Mi película de la semana: La prima cosa bella

Mi película de la semana: La prima cosa bella

Decía la pasada semana que dedicaría estas tres últimas semanas del mes de julio, en que la calidad de los estrenos baja, a ver tres películas europeas de países de los que no suelo ver demasiado cine. La pasada y la próxima, Bosnia y Bulgaria, no suelo ver cine porque no se suele estrenar. Sin embargo, esta semana el país en cuestión es Italia, y en este caso, no suelo ver cine italiano actual porque raramente me interesa. Habrá cine italiano variopinto, estoy seguro (de vez en cuando en Sitges se pasan películas de terror salvajes, por ejemplo), sin embargo el cine que suele estrenarse casi siempre tiene la característica de ser demasiado dulzón, excesivamente meloso, más sentimentaloide de lo que mi paciencia soporta, así que lo descarto de inmediato. Tras ver La prima cosa bella, mi percepción no va a cambiar en absoluto, ya que la película es un "pastelito" bastante indigesto, que seguro tiene su público (he oído grandes críticas de la película) pero entre los que me encuentro realmente orgulloso de no pertenecer.

El director, Paolo Virzi, es un veterano con nueve largos en su haber, aunque no recuerdo que ninguno de ellos se haya estrenado en nuestro país. Con esta película, consiguió 18 nominaciones a los David di Donatello italianos del 2009-2010, aunque al final solo ganó tres, el guión y actor y actriz (Valerio Mastandrea y Micaela Ramazzotti) recayendo la mejor película en L'uomo che verrà, que no he visto y el mejor director para Marco Bellocchio por Vincere, que sí he visto y en este caso, es muy buena. El director, además, estuvo nominado en los premios de cine europeo y la película ha ganado diversos premios internacionales de crítica y en festivales. Todo ello me resulta bastante incomprensible.

La película se desarrolla de forma atropellada en tres épocas, la niñez de los protagonistas, la adolescencia y cuando son adultos. El peso de la película lo tienen los adultos, que deben reconciliarse con la madre enferma terminal antes de su muerte, pero la verdadera protagonista de la película es la madre, una bella y vitalista mujer víctima de sus excesos, un personaje bombón y muy latino que encarnan dos mujeres que logran dar el único brillo que según mi parecer tiene la película: Micaela Ramazzotti y Stefania Sandrelli.

Tras ser elegida Miss Mama en un premio improvisado y festivo durante unas vacaciones, Anna deberá enfrentarse a los celos de su marido, a la mirada acusadora de su hijo y a la  lascivia de los hombres que la rodean. La separación de su marido será solo el primer paso hacia una vida frívola y desestructurada que terminará poco a poco con la felicidad de la familia. La película, muy bien interpretada, como decía, por las dos actrices que dan vida a Anna y también por la otra mujer con peso en el reparto, la hija pequeña en su edad adulta, Valeria (Claudia Pandolfi) está tan solo resuelta con corrección por su reparto masculino, incluido el ganador del David di Donatello,Valerio Mastandrea.

Sin embargo, donde realmente falla la película es en ese guión, también ganador del premio, tan desestructurado como la propia familia a la que se refiere, con saltos sin sentido en el tiempo, lleno de tópicos y de afectada estupidez, que excepto dos o tres momentos logrados resulta cargante en su excesivo devenir caprichoso y en sus altas dosis de azúcar, disimuladas bajo una aparente contención del lloriqueo que termina por resultar una máscara que cae con inevitable estrépito. La historia deambula de presente a pasado y viceversa, termina por descubrir un par de cartas amagadas de telefilme de sobremesa y concluye con una unión familiar y unas buenas intenciones que, amigos lectores, si realmente tenemos la intención de observar con sentido crítico es, cuanto menos, sonrojante. Hoy en día, hay un cine de autor, en muchos casos  menos imaginativo y más abonado a la convencionalidad incluso, que un cierto cine comercial americano; La prima cosa bella es un ejemplo de ello, película bien realizada, bien interpretada, pero con un constante déjà vu para un espectador exigente y con un exceso melodramático que busca la lágrima y la empatía de un espectador sensible, pero que consigue el rechazo de otros como yo que no es que no seamos sensibles, sino que no esperamos que alguien nos venga a explicar cómo, cuándo y de qué manera debemos serlo, y menos cuando otra gente ya nos lo ha intentado explicar antes, exactamente con los mismos argumentos. Según mi siempre humilde aunque determinada opinión, uno de los peores estrenos que he visto en los últimos meses. Mi película de la semana naufraga esta semana, en medio de ninguna parte.

