El festival Beefeater In-Edit cumple ya su novena edición en Barcelona. Es un festival que empezó con cierta timidez pero que a punto de cumplir una década se ha convertido en una auténtica cita obligada para los amantes del cine y/o de la música de la ciudad (o que puedan pasarse por ella). Además, desde que en el 2003 se instalara su sede en Barcelona, el festival ha crecido geográficamente y tiene citas en otros países como Chile, Argentina, Brasil, México o recientemente Alemania. Es un festival de cine muy específico ya que en su programación solo caben los documentales que tengan relación con la música. Pero su amplia programación (esta edición hay 54 películas repartidas por sus 7 secciones) de documentales que en la mayoría de los casos han pasado por diversos festivales antes de llegar al in-edit, da buena muestra de la salud actual del documental musical.
No voy a exponer en este blog toda la programación, ya que en la propia web del festival, hay unas fichas espléndidas de todas las películas y el horario definitivo. Podéis consultar la web aquí o pinchando sobre el logo del festival del margen derecho de este blog. Simplemente voy a proponer a modo muy subjetivo y en un post, alguna de las propuestas de algunas de sus secciones y espero que ello os anime a pasaros primero por la web del festival y después por los cines Aribau de Barcelona, donde se celebra el festival, porque merece la pena. Tan solo añadir que el festival, desde el año pasado, en colaboración con el portal de cine on-line filmin ofrece algunas de la películas presentes en el festival a precios muy asequibles. Aún no se sabe cuales serán las películas de este año para visionar on-line, pero los interesados estar atentos al portal, pues aparecerán en breve. Una buena opción para seguir parte del festival, sobretodo si Barcelona te cae lejos. Sin más, os presento aquí algunas de las películas de la edición de este año.
SECCIÓN OFICIAL INTERNACIONAL
Passione – A musical adventure
Presente en dos festivales tan prestigiosos como Venecia y Toronto, la película de John Turturro es sin duda uno de los platos fuertes del festival.
“Hay sitios donde uno va una vez, y ya tiene suficiente; y luego está Nápoles”. John Turturro (el mismo) nos lleva de paseo por canciones “bañadas en contradicción, humor e ironía”, gestadas en una ciudad que ha sobrevivido a volcanes, invasiones, epidemias. Su emplazamiento es como un “punto caliente”, un géiser que escupe sin cesar la gran paradoja de la canción napolitana: “Te quiero hoy, pero mañana, ¿quién sabe?”. Es la música de Napoli: apasionada, melodramática, callejera, melodías que son mini-obras de teatro sobre celos, deseo y desamor. Y esas operetas se interpretan aquí en forma de clips callejeros, excesivos como pocos: Genaro Cosmo Parlato cantando “Maruzzella” en clave gay, Massimo Rainieri interpretando el “Malafemmena” de Totò desde la alcoba... Y simultáneamente a estas postales-con-música, Turturro disecciona el ADN napolitano, entrevistando a los hermanos Esposito, celebrando a los maestros (De Lucia, Sergio Bruni, Massimo Rainieri, el poeta lumpen Raffaele Viviani, Renato Carosone y su proto-rap) y las canciones estandarte. El resultado es un lienzo fauvista, el cuadro deslumbrante de una ciudad “pintada con sonido”.
Bury The Hatchet
Ganadora de varios premios en festivales internacionales, la ópera prima de Aaron Walker, es un documental que va mucho más allá del género musical. Una de las propuestas a priori más curiosas y personales del in-edit de este año. En el pase del jueves estará presente su director.
