Mi película de la semana: Cirkus Columbia

Mi película de la semana: Cirkus Columbia

Cirkus Columbia es el cuarto largometraje del cineasta bosnio Danis Tanovic. Lanzado al estrellato tras ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa con su debut, la interesante pero para mi gusto algo sobrevalorada En tierra de nadie, el director prosigue su trayectoria fuera de su pais con la película francesa L'enfer y la amercana Triage. Con su cuarto film Danis Tanovic regresa a su hogar al igual que el propio protagonista de la película. La verdad es que si la primera película de Tanovic me parece un poquito sobrevalorada, el corto que realizó a continuación y que hemos podido ver aquí como cortometraje de la semana (Bosnia-Herzegovina dentro del film coral 11' 09' 01) me parece mediocre y las dos películas que realizó a continuación no las he visto pero no recibieron buenas críticas, así que no esperaba demasiado de Cirkus Columbia, que sin ser una obra mayor me sorprendió muy gratamente.

Con excepción de su aventura francesa con L'enfer, un drama basado en una historia de Kieslowski, el resto de la filmografía de Danis Tanovic trata sobre la guerra y  sus consecuencias. Él mismo asegura que con esta película cierra una especie de trilogía no pretendida sobre el conflicto bélico. Si En tierra de nadie la acción transcurría durante la Guerra de los Balcanes, Triage hablaba de las consecuencias de la guerra, aunque en este caso el entorno era Irak (el corto Bosnia-Herzegovina también hablaba de las consecuencias de la guerra, aquí sí de la ex-Yugoslavia) y la película que nos ocupa Cirkus Columbia habla justo del periodo antes de explotar la guerra, aunque el conflicto está presente ya en la vida de los protagonistas.

Cirkus Columbia es una adpatación de una novela de Ivica Djikic del mismo título y nos sitúa en Bosnia y Herzegovina en el año 1991. Los comunistas han caído y Divko Buntic regresa a la pequeña ciudad donde creció para reclamar la casa familiar. Después de vivir exiliado 20 años en Alemania, Divko aparece con su llamativo Mercedes rojo, su novia Azra, joven y sexy, su gato negro de la suerte llamado Bonny y los bolsillos llenos de marcos alemanes. Ayudado por un primo que ahora es alcalde del pueblo, Divko desaloja a su mujer e hijo de la casa familiar. Pero las relaciones entre todos ellos se irán complicando debido a sus amores y rencores y las amenazas de una inminente guerra.

El tono de la película es el de una comedia casi ligera con algún toque dramático en la que el conflicto bélico que está apunto de acontecer es sólo el entorno y el contexto en que unos personajes se aman, se odian, se temen y se admiran. Sus conflictos individuales (al igual que ocurría con mucha más claridad en la ópera prima del realizador) se pueden ver como una metáfora del conflicto o por lo menos, como consecuencia de una sociedad en que el germen del odio está a punto de explotar definitivamente. El tratamiento es muy europeo, de cine independiente coral en el que importa el devenir de los personajes, y además se pueden notar ciertas influencias del cine de Kusturica, aunque tanto visual como argumentalmente la película resulte mucho menos abrumadora que las del autor serbio. Cuando parece que Tanovic va a realizar alguna escena con cierta grandilocuencia visual tiende a la contención. Así, la película deambula hasta con cierta ligereza por las vidas de unos personajes que se odian casi por obligación hasta que hacia el final la carga dramática gana un poco de peso en el tono del film.

Los actores están más que correctos, desde el prepotente pero inseguro Divko interpretado por Miki Manojlovic, pasando por la dolida y temerosa mujer de éste, Lucija, interpretada por Mira Furlan con solvencia, el hijo de ambos, Martin que navega entrer dos aguas al tiempo que sus hormonas se disparan y que interpreta Boris Lear y la novia guapa que Divko se trae de Alemania, Azra, la dulce Jelena Stupljanin.

Cirkus Columba quizás no consigue todos los propósitos que pretende, pero se ve con agrado de principio a fin. Es tierna, divertida, haciendo gala de un humor un tanto absurdo, triste en cuanto que sabemos lo que se avecina, tiene un tramo final a mi modo de ver un poco condescendiente y bienintencionado y una secuencia última realmente bella. Una película más que recomendable para conocer otras filmografías y más, teniendo en cuenta las escasas propuestas no comerciales y de calidad que están llegando y van a llegar en las próximas semanas a nuestra cartelera.


Otras películas que he visto

                   
Pues si hablaba la semana pasada de dar descanso temporal a esta sección, como dice el refrán "No quieres caldo, dos tazas", ya que también he visto el estreno Convención en Cedar Rapids, animado por las críticas que estaba recibiendo. La película, una comedia un tanto freak a medio camino entre el universo de Alexander Payne (que figura entre los productores) y el de Wes Anderson, es claramente inferior a las películas de los autores citados. Trata sobre una convención de vendedores de seguros a la que acuden unos representantes que desean ganar el premio que se da a la mejor compañía, pero que sobretodo desean encontarse a sí mismos y desconectar de sus vidas. La película es entretenida sin más y se beneficia de un buen reparto formado por Ed Helms (también ahora en cines con Resacón 2), un muy sobreactuado John C. Reilly, Sigourney Weaver y una Anne Heche irreconocible que brilla con luz propia. El tono freak que podría emparentar la película con las de Wes Anderson es, en comparación, demasiado presivible y falto del riesgo kamikaze de éste y la otra mitad del alma de la película, la que lo aparenta más a Payne, es decir, la que otorga un mundo interior triste y existencial a unos personajes aparentemente vulgares sin hacer para nada hincapié en ello, funciona bastante bien, aunque la sombra del autor que lo precede sea muy, pero que muy alargada. En definitiva una película para pasar el rato, con momentos divertidos y otros entrañables que se ve con mucho agrado, pero que para nada se acerca a la excelencia.




Resto de estrenos del viernes 15 de julio

               
Pues sin duda el gran estreno comercial de la semana es la última entrega del niño mago titulada Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte II, que a estas alturas os puedo decir que es la película más taquillera de la historia a nivel mundial en el fin de semana de su estreno, superando a la que hasta ahora tenía ese honor: El caballero oscuro de Nolan. Ya dije la semana pasada que dejé la saga tras la segunda entrega y pese a que estos días me picaba el gusanillo al leer opiniones bastante entusiastas, no iba a ponerme a recuperar el resto de la saga. Probablemente algún día llegará el momento en que la recuperaré entera y veré si había acertado dejándola o no. Mientras tanto si estáis interesados en leer una crítica, la prensa e internet están llenas de ellas, pero yo os remito al blog amigo Después de 1984.
El resto de estrenos de la semana no creo que merezcan especialmente la pena. Son tres: la alemana El fin es mi principio, que cuenta como principal reclamo con la actuación de Bruno Ganz, y dos americanas con muy buen reparto pero con malas críticas y olor a dulce Betty Anne Waters, con Hillary Swank y Sam Rockwell y Nuestra canción de amor con Renee Zellweger, Forest Whitaker, Nick Nolte y Elias Koteas. ¡Cuánto talento desperdiciado!

La semana que viene y la otra, completaremos una quincena final de julio en que me dedicaré a ver cine europeo de países que normalmente no veo demasiado. Si esta semana era Bosnia, la próxima será Italia con La prima cosa bella y la siguiente Bulgaria con El mundo es grande y la felicdad está a la vuelta de la esquina. En agosto ya veremos. Gracias una semana más por seguir esta humilde y subjetiva sección.