Películas que veo con mi hijo: Blancanieves y los siete enanitos

Fue un flechazo. Tras ver completas las dos películas de Miyazaki Mi vecino Totoro y Nicky, la aprendiz de bruja, los intentos de ver películas se sucedieron. Muchas primeras partes, muchos pedazos pero ninguna completa. En cambio fue poner Blancanieves y en un tiempo muy breve para lo que suele ser habitual verla con Gerard del tirón.

Blancanieves y los siete enanitos es el primer largometraje de animación de la Disney. Walt Disney llevaba ya un tiempo probando suerte con bastante éxito, en su carrera de animador. A aquellas alturas ya había realizado varios cortos y, sobretodo los del ratón Mickey, estaban teniendo bastante éxito. Quizás el corto más famoso con el personaje de Mickey en los inicios de la animación fue Streamboat Willie, de 1928, en la que ya logró incorporar el sonido para satisfacer y sorprender a un publico que había alucinado con la reciente irrupción del mismo a mitad de The jazz singer (1927).

Walt Disney era un visionario, un emprendedor, un loco. La animación era considerada un género muy menor (algo que algunos siguen creyendo hoy en día) y el solo hecho de realizar un largometraje era una osadía a la que se atrevían muy pocos. Walt no fue el primero en realizar un largo, pero sí el primero en hacerlo en el interior de la industria.

Se dice que el primer largometraje de animación de la historia es argentino. Titulada El apóstol (1917) y dirigida por Quirino Cristiani, la película por desgracia no se conservó. Los dos primeros largos de animación antes de la Disney conservados son  muy brillantes. Por un lado tenemos la alemana Die Abenteuer des Prinzen Achmed (las aventuras del prícipe Achmed) de 1926, una película de poco más de una hora con una animación realizada a partir de recortes de siluetas en papel negro animados sobre fondos coloridos y que adapta varios relatos de "Las mil y una noches" que fue un importante éxito, sobretodo en Francia, reivindicada por Jean Renoir y René Clair y que es un auténtico prodigio (os dejo debajo el primer acto de la misma). Por otro lado un genio como Ladislas Starewich, tras varios y brillantes cortos concluyó su primer largo Le roman de Renard en 1930 (aunque no se estrenaría hasta el 37). Os dejo a continuación el inicio subtitulado al inglés. Ambas películas, si os gusta lo que veis se pueden encontrar con facilidad. Os la recomiendo mucho.






Pues regresemos a Walt Disney. Tras todos su exitosos cortos y con el valor del entusiasta, empieza a rodar Blancanieves y los siete enanitos en 1934 con un presupuesto inicial de 250.000 dólares. La película la termina tres años después y el presupuesto asciende a 1.488.423 dólares. Disney estuvo a punto de arruinarse pero no era la primera vez. El pase de la película fue un éxito absoluto y pronto Walt Disney empezó a cosechar el cariño de sus contemporáneos. En poco tiempo la película ingresó más de ocho millones de dólares. Por cierto, el hombre que consta como director (no sé si es una pregunta trampa en algún juego de sobremesa) fue David Hand (también director de Bambi).

Para su primer largometraje Walt Disney adapta el cuento popular de Blancanieves muy conocido a partir de la adaptación que de él hicieron los hermanos Grimm. Con ese estilo tan criticado en la posterioridad de un cierto edulcoramiento de la trama (por otro lado lógico a mi entender al ser una película especialmente para niños) y con otros aspectos también criticados hoy como sus momentos altamente machistas (reflejo claro de una época), Disney ejerce de maestro de ceremonias y carga de perfeccionsmo enfermizo su creación. Con tonalidades cromáticas estudiadas para ensalzar la trama, con un guión muy cuidado que procura no caer nunca en punto muerto, con personajes bastante bien definidos y entrañables y con canciones que contribuyen al avance de la trama (también una marca de fábrica Disney hasta hace muy poco), Blancanieves y los siete enanitos es una película espléndida, todo un clásico prodigioso para su tiempo que inicia uno de los mayores negocios y mayores logros artísticos del cine durante muchos años, la animación Disney. ¿Queréis ver la película? ¿O algún trocito al menos? No os da nostalgia. Mirad, mirad...



A Gerard le da igual si Blanacanieves es la primera o la tercera película de la historia de la animación. No sabe que se realizó muchos años antes de Totoro. No la compara a nada ni la ubica en su tiempo. Aún tiene la suerte de mirarla como algo nuevo, algo original, algo único. A él lo que le gusta es cantar las canciones que llenan la película. Gritar Aibó y hacer tonos graves y agudos según si quien canta es Blancanieves o algún enanito. Le fascina, al tiempo que teme, la bruja mala. Solo verla le engancha a la pantalla. La fascinación y la atracción por el mal la llevamos innata, está claro. Y luego le encanta la Blancanieves y casi hace caso omiso al príncipe. Sus preferencias son muy obvias.

Terminada la película le digo, "Gerard, ¿nos hacemos una foto para que el papa la ponga en aquello que hace en el ordenador, con tus muñecos de Blancanieves?" "sí", me responde sabiendo que en las próximas horas voy a desaperecer tras una puerta. ¿Prefieres la Blancanieves o el príncipe?, le pregunto de nuevo. Me mira sonriendo, algo sobrado, decidido. No me queda otra que conformarme...