Mi película de la semana: Restless

Gus Van Sant es un extraño director americano que suele mezclar cine comercial de nivel, cine comercial alimenticio y cine de autor rompedor. Su tetralogía del vacío existencial adolescente compuesta por Elephant, Gerry, Last Days y Paranoid Park lo colmó de reconocimientos críticos y galardones de festivales y lo llevó al terreno del autor minoritario dividiendo incluso al público cinéfilo. Estas cuatro películas, que basan este vacío existencial en una evanescencia argumental y estilística en la que se entra o se aborrece, a mí me parecen sensacionales, sobretodo Last Days, a la que le tengo especial aprecio. Luego Gus Van Sant alterna películas comerciales con ciertos méritos como Mi nombre es Harvey Milk, El indomable Will Hunting o Todo por un sueño con otro cine también comercial pero aborrecible como por ejemplo su lamentable remake de Psycho o la película que nos ocupa: Restless.

En un primer instante podríamos decir que Restless se acerca un poco al cine sobre adolescentes con vacío existencial. Es cierto que desde el principio todo es más concreto que en las películas precedentes que antes aludíamos pero podría parecer un intento de acercarse con la misma temática a un público más amplio y, además, también aparecen ciertos momentos de intrascendencia entre las acciones de los adolescentes que en las otras películas nos llevaban, si entrábamos en el juego, a esa sensación existencialista. Este inicio mezclado con un extraño y sugerente componenete fantástico inusual en su obra parecían prometer una película más interesante de lo que en principio nos venían advirtiendo las críticas desde su pase en Cannes. Solo es un espejismo.

En la segunda mitad, la película, que trata sobre el amor entre un adolescente perdido y una enferma terminal convierte todo lo que la primera parte era sugerencia en obviedad y en melodrama barato. A parte de un par de escenas lamentablemente sensacionalistas la historia está llena de tópicos de este tipo de cine, se pierde en momentos de cursilería que no se asumen a sí mismos y se disfrazan de pseudo-intelectuales y se acerca a cualquier telefilme de sobremesa sin más pretensión que hacer soltar la lagrimita. Sería triste en cualquier película que se hubiese estrenado pero muy decepcionante tratándose de una de Van Sant.

Lo único que se merece destacar de la película es la soberbia interpretación de Mia Wasikowska, que junto con el papel que realiza en Jane Eyre también estrenada esta semana da el paso definitivo a actriz de nivel y con argumentos, alejándose de la percepción de "niña que hizo el Alicia de Burton" que todos teníamos de ella, aunque la verdad es que allí también estaba bien. No creo que la película merezca más tiempo. Mejor elegir otra cosa.

Otras películas que he visto

                                      

Y esa otra cosa puede ser Jane Eyre, enésima adaptación de la obra de Charlotte Brontë que no descubre nada nuevo de la novela, pero que está hecha con mucha delicadeza, que estéticamente está muy cuidadada consiguiendo dotar a la obra de una cierta atmósfera, que logra dar credibilidad a la folletinesca trama que se explica y que fluctúa tenue ante nuestra mirada durante sus dos horas de metraje. Además y sobretodo, las interpretaciones son brillantes. La dama de llaves es una garantía, ya que la interpreta Judi Dench en otro de sus solventes secundarios. Pero los dos actores actores principales están en estado de gracia. Uno de ellos es uno de los actores de moda y sin duda el actor que más catapultado saldrá tras este año. Nos referimos a Michael Fassbender que no recrea un personaje, se convierte en él. Y como decía antes Mia Wasikowska borda su sensible personaje dotándolo de matices y de sentimientos hasta conmovernos. La película no es una maravilla, pero se ve con agrado y está realizada con sumo gusto.

Resto de estrenos del viernes 2 de diciembre

                                    

Pues destaca La conspiración dirigida por Robert Redford y que casi todo el mundo dice que es correcta pero demasiado académica y previsible y In time, un thriller de ciencia ficción que también de forma muy unánime se dice que tiene una idea inicial brillante que luego no se sabe llevar adecuadamente. Junto a ellas otra de acción y ciencia ficción, Acero puro, la lamentable Fuga de cerebros 2, que probablemente solo van a ver los que ya no tienen posibilidad de que su cerebro se fugue, porque lo ha hecho con antelación, las también temibles Vicky el vikingo y el martillo de Thor y Happy Feet 2 y finalmente la cubana Afinidades  y la italiana El verano de Martino, de las que tengo nula información.

La semana que viene se presenta paupérrima, aunque yo ya vi dos en Sitges, la potable Attack the block (una gamberrada para pasar el rato si eres gamberrillo/a) y la insuficiente Open 24 horas. Puede que me ahorre ir al cine, a no ser que La fuente de las mujeres termine por despertar mi curiosidad.