De moda recientemente, pues termina de presentar su última película en Venecia, Spring breakers, con bastante éxito crítico y con el aura de próximo film de culto, Harmony Korine es uno de esos directores muy outsiders, solo reservado al público cinéfilo más arriesgado, o quizás más zumbado, entre los que por supuesto me encuentro.
En realidad este Sitges no tiene película en solitario (al menos de momento), pero suyo es uno de los tres fragmentos del film futurista de estar por casa The fourth dimension y su sola presencia en tal film, levanta sino las expectativas sí al menos la curiosidad sobre el mismo.
Harmony Korine nace en 1973 en California, pero de muy pequeño se traslada con su familia a Nashville, Tenesse, donde pasa toda su temprana juventud. Al cumplir la mayoría de edad aterriza en Nueva York y empieza sus estudios de escritura dramática. Sin embargo su afición al skate, del que quiere hacerse profesional, le lleva a dejar sus estudios para dedicarle el tiempo que considera oportuno al patinaje. Las cosas del destino hacen que mientras practica con sus amigos en el parque de Washington Square se fije en él el fotógrafo y director Larry Clark, que le toma unas fotos. Tras algunas conversaciones Korine se decide a mostrarle un guión que ha escrito, sobre un niño de trece años al que su padre lleva a un prostíbulo. El bueno de Clark flipa en colores y le pide a Korine que realice otro guión para él que involucre skaters adolescentes, drogas y SIDA (la propagación del virus se encontraba en los niveles más altos en la historia). El resultado fue Kids, una película súper polémica que no dejó a nadie indiferente y que una parte de la crítica ensalzó. Harmony Korine tiene 23 años y su nombre ya toma un cierto estatus de culto.
Entonces, Harmony Korine decide guionizar y dirigir su primer film, otro mazazo lleno de polémico titulado Gummo.
Gummo es una mezcla de ficción y documental en que Korine hace desfilar ante la cámara gente marginal sin una estructura narrativa lineal. Es una provocación en toda regla. Cazadores y maltratadores de gatos se juntan con alcohólicos, dementes, pervertidos, adolescentes traumatizados al ser violados por sus padres, pederastas, padres de familia violentos y otras varias lindezas. La cinta está rodada de modo amateur y tiene unos méritos cinematográficos muy dudosos, sin embargo, es realmente una patada a las entrañas del espectador. Unos pueden creer que la película es tan solo un intento de escandalizar al espectador (y no les faltará razón), otros pueden censurar la dudosa moral de lo que el film muestra, su exhibicionismo (y no les faltará razón, tampoco) pero si Korine, llevado por su juventud algo problemática, lo que quiere es mostrarnos con todas las consecuencias un collage de la América profunda, sin duda logra realizar un film vómito de cierta contundencia. Y como tal tiene su valor.
Los interesados podéis verla completa en el siguiente vídeo con subtítulos en español:
Los interesados podéis verla completa en el siguiente vídeo con subtítulos en español:
Tras Gummo, Korine logra un cierto prestigio en el cine más independiente y al margen del sistema. Además directores como Gus Van Sant y en especial Werner Herzog, le suben a los altares del nuevo cine americano. Harmony Korine, que no tiene pinta de ser emocionalmente muy estable, piensa en una enorme "genialidad" para proseguir su carrera, un proyecto titulado Fight Harm que nunca concluyó. Dirigido por el ilusionista callejero David Blaine debía provocar peleas callejeras y llevar la situación hasta las últimas consecuencias, y así lo hizo. Después de 6 intentos y terminar hospitalizado con daños gravísimos, Korine abandonó el proyecto aunque comentó que de ser necesario moriría por el cine. En realidad jamás he visto un fragmento de ésto (excepto este breve vídeo que parece ser parte de dicho proyecto) así que no sé que parte de verdad hay en ello y que parte de leyenda. Dos años después, en 1999, Korine presenta su segunda película, Julien Donkey-Boy. La película se inscribe en el movimiento del Dogma'95 y sigue la tónica de Gummo, aunque su disfuncionalidad provocativa está en ese caso mejor finalizada y también, a mi modo de ver, pierde una parte de originalidad y fiereza. Para realizar la película no solo cuenta, como en la anterior, con la por entonces su pareja Chloe Sevigny (quien merece un post solo para ella, analizando que ha hecho esta mujer por sus novios directores) sino que además, cuenta en su reparto en un papel muy destacado con su admirador y admirado Werner Herzog. La película, que trata sobre un chaval con esquizofrenia, basándose en un esquizofrénico familiar, pues es éso, muy esquizofrénica, muy extrema, muy para minorías, pero tiene su gracia como producto entre el cine de autor y el trash con pretensiones.
