficial de Berlín y por premios secundarios en el festival de Sevilla viene el drama  alemán, ambientado en los 60, Si no nosotros, ¿quién?. Sin demasiada información sobre ellas llegan otras dos propuestas europeas, la comedia, de nuevo alemana Todo un hombre y la comedia dramática rumana La chica más feliz del mundo. Los últimos dos estrenos son dos documentales españoles, sobre especulación inmobiliaria e inmigración respectivamente, para los que hay ciertas expectativas al ser la segunda y tercera película de directores con interesantes y novedosas óperas primas. Mercedes Álvarez, tras la muy reivindicada a nivel muy intelectual El cielo gira, nos brinda Mercado de futuros y Santiago A. Zannou tras los Goyas obtenidos por la película de ficción El truco del manco, rueda su segundo documental consecutivo, titulado La puerta de no retorno.
Pues quedan los estrenos de diciembre, cinco semanas más, antes de despedir esta sección semanal que llevo realizando todo el año. No me voy a quejar porque diciembre (en general todo el año ha sido bastante interesante) viene cargado de nombres propios. Estrenos de Gus Van Sant, Robert Redford, Tomas Alfredson, Aki Kaurismaki, además de las espléndidas Drive y The Artist nos auguran un diciembre muy cinéfilo. A disfrutarlo.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Cortometraje de la semana: Ángeles caídos de Polanski

Sí, ya sé que la película de Polanski se estrenó la semana pasada, pero como estaba enfrascado en el festival L'Alternativa, no pude realizar esta sección. Como esta semana no he encontrado corto (bueno sí, Camera de Croneneberg, pero sin subtítulos, así que os lo enlazo por si domináis el inglés) pues recupero el de Polanski. Un corto de graduación sin diálogos titulado Ángeles caídos de 1959, es decir, tres años antes de su ópera prima El cuchillo en el agua, que pese a ser un corto muy prematuro en el director posee todas las características en esencia de sus primeros trabajos. Feliz fin se semana. Si vais la cine, Un método peligroso es un valor seguro. Un abrazo.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mi película de la semana: Un Dios salvaje

Mi película de la semana: Un Dios salvaje

Roman Polanski es un director tan interesante como irregular. Si bien en su filmografía tiene auténticas obras maestras como Chinatown, El pianista o sobretodo La semilla del diablo, también es el realizador de cintas tan mediocres como Oliver Twist o La novena puerta, entre otras. La película que hoy nos ocupa Un Dios salvaje es una película en parte menor, tan divertida como al final, olvidable. Así, pese a su relativo acierto, no creo que en un futuro se recuerde como lo más destacable de su filmografía.

Basada en la obra de teatro de Yasmina Reza que co-guioniza junto al propio Polanski la película, Un Dios salvaje no consigue escapar del género literario al que pertenece y da la sensación de ser teatro filmado. La historia es probable que la conozcáis. Unos padres, cuyo hijo ha agredido a un niño, van a visitar a los padres del agredido para presentar sus disculpas. Lo que empieza como una reunión de buenos modales irá degenerando hasta mostrar la auténtica y patética personalidad de los cuatro personajes. La película pues, transcurre en un solo escenario (hay un pequeño prólogo y un apéndice que nos muestra brevemente el conflicto de los dos niños y su vida común tras él) y con cuatro personajes. Así pues, el éxito de la película depende de la dirección pero sobretodo del guión y las interpretaciones.

