jueves, 21 de octubre de 2010

Crónica del Festival de Sitges 2010. Viernes, 15.

Dia 9 : Cuando un director tailandés reina el mundo cinéfilo

Y el título no es exagerado, si tenemos en cuenta que el tailandés Apichatpong Weerasethakul, ganó el festival de Cannes con su última película, que se presenta hoy en Sitges y que la unanimidad de críticos (criticos digo, no gente que va a festivales a vivir del cuento y escribir basura) estuvo de acuerdo con tal decisión. Hoy, debido a que me quedado sin entrada para alguna de las películas que quería, veré solo dos películas, lo que tampoco está mal, porque por un lado despejaré un poco mi mente y por otro, por la tarde solo iré a ver la película de Weerasethakul, que es quizás, sin precedentes y con tiempo para la reflexión posterior, como debe verse un título de estas características. Aprovecharé pues, ya que la crónica va a ser más corta de lo habitual y mi tiempo para dedicar al blog mucho mayor, para tratar un par de temas que me rondan, la calidad del festival de este año y algunas quejas a la organización.

Pues bien, la película tailandesa que ganó en Cannes y que veré a las 20'00h., Unclee Bonmee who can recall his past lives, debía figurar en principio fuera de competición, pero hace dos días, se anunció que pasaba a formar parte de la Sección Competitiva. A parte de lo cutre de tal decisión, ¿no será que el festival necesita tener en el palmarés a una película que le dé prestigio, pues el nivel de la competición, ha sido bajísimo? Seguramente mañana la película tailandesa se lleve el máximo galardón del festival (o uno de los máximos), entre otras cosas porque a parte de The last exorcism, no he visto nada digno de premio en la sección competitiva oficial (aunque no lo he visto todo). Creo que el Festival de Sitges, ha ganado carácter desde que lo dirige Ángel Sala y su equipo. El año pasado, fue el mejor año, en cuanto a calidad, desde que yo vengo y creo, que el pobre nivel de este año no es tan culpa de la organización como de la calidad de las películas disponibles, que tampoco se puede sacar nada bueno si no lo hay y que además, siendo un festival modesto no puede conseguir ciertos títulos y directores. Sin embargo, sea culpa de quien sea, lo cierto es que la calidad ha sido pobre en general y que los mejores títulos se han visto en secciones alternativas. En cuanto a la organización, creo que también ha mejorado mucho en los últimos años (antes era un auténtico desastre) y no tengo demasiado a recriminar y censuro a aquellos que se quejan de cualquier gilipollez. Si no asumes ciertos mínimos retrasos, o algún que otro problema de proyección, quédate en casa. Sí que querría trasmitir dos quejas muy puntuales. Una: no es tan difícil dar papeletas para que el público vote a la salida del cine, en cuanto acaba la película y en todas las sesiones que optan al premio del público. Hacerlo tarde, cuando ya ha salido la mitad de público o directamente, no dar papeletas al fin de algunas sesiones, desvirtua el premio totalmente. Dos: ¿como puede ser que año tras año, se hable fuerte y durante toda la película desde la cabina de proyección, molestando al público que ha pagado su entrada y que no se ponga solución? De verdad que ésto, es una auténtica vergüenza y que alguien tendría que tomar las medidas necesarias.

Hablando ya estrictamente de cine, esta mañana he ido a ver Bedevilled, una película coreana con que debuta el director Jang Cheol-soo, hasta ahora ayudante de dirección en algunas películas de Kim Ki-duk. Pues bien, si el cine coreano lleva un tiempo reinventando el thriller, en esta ocasión reinventa en cierta manera el slasher. La película se divide claramente en dos partes, lo que es su mayor mérito, pero crea un desconcierto que también puede ser, para algunos, su mayor demérito. En la primera, vemos un drama rural con mujer maltratada donde los malos son muy malos y donde ella aguanta todos los martirios inimaginables, la segunda es el slasher, su rotunda y sanguinolienta venganza, trufada de salvajismo, humor y un cierto tono paródico que choca frontalmente con la primera parte del film. Al finalizar la trama, tan rocambolesca como el cie coreano nos tiene acostumbrados, lo mejor es no plantearse demasiado el conjunto, sino estar satisfecho de haberlo disfrutado. Visto lo visto hasta ahora, me permitiré ponerle un 4 sobre 5.