Entonces, justo cuando Korine empieza a despuntar como lo que es, como un outsider al que solo unos pocos alaban, pero los que lo hacen, lo hacen con pasión desenfrenada, desaparece del mundo cinematográfico. Dijo posteriormente en declaraciones, que tras su segundo film pasó durante algunos años por una etapa muy oscura. Viendo sus fotos de juventud (arriba), sus ideas y sus guiones y películas, no me quiero ni imaginar lo que pudo hacer el director americano esos años de anonimato, teniendo en cuenta que fueron, según él, muchos más oscuros que los que hemos tratado hasta ahora. Sin duda la noticia es que sobrevive... y llega con actividad a nuestros días. Por cierto, en el 2002, mientras tenemos a Korine sumido en esta etapa de autodestrucción que da miedo de pensar, Larry Clark rescata un guión antiguo suyo y lo convierte en otra película muy, pero que muy polémica (y que a mí me encanta, incluso más que Kids) titulada Ken Park.
Pues llegamos al 2007 y Harmony Korine, tras ocho años de inactividad, regresa con Mister Lonely, sin duda su película más convencional de estas cuatro que hoy tratamos. No solo convencional porque es la única con apariencia de película bien rodada y en celuloide, sino también porque su guión es más "académico" y tiene más o menos una evolución de historia y personajes y porque su reparto está formado por actores de prestigio como Diego Luna, Samantha Morton, James Fox o el actor fetiche de Leos Carax (que también aparece en la película en un pequeño papel, al igual que de nuevo Herzog) Denis Lavant.
El film sin duda es una extrapolación del sentir artístico y existencial del director. Trata de un grupo de imitadores de famosos (desde Michael Jackson, pasando por Marilyn, Madonna y Chaplin hasta Lincoln o la reina de Inglaterra) que son seres marginales, anárquicos, algo locos, pero con una sensibilidad artística extrema que no saben muy bien como focalizar, como mostrar al mundo. La película está hecha a retazos y es irregular, pero en general me parece muy recomendable. Tiene buenos momentos y encuentro en ella muchas de las constantes de Carax, así que no considero casual su inclusión en el reparto ni la de Lavant. Es una película que bebe muy directamente de la sensibilidad del director francés y que como aquél, logra en ciertos momentos la poesía a partir de cierta disfuncionalidad anárquica, a partir de un collage que alcanza instantes álgidos.
Si tras esta película uno tiene la sensación de que Korine está empezando a redirigir su carrera cinematográfica hacia una cierta convencionalidad autoral menos rupturista, su siguiente título, Trash Humpers, lo desacredita. La cinta, rodada en VHS de forma muy amateur vuelve a ser una sucesión de secuencias sin continuidad argumental que vuelven a querer mostrarnos los seres más marginales de la América profunda. Si en Gummo eran actores en casi su totalidad amateurs a cara descubierta, aquí es el propio director y sus amigos y familiares los que se colocan máscaras de ancianos algo inquietantes. Si en su ópera prima la sucesión de imágenes y secuencias nos remitían a hechos concretos que por exceso y por su sucesión producían el efecto de film vómito que comentaba, aquí se pretende hacer lo mismo en abstracto, a partir de personajes que se dedican a follarse objetos inanimados, que tiene conversaciones sin sentido y que destruyen objetos sin ton ni son. Korine quiere ir un paso más allá y animalizar a sus personajes hasta el extremo. Sin embargo la película, tras la sorpresa de los primeros minutos, no logra otro efecto en el espectador (el que como yo no se indigna y no deja la proyección) que el sopor. Un sopor ajeno a cualquier removimiento de conciencia ni a cualquier sensación de angustia. Una estupidez total con que Korine peca de ego y regresa a sus orígenes para empeorarlos con creces y rodar la que es hasta ahora su peor película.
Llegados aquí, uno tendría muchas dudas sobre proyectos futuros del director americano. Además tras Trash Humpers realiza algunos cortos muy en esta linea continuista (Act da fool con subtítulos en español, Umshini Wam, o Snowballs) pero sus dos siguientes películas, el fragmento que veremos en Sitges (aunque el trailer, en que se reconocen sus fragmentos, deja dudas en cuanto a una cierta renovación en este segmento) y sobretodo, la película estrenada en Venecia que citábamos al comenzar Spring Breakers, deja una puerta abierta a la canalización en positivo de la sin duda fiereza artística de este director que probablemente nos toma el pelo, pero que a mi me excita tanto con tan solo citarlo. Que se le va a hacer...