El guión es bastante bueno y muy mordaz. Disfrazado de comedia de situaciones, nos termina por mostrar unos personajes patéticos, muy egoístas, llenos de miedo y de vidas vacías tras una apariencia de plenitud. El in-crescendo está muy bien llevado y la película, aunque sin profundizar nunca, termina hablando no solo de padres protectores que en el fondo no conocen demasiado a sus hijos sino de parejas que han perdido el amor y el respeto el uno en el otro. Hay algunas momentos realmente sublimes (la borrachera femenina y sus consecuencias y el chiste muy políticamente incorrecto del Ku Klux Klan me parecen soberbios) y otros en que la película pierde algo de intensidad, quizás aquejada del repetitivo gag de la interrupción por la llamada telefónica a uno de sus protagonistas. Así pues, el guión ayuda a que la película brille, pese a esos momentos algo repetitivos y esa poca profundidad seguro que pretendida, pero que quizás al final da una cierta sensación de intrascendencia y de texto más teatral que realista. Poco se me ocurre decir de la dirección de Polanski que pasa muy desapercibida. Se maneja bien en los espacios cerrados de la casa cuando debe moverse pero no termina de dar una mirada cinematográfica a los diálogos, a veces con planos y contraplanos algo forzados, a veces con la cámara situada en algún punto estratégico no del todo logrado.

Los actores, como era de esperar, están muy bien. Para mi brilla por encima del resto Christoph Waltz, que sí es cierto que tiene el papel más agradecido, pero que arrasa con el resto del reparto al bordar su ególatra y antisocial abogado tan egoísta y deleznable como en última instancia, previsible y patético. También brillan John C. Reilly en su papel de hombre normal y sencillo que no quiere líos ni problemas pero que también terminará por mostrar su ira y sus carencias y Kate Winslet perfecta en su papel de mujer fuerte, feliz y segura de sí misma que se irá transformando en mujer desgraciada, cruel y liberada. Quizás el papel que resulta más sobreactuado sea el de Jodie Foster, aunque es cierto que su personaje es el más excesivo y que quizás requería cierto desmadre. Creo que Foster lo salva llevándolo al extremo de la caricatura aunque a veces, se le va algo la mano.

En definitiva una película divertida y mordaz en la que todos podemos vernos reflejados en algún momento, que tiene en su mayor baza su interpretación, partes del guión y la evidente mala leche que vierte en cada fotograma, pero que al final se me antoja demasiado olvidable como para sobrevivir entre lo mejor de su director. Eso sí, sin ser una obra maestra, verla merece mucho la pena.

Otras películas que he visto

                                            
Pues para ser sinceros hace ya bastante tiempo que vi una de las películas que se estrenan hoy, la titulada Pánico en la granja y voy a hablar un poco de memoria, pero no puedo profundizar demasiado debido a un cierto olvido del film. La película es de origen belga y es la adaptación a la pantalla grande de una exitosa serie de televisión. Es una propuesta que merece la pena por su originalidad, ya que es una animación en stop motion con los juguetes de plástico de nuestra infancia (el indio, el caballo, el vaquero). La historia que se explica es absurda y con un humor cercano al slapstick que aunque al principio divierte termina por hacerse algo repetitivo. Para entendernos sería un humor cercano a los geniales coyote y  correcaminos, pero salvando las distancias y la nostalgia. La película se ve diversión por su originalidad, pese a algunas caídas del ritmo, en los escasos 75 minutos que benefician mucho el resultado final. Una película para curiosos de nuevas formas de animación.

Resto de estrenos del viernes 18 de noviembre


                                   
Pues como casi todos sabréis, uno de ellos se llevará toda la publicidad y casi toda la pasta. Se trata de la cuarta y penúltima entrega de la saga Crepúsculo titulada Amanecer-Parte 1. Voy a confesar que hasta ahora he visto las dos primeras entregas y que además, la primera me gustó (la segunda era infame). No sé en que momento, pero supongo que algún día veré la tercera, que tengo desde hace tiempo por casa (verlas sí, pero ir al cine ya...) así que puede ser que termine por ver la que hoy se estrena. Sí, ya sé que es una basura para adolescentes ñoños y que de vampiros no queda nada de nada, pero... En fin. Cosas de uno. Eso sí, no puedo evitar parafrasear a Quim Casas que en El periódico hablaba del éxito se la saga y terminaba el artícula con un "Bela Lugosi no entendería nada". Brillante.
Entre el resto de estrenos destacan la comercial Asesinos de élite, un thriller de acción con un reparto más que interesante compuesto por Jason Statham, Clive Owen y Robert De Niro, el largometraje argentino Medianeras, una comedia dramática interpretada por nuestra siempre interesante Pilar López de Ayala y la comedia española Los muertos no se tocan, nene dirigida por el veterano José Luis García Sánchez y que estuvo en la Sección Oficial del festival de Sevilla.
Los estrenos se completan con la brutalmente temible comedia gore española Carne Cruda, la también española y, en este caso, desconocida Interferencias y la película de animación italiana Winx 3D: La aventura mágica.
La semana que viene uno de los platos fuertes del año, según mis expectativas. La cinta de David Cronenberg, para mí uno de los diez mejores cineastas de la actualidad, titulada Un método peligroso. Pronto os explico sobre ella.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Críticas L'Alternativa 2011 (y 2)