Para todos aquellos que son fans de la serie Treme –de los autores de The Wire- he aquí su semilla, su carne y hueso, su “basado en una historia real”. Esta es la historia: los New Orleans indians, clubes de hombres negros que se disfrazan de nativos americanos cada Mardi Gras. El relato de una tradición centenaria (surge de los esclavos negros fugitivos cobijados por indios en los bayous de Luisiana) que se mantiene, orgullosa, pese a la opresión, los huracanes y la brutalidad policial. Bury the hatchet nos lleva, de la mano de sus líderes, jefe indio a jefe indio (del Chief Doucette a Chief Monk Boudreaux y Tootie Montana), por una expedición tan antropológica como política. Comenzamos en el Mardi Gras del 2005, siete meses pre-Katrina, y avanzamos por los duros años de reconstrucción, de restablecimiento de lazos comunitarios y resistencia contra el poder, hasta el 2010. La senda del filme nos adoctrina sobre los detalles de la tradición: su estructura, sus rencillas tribales, su pasado violento (antes de trompetas se usaban escopetas), su hermoso R&B y la labor de amor que exhiben cada año esos trajes cosidos a mano. Emocionante.
Last Days Here
Ganadora en festivales tan prestigiosos como Boston y Sidney, la película nos narra sin concesiones el descenso a los infiernos de Bobby Liebling, un pionero del rock duro de los años 70. Una cinta de las que, parec ser, no dejarán indiferente a nadie.
Anvil era brillante, pero algunas escenas lo acercaban al esperpento. Las risas, sea como fuere, acaban en Last days here. Bobby Liebling fue el carismático cantante de los 70’s hard-rockers y pioneros doom, Pentagram. Hoy agoniza en el sótano paterno atizándole al crack y la heroína, un sobrecogedor zombi moteado por llagas e infecciones cutáneas, desdentado e inconexo, que flirtea a diario con la muerte. El filme empieza con el reencuentro entre Liebling y Sean “Pellet” Pelletier, el amigo y manager que intentará relanzar la carrera del malogrado mito metálico. Last days here alterna el drama de su caída, tan exagerado que parece ficticio, tan lleno de traspiés que parece escrito por un guionista cenizo (pifiaron una audiencia con KISS, Liebling se marchó en medio de otra cita con Columbia), con el improbable canto de resurrección que suena en su vida presente. ¿Será capaz Liebling de levantarse y andar, relanzar su carrera, abandonar las drogas, incluso encontrar el amor? Suena improbable, pero encontrarán la respuesta aquí: en un filme inolvidable, lleno de empatía y afecto, que es también un ensayo sobre la mala pata y –de nuevo- el sabotaje personal.
O Samba Que Mora Em Mim
Otra película que va mucho más allá del género de documental musical es esta cinta, premiada en el festival de Sao Paulo y presente hasta la fecha en numerosos festivales. En la sesión del domingo se contará con su directora.
Hay una historia tras cada bailarín del carnaval de Río. O samba que mora em mim se atreve a contar las intimidades y amores, penas y alegrías, empleos y desempleos, de todos esos ciudadanos durante los 364 días del año en que no hay desfile. ¿Quién es esa gente que se emperifolla para una sola jornada carnavalera, que trabaja laboriosamente en un atuendo y baile que pasarán en 24 horas? El filme prescinde de música (esto es la samba que vive en la gente; no hace falta escucharla) para centrarse en la pura existencia de transeúntes normales en Mangueira, irreductible barrio sambero. Tratándose de una favela, muchas de las historias exudan pobreza, ignorancia y muerte. Tratándose de una favela, todos los relatos hablan de intimidad, barrio, familia, educación y supervivencia. Y esas narraciones, parece decir O samba..., son relevantes; “mi historia es importante”, como sugiere una memorable anciana, auténtico receptáculo de sabiduría marginal y “abuela de todo el mundo”. Un trabajo de excelente factura cinematográfica, rebosante de color, que fascinará a todos aquellos que sienten pasión por las vidas de humanos. Con samba o sin ella.
Troubadours
Un documental ya en la linea más clásica de documental musical, imperdible para fans de grandes como James Taylor, Jackson Brown o Joni Mitchell que estuvo en Sundance. Con la presencia en la sesión del sábado de su director.