Para terminar un vídeo con clips de los inicios de Harmony Korine e imágenes de Kids y sus tres primeras películas (si queréis ver imágenes de Trash Humpers os dejo aquí el trailer) acompañadas del hipnótico tema de Steven Wilson titulado con el nombre del director "Harmony Korine".
Por cierto, dedico este post muy especialmente a Alan Smithee (ya ves que he hecho penitencia...)
El film sin duda es una extrapolación del sentir artístico y existencial del director. Trata de un grupo de imitadores de famosos (desde Michael Jackson, pasando por Marilyn, Madonna y Chaplin hasta Lincoln o la reina de Inglaterra) que son seres marginales, anárquicos, algo locos, pero con una sensibilidad artística extrema que no saben muy bien como focalizar, como mostrar al mundo. La película está hecha a retazos y es irregular, pero en general me parece muy recomendable. Tiene buenos momentos y encuentro en ella muchas de las constantes de Carax, así que no considero casual su inclusión en el reparto ni la de Lavant. Es una película que bebe muy directamente de la sensibilidad del director francés y que como aquél, logra en ciertos momentos la poesía a partir de cierta disfuncionalidad anárquica, a partir de un collage que alcanza instantes álgidos.
Si tras esta película uno tiene la sensación de que Korine está empezando a redirigir su carrera cinematográfica hacia una cierta convencionalidad autoral menos rupturista, su siguiente título, Trash Humpers, lo desacredita. La cinta, rodada en VHS de forma muy amateur vuelve a ser una sucesión de secuencias sin continuidad argumental que vuelven a querer mostrarnos los seres más marginales de la América profunda. Si en Gummo eran actores en casi su totalidad amateurs a cara descubierta, aquí es el propio director y sus amigos y familiares los que se colocan máscaras de ancianos algo inquietantes. Si en su ópera prima la sucesión de imágenes y secuencias nos remitían a hechos concretos que por exceso y por su sucesión producían el efecto de film vómito que comentaba, aquí se pretende hacer lo mismo en abstracto, a partir de personajes que se dedican a follarse objetos inanimados, que tiene conversaciones sin sentido y que destruyen objetos sin ton ni son. Korine quiere ir un paso más allá y animalizar a sus personajes hasta el extremo. Sin embargo la película, tras la sorpresa de los primeros minutos, no logra otro efecto en el espectador (el que como yo no se indigna y no deja la proyección) que el sopor. Un sopor ajeno a cualquier removimiento de conciencia ni a cualquier sensación de angustia. Una estupidez total con que Korine peca de ego y regresa a sus orígenes para empeorarlos con creces y rodar la que es hasta ahora su peor película.
Llegados aquí, uno tendría muchas dudas sobre proyectos futuros del director americano. Además tras Trash Humpers realiza algunos cortos muy en esta linea continuista (Act da fool con subtítulos en español, Umshini Wam, o Snowballs) pero sus dos siguientes películas, el fragmento que veremos en Sitges (aunque el trailer, en que se reconocen sus fragmentos, deja dudas en cuanto a una cierta renovación en este segmento) y sobretodo, la película estrenada en Venecia que citábamos al comenzar Spring Breakers, deja una puerta abierta a la canalización en positivo de la sin duda fiereza artística de este director que probablemente nos toma el pelo, pero que a mi me excita tanto con tan solo citarlo. Que se le va a hacer...
Para terminar un vídeo con clips de los inicios de Harmony Korine e imágenes de Kids y sus tres primeras películas (si queréis ver imágenes de Trash Humpers os dejo aquí el trailer) acompañadas del hipnótico tema de Steven Wilson titulado con el nombre del director "Harmony Korine".
Por cierto, dedico este post muy especialmente a Alan Smithee (ya ves que he hecho penitencia...)
Gummo es la polla! Y creo que cinematrográficamente es muy grande. Es genial todo y muy raro. Como la escena de la gente en la cocina con la silla. Puajjj qué extraño todo. Yo no recomiendo Mister Lonely. Me pareció bastante aburrida. Lo mejor: lo de las monjas voladoras. http://www.youtube.com/watch?v=YXuObVuNzRY&feature=related
ResponderEliminarEspero ansioso ese post de Chloe. Diva total!