Pues ayer terminó el Festival L'Alternativa, aunque yo hacía ya dos días que no me pasaba por allí defraudado por una programación no solo en su mayor parte aburrida y radical, sino que además, pretenciosa y abiertamente mala. Incidiré sobre ello más de ello más adelante

Voy a hablar de tres películas que vi, estos últimos días.

La cinta española experimental Aita, puede catalogarse de película abstracta sobre los fantasmas del pasado instalados en un antiguo caserón vasco, sobre tradición y modernidad contrapuestas en un espacio único y sobre miles de interpretaciones que si estais interesados podéis buscar por diversos lugares de la red. En realidad es una cinta absurda, con un par de diálogos divertidos y con el resto de una pretenciosidad tan grande como vacía. Como la película no tiene talento, éste lo han de poner los críticos sesudos e intelectuales en interpretarla. Creo que deben existir estas películas, de hecho quien las ve sabe a lo que se arriesga, pero amigos, José Luis Guerín también hizo cine experimental para intelectuales y ultracinéfilos en la buenísima Tren de sombras, por ejemplo. El problema, como incidiré más adelante no es el tipo de cine, sino el talento que se muestra al realizarlo, y Aita tiene poco. Los críticos y programadores deberían verlo, pero vivimos un momento de confusión en este aspecto.

También vi el documental El lugar más pequeño. Es un fallido documental mexicano sobre un pequeño lugar encallado en las montañas de El Salvador que sufrió una masacre por parte del ejército de dicho país y que intenta levantarse sobre sus cenizas. Con declaraciones muy sensacionalistas (aunque en parte con razón, ya que se trata de denunciar) y una dirección fría y dispersa que no nos muestra a quien habla, la película, pese a lo tremendo que explica, termina por aburrir y resultar monótona. HAbía un buen escenario y una dura historia, así que el problema es e la dirección, mediocre y equivocada.

Y por fin la película que nos indignó. La china Winter Vacation. Es una película sin guión coherente y compuesta de situaciones algo surrealistas que intenta explicar el tedio de unos jóvenes en sus vacaciones. Es tan contemplativa que incluso si es una caricatura es irritante, los personajes muestran una parsimonia tan exagerada que te sales del film. Hablan un poco, se quedan quietos segundos, minutos, con cara inexpresiva, se dicen algo más y vuelven al silencio porque claro, hay que mostrar su vacío, porque se aburren. Pero señores, la película lo que nos muestra son una gente irreal, que bordea (o excede) la subnormalidad y se recrea en una estúpida quietud a todas luces excesiva que juntado a lo poco que tiene la historia por explicar solo produce aburrimiento e indignación.