Otros estrenos que he visto

                               
Aunque para nada es una película de las que suelo ver, esta semana he visto una de las comedias que se han estrenado a bombo y platillo. Se trata de Paul y debo admitir, que me ha parecido más divertida de lo que a priori esperaba. Evidentemente no se tata de ninguna película que vaya a recordar de aquí a cinco segundos (o cinco minutos, cuando termine de escribir esto) ni que vaya a pasar a los anales de la comedia contemporánea, sin embargo su humor sencillo sobre un extraterrestre gamberro y un par de freaks que deberán correr una aventura superior a la que sus vida están habituadas para salvar el pellejo, con una mirada puesta en homenajear a Spielberg y al cine de ciencia ficción ochentero y a la comedia de los mismos años y otra en un humor algo gamberro y mal hablado pero al final inocente, hacen de Paul una propuesta tan divertida como olvidable, tan poco pretenciosa que se disfruta desde la inocencia de la misma y que es ideal para ver con la suegra (vaya, lo siento, no quería confesarlo) que se reirá a carcajadas mientras tu sonríes, divertido un poco por todo, al lado.

                             
Vi hace unas semanas El hombre de al lado, una película con algunos fallos pero muy recomendable en el Festival de Cinema d'Autor de Barcelona. Ésto fue lo que dije:

"El hombre de al lado, de considerable éxito en su país de origen, trata la historia de un hombre elitista y adinerado que de repente se ve obligado a tener una relación con un vecino molesto, lejano a su status y sospechoso de violento. Unas obras con las que no se ponen de acuerdo será el inicio de una extraña y compleja relación que juega con acierto con la comedia y el amago de thriller, que tiene su mayor baza en las interpretaciones de sus dos antagónicos protagonistas (Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz, este último espléndido) y que se ve con agrado, interés e incluso cierto desasosiego. Un último tramo en que los personajes tienen demasiadas coincidencias, rematado sobretodo por un final que simplifica estúpidamente a los personajes e intenta ofrecer una facilona moralina enturbia un poco el resultado final de una película bastante recomendable."

Resto de estrenos del viernes 22 de julio

                          
Aquí en Barcelona han sido cinco, aunque uno supongo que uno solo se ha estrenado en territorio catalán, me refiero a Passi el que passi, película que se vanagloria de haberse realizado sin ninguna ayuda ni subvención y que trata de un guionista que pretende pasar un fin de semana de escapada con su hija y su mujer y lograr hacer cuatro veces el amor con su esposa durante su estancia. En principio una comedia totalmente prescindible. Como más que prescindible parece la última película de Jim Carrey, Los pingüinos del Sr. Poper, una comedia masacrada por la crítica y que no parece indicada ni tan solo para llevar a la suegra. El bueno de Jim Carrey al que amo y odio en proporciones iguales, deberá volver a dar un golpe de timón a su carrera para que le prestemos de nuevo atención. Y ya lo a hecho con éxito, al menos, en tres ocasiones. Otro estreno de la semana es Templario, una historia de aventuras medievales con altas dosis de gore destinada a un público que le agraden este tipo de cintas y finalmente, los dos estrenos restantes son la cinta francesa Silencio de amor, una comedia dramática con  críticas discretas y El último vuelo del flamenco, que pese a que parece que es brutalmente extraña e irregular merecería la pena por las pocas posibilidades que tenemos de ver cine del país del que procede, ni más ni menos que Mozambique.

Lo dicho, la semana que viene probaré suerte con la película búlgara de breve título El mundo es grande y la felicidad está a la vuelta de la esquina.