Quizás al verla ahora, con tanto desfase de tiempo, el factor revolucionario ya ha quedado algo desfasado y por ello nome ha impactado tanto, pero sin duda e una rareza bestia y reivindicable. Lo de las monjas voladorea, buenísimo (y fuera del rollo de la peli, ja,ja). Un abrazo.
EliminarSolo he visto la de Julien donkey-boy y me pareció una marcianada de tomo y lomo, pero interesante. Del resto, la que más ganas tengo de ver es gummmo (gracias por el enlace)
ResponderEliminarPues de nada, ahí está si te apetece. Julien Donkey-boy es la única peli que vi en el momento de su estreno y me dejó algo indifirente ante toda su rareza, pero al menos es curiosa. Un abrzo.
EliminarYo, como Lughnasad sólo he visto una, la misma que él. Me apunto 'Gummo' para ver ya. Me has dado otra lección de cine, DAVID. Un abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarGracias Jordicine, no será tanto. Ya ves que he dejado el enlace de Gummo con subtítulos, así que si te apetece está fácil. Un abrazo.
EliminarQue gran repaso David, esto si que es prepararse a conciencia para Sitges XD Yo solo he visto Kids hace mucho tiempo, así que podríamos decir que 'directed by' no he visto ninguna.. Hace tiempo que quiero ver Gummo y creo que es por la que empezaría. Un Spring breakers en Sitges seria un triunfazo total. Un abrazo!
ResponderEliminarUn "Spring breakers" sería total. Ahora déjate de Gummos y preparate para lo que te viene, que va a ser la ostia de pelis en 20 días. Un abrazo.
EliminarGracias por el aporte la película Kids me encanto cuanto la vi me dejo impresionado empece a ver la pelícla Gummo pero la dejare para más tarde es un poco extraña aunque me encanta las voces. un saludo
ResponderEliminarPues cuando quieras ahí está. Kids es muy bestia, así que es normal que impresione. Un abrazo.
EliminarPues veo que al final Trash Humpers era un rollo, yo es que el rato que vimos primero parece curiosa pero luego se me hizo cansina. Eso si, tengo bajada la de Mister Lonely y quizás me arriesgue. Un abrazo.
ResponderEliminarPues luego ni te cuento. Y verla solo una vez pasada la euforia de la gamberrada inicial es muuuy cansino. En fin, ya sabes que quizás soy capaz de volverla a ver algún día, ja,ja. Un abrazo.
EliminarBuenas!
ResponderEliminarPues me encanta que me dediques el post, aunque... ¿me estás queriendo decir algo? ¿Soy un freak? Jajajaja!
Pues si, Korine me puede y espero que después de la marcianada de los folla-containers del año pasado este año estrenen Spring Breakers en Sitges. Tengo unas ganas brutales!
Un abrazo con careta de abuelo chungo!
Bueno Alan si eres un freak o no, no creo que sea yo el más apropiado para decirlo, ja,ja. Más que nada quería redimirme con esta penitencia ante el plantón de hace casi un año, ja,ja.
EliminarA ver si hay sorpresa en Sitges. Un abrazo envuelto en papel de plata (otro rollo, ya)...
Este año parece que nos van a llegar muchas muchas muchas cosas interesantes... Que maravilla :D
ResponderEliminarPues eso parec. Ahí estaremos. Un abrazo.
EliminarChapeau! Espléndido post sobre un tipo raro de narices.
ResponderEliminarLe tenía muy perdida la pista, y me has puesto muy bien al día.
Solo he visto las dos primeras como director y me quedo sin duda con "Gummo", no se ni como describirla, pero creo que nos pasó a todos fue algo totalmente diferente. Una locura experimental, excéntrica, con momentos brutales. Hasta suena Roy Orbison !!
Tremenda.
Un abrazo.
Muchas gracias C.Noodles. Yo también me quedó con Gummo. Tiene la fiereza de quien se lo quiere comer todo y eso hace bueno hasta sus innumerables imperfecciones. Con "Trash humpers" casi que no te pongas al día, ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Pues no conocía el director ni las pelis que comentas de él, sobre tdo Gummo, pero sí conozco Ken Park, de Larry Clark,una peli impactante desde cualquier punto de vista. No está nada mal.
ResponderEliminarUn saludo, David.
Sí, Ken PArak a mí me encantó, pero tiene detractores a montones, lo que tampoco me extraña. Un abrazo.
EliminarQue lejos queda Gummo, y cuanto la he ido apreciando después del paso de los años, para mi sigue siendo su mejor película.
ResponderEliminarSaludos
Roy
A ver si con "Spring breakers" logra desbancarla. Pinta bien. Un abrazo.
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