Aquí viene lo que quiero decir con respecto al cine actual. Hay un cine contemplativo cargado de talento, que logra crear sensaciones únicas, que está muy bien dirigido y que yo, pese a que es minoritario, admiro. En poco tiempo he visto muestras tan brillantes como The turin horse de Béla Tarr, Meek's cutoff, el cine de Weerasethakul o películas asiáticas como Wonderful Town, Nymph, Kinatay o en otra linea más clásica Still walking. Hay un cine, el cine del tedio, que quiere provocar la simbiosis entre el espectador y los personajes que va desde Strangers than paradise de Jarmusch hasta cintas más actuales como Nadie sabe,  u otras más radicales pero interesantes como Night train o Naked of defenses.
Luego está el cine que aprovecha que el cine contemplativo tiene más facilidad para ir a los festivales o para levantar el halago del crítico equivocado para realizar estupideces sin talento amparadas por programadores víctimas de su propio afán de modernidad o críticos que quieren parecer más listos que nadie y naufragan en su propio presunto talento. El festival L'Alternativa tiene una linea de programación muy cercana al cine presuntamente de calidad pero que en realidad es basura. Ya el año pasado sufrimos películas como Los materiales o Viaje a Ythaca, y este Winter Vacation, Girimunho o Une escroc très discrète. Tengo amigos blogueros que miran toda clase de cinta y descartan acudir a L'Alternativa. En esta edición vino una persona muy cercana a mí y muy cinéfila y de gustos muy abiertos que me dijo que no volvería más al festival. La mayoría de proyecciones están medio vacías (y las salas son pequeñas). Supongo que el festival vive de las subvenciones, porque lo que es público...
En fin, amigos, pese a mi predisposición tanto yo, como todos los conocidos que asistimos al festival nos aburrimos casi siempre. Unas películas eran mediocres, otras abiertamente infames y solo alguna se termina por salvar (este año la turca, el pasado Viajo porque preciso, volto porque te amo o La boca del luppo). Creo que el programador debería recapacitar sobre la radicalidad del festival y sobretodo entender las diferentes calidades dentro de dicha radicalidad. Sino yo también me bajo el próximo año.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Críticas Festival L' Alternativa 2011 (1)

Pues estamos en el ecuador del Festival de cine independiente de Barcelona, L' Alternativa 2011 y voy a realizar el primero de los dos posts que pienso dedicar para comentar las películas que estoy viendo en dicho festival. Estos días en Barcelona son metálicos, tristes, lluviosos y me resultan ideales para ver las películas que nos propone l' Alternativa. Clima otoñal para películas marginales, contemplativas, brumosas, que luchan por emerger del anonimato, que componen retratos tan grises como el día que dejamos fuera. Una simbiosis que me resulta apetecible, que me relaja. Un clima que te sumerge en un estado de cierta melancolía y que te invita, más si cabe, a la reflexión sobre el cine que vemos. L' Alternativa es un festival pequeño, al que hay que ir predispuesto y muy irregular. Pero a mí me gusta su pretendida marginalidad, aunque a veces agote. Por el momento he visto 5 películas de la Sección Oficial (3 de ficción y 2 documentales) y una de una Sección Paralela. Voy a pasar a comentarlas. Antes decir que el amigo Daniel de cine latino también está por el Festival y que en breve, también podréis leer sus opiniones en su blog. Siempre es mejor tener dos valoraciones que una. Empecemos.


Dentro de la Sección Oficial Ficción he visto tres películas, todas ellas sudamericanas.

La uruguaya La vida útil, película que envía dicho país a los Oscars (y me temo que los americanos fliparán) es una película muy pequeñita y bastante apreciable, rodada en un blanco y negro que quiere trasmitir cierto amateurismo. Trata sobre un trabajador de la cinemateca  entregado a su trabajo cuya vida se vacía de repente cuando el cine en el que ha trabajado toda su vida debe cerrar por ser poco rentable. La película, de poco más de una hora, tiene dos partes muy diferenciadas, una primera en que vemos el quehacer y la entrega de este hombre y sus socios por su trabajo y que está rebosante de cinefilia y amor al séptimo arte y una segunda en que nuestro personaje deambula durante un breve espacio de tiempo por la calle (y por su propia vida) y que nos recuerda al  cine marginal del Jarmush de los primeros ochenta (el de Permanent Vacation y Stranger than paradise) aunque menos nihilista a lo que el director americano nos acostumbró entonces. En definitiva una película que te gana por su amor al cine y su pretendido minimalismo argumental, pese a que no deja de verse como un pequeño film tan entrañable como olvidable.