Pues debido a las características tan especiales de mi día hoy en Sitges, me voy a permitir la frivolidad de publicar esta parte de la crónica, para completarla a la noche, cuando vuelva de ver Unclee Bonmee... Los que leáis este trozo de crónica incompleta (durante tres o cuatro horas), que sepáis que estoy en el cine, o escribiendo la crítica de Weerasethakul, que no va ser fácil. Son las 19'10h. Voy para allá.

Son las 23'00h. y vengo de ver Uncle Boonme Who can Recall His Past Lives. Le he puesto un 5 sobre 5. Tras ver una peli de Weerasethakul la reacción del espectador, o incluso de el crítico al intentar explicarla, es tirar de abstracciones, ya que cualquier explicación  racional es imposible. Si el crítico está muy bien informado intentará enlazar lo que ha visto con tradiciones ancestrales tailandesas o con explicaciones socio-políticas desesperadas. Intentaré explicar algo, aunque sea poco, de manera más tangible. La primera reacción de un espectador ante una película de Weerasethakul, (de un espectador muy muy cinéfilo, el resto se aburrirá muchísimo), es la extrañeza. Extrañeza por la forma de explicar la historia, por su ritmo, por su evanescencia. Creo que Weerasethakul, no reinventa el cine como algunos quieren hacernos creer, sin embargo, nuestra mirada debe reinventarse para ver sus películas. Weerasethakul no hace nada distinto, a priori, a lo que hace un cierto tipo de cine oriental contemplativo y de pocos recursos, sin embargo, su forma de tratar los espacios, la luz y su mirada más que pausada a una Tailandia rural y selvática que nos resulta tan lejana emocional y culturalmente, otorgan a esta mirada la extrañeza a la que me refería, que aumenta por su desestructura narrativa, que enlaza secuencias más allá de la lógica, flirteando el terreno de lo onírico. Tanto esta película como la segunda parte de Tropical Malady se mueven por el terreno espiritual fronterizo entre la vida y la muerte, por ello con estas películas Weerasethakul consigue sus mejores resultados y es que para hablar de las invisibles fronteras que separan la vida de la muerte, nuestro mundo del mundo de las almas, no hay nada mejor que los paisajes difuminados que se evaporan en la oscuridad para emerger de nuevo hacia la luz que logra crear el director tailandés. La mirada de Weerasethakul tan lúcida como deformante, su uso del sonido tanto ambiente como de estudio otorgan al visionado de la película una experiencia sensorial y trascendental difícil de catalogar y difícil de olvidar.

Mañana último día del festival. Todo lo que empieza acaba.

3 comentarios:

  1. Miroso20:22

    Está guay, crónicas a media tarde! oeoeoeoeoe. Pues sí, lo que dices de la organización, sobre todo lo de la cabina de proyección... pa'matarlos. Saludos!

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  2. SantaSangre0:07

    Joeee... Está crónica si que ha sido publicada de forma rápida... posiblemente la crónica más inmediata de todas las qu ese hayan publicado en Internet este Sitges 2010.
    Tomo nota de "Uncle Boonme Who can Recall His Past Lives", película que en principio o había llamdo mi atención.
    Graciassssssssss :)

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  3. Pantu0:46

    Vaya, vaya... una crónica realizada en 2 fases, volumen 1 y volumen 2, a lo Tarantino, jeje. Bueno, recuerdo una conversación en un bar de tapas, por cierto muy bueno, un jueves por la noche antes de ir a ver la peli de samurais de Miike. Se hablaba, entre otras cosas, del pobre nivel de festival, sobretodo del mal sabor de la penúltima que fuimos a ver del jueves, y de un director tailandés que sabías perfectamente deletrear sin tener que mirar...
    Pues bueno, yo te dije que quizás el día que tenía que a ver ido a estrenarme en el festival era el viernes, por lo bien que me hablaste de este director, aunke también recuerdo lo difícil que era entender sus películas, sobretodo si estabas muy acostumbrado al cine, digamos más comercial. Bueno, lo importante es que he vivido la experiencia y al menos me dejó muy buen sabor de boca la película japonesa de Miike.

    Pues ahora puedo decir que lo has clavao, que las 2 películas asiáticas han sido de lo mejorcito (de hecho creo que los orientales ganan este año a los europeos, no?). Tomo nota y me quedo con el nombre de las 2 películas del viernes.

    Por cierto, mis disculpas pq hago estos comentarios un poco a destiempo (lo digo pq hoy es domingo), aunke más vale tarde que nunca, no?

    Un abrazo y un saludo para este peaso de cronista cinéfilo!

    Alberto Gonell

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