De un país tan desconocido cinematográficamente como Guatemala, y con razón, ya que no hay industria ni casi películas procedentes de allí, nos llega una cinta por necesidad marginal titulada Las marimbas del infierno. Con tres actores, imaginación y poco presupuesto, la película resulta tan curiosa como flojita, aunque la aprobaré por los pelos más por su entrega e intenciones que por su mediocre resultado. La película trata de tres personajes casi marginales que pretenden crear un grupo de música mezclando dos conceptos tan antagónicos como la marimba, un instrumento del folclore guatemalteco y la música heavy. Obviamente el empeño de los tres suele puede llevar al callejón sin salida del fracaso y la película se convierte en un canto a los artistas ajenos a la realidad que pretenden levantar proyectos imposibles (cosa con la que seguro su director, Julio Hernández Cordón, se siente identificado). La película se compone de tres partes, una primera muy contemplativa que imita al cine festivalero actual con planos fijos en que un personaje permenece estático y se muestra un paisaje o bien atraviesa el plano con parsimonia, una segunda, la mejor, que tiende a la comedia de situación con diálogos divertidos y absurdos y una tercera en que la película se centra en uno de sus protagonistas y se dispersa, sobretodo argumentalmente hasta hacerse algo aburrida e ilógica. En definitiva tiene su gracia para ver una película de Guatemala y se deja ver, a veces incluso con gracia, otras con indiferencia. Poco más.

La cinta brasileña Girimunho venía precedida de críticas devastadoras en el Festival de San Sebastián. Son bastante comprensibles ya que es una película muy lenta y muy dispersa en su historia que termina por no saber muy bien (al menos nosotros como espectadores no lo tenemos muy claro) lo que explica. Es la historia de una abuela que pasa los ochenta años a la que se le muere el marido. La película nos muestra su día a día y deja entrar parte de las vidas de los personajes que la rodean. Sin embargo la desestructura del film y la insustancialidad de lo que en él ocurre termina por ser, o bien un experimento metalinguístico que se nos escapa, o bien una película fallida. Compuesta por escenas aisladas que no dan cohesión al conjunto, a favor de la película se puede decir que quizás es como la vida misma de esta anciana, algo aburrida, algo sola, compuesta de retazos, de momentos en que su vida emerge y de otros en que languidece, sin embargo, creo que sería hablar demasiado bien de una película que termina por naufragar en un cierto sopor debido a su insustancialidad quizás pretendida, pero en cualquier caso, excesiva.


Dentro de la Sección Oficial no ficción he visto dos películas.

La directora belga Sofie Benoot realiza con Blue meridian un viaje, cámara en mano,  a través del sur profundo de Estados Unidos por las devastadas y agotadas orillas del río Misisipi, desde Cairo (Illinois) hasta Venice (Luisiana). Por el camino se recrea en precisos encuadres que denotan la pobreza y abandono de la zona, se detiene a hablar con la gente de los pueblos por los que pasa y en algunos casos hay insertos musicales (incluso con coreografías) de unas gentes que sienten la música en sus venas. La película está bien y es interesante pero a parte de alguno de esos preciso encuadres fotográficos bien elegidos y muy bien resultantes a los que aludía, la película no aporta mucho. La historia, que en general se aleja del sensacionalismo (excepto un par de veces) ya nos la han explicado antes y la forma sencilla que la directora elige (seguramente por necesidad) para narrarla está más que vista. Solo queda pues el interés general por descubrir unos lugares, unos paisajes, unas gentes que casi nunca se rinden ante las dificultades y sobretodo, una pasión por la música que comparten con la cámara y que se encuentra entre lo más destacado de la película. Interesante sin más.

La breve película Une escroc très discrète  (Una estafadora muy discreta) de la directora francesa Delphine Hallis es una infumable basura (con perdón a las infumables basuras que en estos momentos nos están leyendo y se sientan ofendidas con la comparación). Pretende hablar de la figura de una anciana legendaria que se ha dedicado a la estafa toda su vida, siguiendo las pistas de sus pasos en el último lugar que se la ha localizado, en Niza. Para ello la directora se va allí, cámara en mano, y con voz en off nos explica sus absurdas peripecias mientras graba gente y bancos y estupideces varias y hace desfilar delante de la cámara a personas que pretenden exponer lo que saben de la anciana con naturalidad y que sobreactuan fatal queriendo denotar la citada naturalidad. Obviamente no se nos dice si lo que la película trata es invención y falso documental, sino que se juega a ser real (aunque parece muy improbable). Pere sea una cosa o la otra, lo que empieza por ser la búsqueda de una anciana en el umbral de la leyenda termina por ser una recolección de datos, detenciones y declaraciones sin interés algunos, soporíferas y absurdas. Una película que sí, es muy independiente, pero también pésima. He leído por ahí ciertas comparaciones, debido a la propuesta en el delgado margen entre cine documental y ficción y a la voz en off, con las películas de la directora Agnes Varda. Es como comparar 2001 de Kubrick con Ace Ventura porque en ambas salen animales. Digno de frenopático. Yo os sugiero que no perdáis el tiempo, pero si teneis repentino morbo o ganas de buscar la posible discrepancia, esta película la podéis encontrar en filmin.


Pues dentro de la Secciones Paralelas, de momento, solo he visto una película.

Cuando vi que dentro de las Secciones Paralelas había una bajo el título Traslaciones: cine documental independiente en Turquía supe que en algún momento allí estaría. Hay que premiar atrevimientos tan rotundos en una programación. La elegida fue Son Mevsim. Şavaklar (La última estación: Shawaks) y hasta ahora ha sido la mejor propuesta que he visto en el festival. Film sin apenas diálogos y con unas imágenes hermosas, poéticas y con pretensiones y resultados muy artísticos que nos descubren un año en la vida de la comunidad nómada Shawak, que habita en el este de Turquía. La película nos muestra los bellos paisajes de la zona, la dureza de la vida de los protagonistas de los que el director no se compadece sino que expone ante la cámara tal como son, a veces frágiles, a veces casi salvajes, el sufrimiento de estas gentes y de los animales, el trato violento que reciben las mujeres en una sociedad machista, el amor y al tiempo el dolor que produce una tierra, una forma de vida, los sueños de algunos de sus protagonistas por escapar de dicha vida (con una escena onírica sublime), el transcurso de la vida sin más, con su cambio estacional y su volver al mismo punto. Y además, todo ello está realizado con una técnica y un sentido del encuadre genial, con una fotografía espléndida pese a las dificultades del entorno y con una planificación de las escenas original a veces y siempre artística. Una película, que pese a que quizás en su tramo final se hace algo más monótona (como monótona es la vida de los protagonistas que retrata) merece y mucho la pena. Y una buena noticia para los interesados. En muy breve, podrá verse en filmin.

Pues al finalizar el festival volveré con lo visto esta segunda mitad del mismo. No olvidéis, los que tengáis posibilidad, que merece la pena acercarse al CCCB o al cine Maldá, sedes de las Secciones Oficiales del festival. Hoy, todavía llueve.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Mi película de la semana: London Boulevard

Pues como dije en el último post de "mi película de la semana", tras dos semanas hablando de montones de películas, en esta ocasión voy a hacer un post de urgencia y breve. Dos son los motivos, en primer lugar que esta semana tiene ocupado mi tiempo libre casi al 100% el festival l'Alternativa, que se celebra esta semana en Barcelona. Y además, como segundo motivo, los estrenos son muchos pero poco atractivos (parace que se ha estrenado la película de Scorsese sobre George Harrison, pero no en Barcelona). Así que elegí London Boulevard, un poco para pasar el rato y no pensar mucho y hablaré de ella, con más brevedad de lo habitual. Vamos allá.

Mi película de la semana: London Boulevard

William Monahan, hasta ahora conocido por ser el escritor de guiones como Infiltrados o Red de mentiras, debuta en la dirección con London Boulevard, una cinta que flirtea con el cine negro americano de los 40 y 50 y con el posterior cine de gangsters.  Monahan no sólo dirige sino que además  también escribe el guión (adapta una novela de Ken Bruen). La película resultante es tan entretenida como olvidable y su peor error es que no tiene personalidad propia, ya que parece copiar modelos y argumentos de varias películas del género, resultando un pastiche de todas ellas.

Para empezar, los personajes no están muy bien construídos, quizás Collin Farrell sí tiene algo de personalidad, pero el resto son demasiado estereotipados (sobretodo el que compone Keira Knightley, muy, pero que muy desdibujado en sus tópicos). El conjunto de la película tampoco se puede valorar como un todo, sino que parece compuesto de escenas casi independientes, muchas de las cuales funcionan bien como tal pero que terminan por no dar demasiada coherencia al conjunto. Además un par de escenas son de una inverosimilitud alarmante,  hechas con un trazo grueso bastante preocupante. Así pues, en general, la película, no aguanta una valoración crítica hecha a conciencia.

Dicho esto, y quizás debido a mi predisposición a pasar un buen rato viendo el film sin más pretensiones he de reconocer que la película me resultó muy distraída, debido en parte a una dirección lejos de la genialidad pero correcta, y a unas actuaciones, en especial la de Collin Farrell y Ray Winstone, muy acertadas. La película incluso, por momentos, parece que se va a elevar de la mediocridad y la poca originalidad en la que está instalada para alcanzar el siguiente estadio, pero finalmente no lo logra.

En definitiva, cine palomitero con ínfulas de autor que se queda en lo primero; apreciable cine palomitero.


Resto de estrenos del viernes 11 de noviembre


                         
Pues lo que decía, muchos y poco interesantes. Destaca quizás la española Cinco metros cuadrados, drama sobre la especulación inmobiliaria que ganó el máximo premio en el pasado festival de Málaga y por supuesto, se haya estenado donde se haya estrenado el documental musical de Scorsese George Harrison: Living in the Material World de 208 minutos de duración (hay que dedicarle un tiempo). El resto de estrenos son los siguientes.
-La comedia de Ruben Fleischer (director de Zombieland, para mí una película muuuuy sobrevalorada) 30 minutos o menos.
-Anonymous, un Roland Emmerich que abandona el cine catastrofista para realizar una intriga histórica sobre la presunta no autoría de alguna de las obras atribuídas a Shakespeare. Si alguien la ve ya dirá si merece la pena, porque un tema tan serio en este director me da cierto repelús.
-La película vasca Bi anai (dos hermanos), adaptación de la novela corta de Bernardo Atxaga que lleva catorce ediciones en Euskera.
-Un documental también en su mayor parte vasco titulado El último paso sobre la red Comète, en la Segunda Guerra Mundial.
- La comedia española de la que no tengo ninguna información fidedigna Five colors.
-La película infantil alemana. Kika superbruja: El viaje a Mandolán.
-Otra película infantil, en este caso americana, una especie de versión nueva de Flipper titulada La gran aventura de Winter el delfín.
-La película francesa La guerra de los botones del director de Los chicos del coro.
-El documental mexicano sobre las fotografías de Robert Capa, recuperadas recientemente, La maleta mexicana.
-Otro documental, en este caso español, La sombra de Evita, sobre las andanzas diplomáticas de Eva Perón por Europa.
-Otra película española sin referencias, La sombra del sol.
-Y finalmente la italiana Miradas de amor, con bastante mala crítica.

Pues ya veis, mucho estreno y poco interés. Pero tranquilos, la semana que viene viene Polanski y la siguiente Cronenberg. Esta semana os informo de lo que pueda ver en l'Alternativa.