Los engañosos créditos (MC5, disturbios, Vietnam) sirven de palanca para la tesis inicial del filme: los 60’s necesitaban tomarse unas vacaciones de tanto caos y pelea, y de ese deseo, de esa “hambre por la intimidad” (Carole King dixit) nace el movimiento de los cantautores californianos de los 70’s. Los llamaron mellow mafia y blandos, pero su emocional narrativa sigue sin ser superada: James Taylor, Jackson Browne, Carole King, Kris Kristofferson, David Crosby, Joni Mitchell, Roger McGuinn -y también huéspedes como Elton John o Steve Martin- nos ofrecen la saga del club The Troubadour, los bardos de Laurel Canyon y su camino al exceso. El filme combina con enjundia entrevistas a los músicos, metraje original y selecciones de la reunión de James Taylor y Carole King en el año 2010 para contar cómo las tradiciones del Brill Building y el folk 60’s de las coffee houses se combinaron en las laderas de California; más concretamente en el mítico club que titula el filme. Troubadours es un lujoso documento histórico, lleno de canciones sensacionales y álbumes gigantes (Tapestry, Sweet baby James), imprescindible para comprender el fenómeno de los singer-songwriters.
SECCIÓN OFICIAL NACIONAL
Jaime Urrutia: La fuerza de la costumbre
La presencia de un tipo tan carismático como Jaime Urrutia en un documental sobre sí mismo, pero en el que además aparecen grandes nombres de la música nacional es suficiente para dejarse caer por el cine. Además el propio Urrutia, muy implicado en el proyecto junto con el director y el amigo Ariel Rot, estarán presentes en la presentación del viernes.
Uno de los mejores narradores del pop español y ex-líder de Gabinete Caligari destripa su mundo interior con voz propia, impasible el ademán y torero el quite. Ceñudo artesano de la vieja escuela, parece que Urrutia esté siempre de morros, pero es solo su cara. Y si es, como él dice, “un pequeño milagro que aún me dedique a esto”, se trata de un milagro que nos beneficia a todos. Mediante una confesional lectura de su vida en clave autobiográfica, como un Querido Diario airado, el artista confiesa que no tiene demasiado tiempo para los advenedizos (“para mí la música es algo muy serio, no aguanto a los idiotas que relacionan música con fiesta”) y se lanza a narrar sus aventuras y desventuras sin orden cronológico en un documental que huye del formato clásico. A la labor de apertura de archivos se une el dream team del pop y rock nacional: Loquillo, Alaska, Ariel Rot, Pereza (“Jaime cuenta las tripas de su mundo”), Calamaro, Bunbury y otros grandes de España (incluyendo a Ana Belén y Aute). El resultado es una biopsia de su universo cañí, de roturas –con su grupo- y emplastes, de sus influencias, “descontroles”, sangre española y mil soberbias canciones.
http://muvi.es/w456
http://muvi.es/w456
Next Music Station: Morocco
Dirigido por el músico vasco Fermín Muguruza, la película promete ser un exquisito paseo por las gentes de Marruecos y su música. El miércoles estará presente su director.
Visitamos Marruecos y su paisaje sónico de la mano de Oum, ruiseñor de la canción marroquí moderna. La cantante de Marrakech conduce al director, Fermín Muguruza, y por consiguiente al espectador a través de cada ciudad y estilo en un constante vaivén entre firme tradición y modernidad de derribo. En Tetuán celebramos una reunión con el director de la Orquesta Chekara de Tetuán, que medita sobre su relación con Granada (a sólo dos horas) y la influencia del flamenco. En Meknes, el grupo de rap H. Kayne relata su difícil convivencia con la tradición y su experiencia rap como “única vía de escape”. En la capital, Rabat, Hamid El Kasri y su banda nos ofrecen un concierto de vivificante música gnawa; en Marrakech nos presentamos como invitados en casa de los padres de la anfitriona, y disfrutamos tanto de la música houara como –más tarde- de la voz de Karima Skalli, ídolo nacional. Y en Casablanca nos asaltan el rock mestizo de Hoba Hoba Spirit (con su humorístico “I’m not a terrorist”) o el rapero DJ Key. Un diluvio de belleza cultural autóctona y músicas dispares, con el brillo y la unicidad de las piezas multicolor de un caleidoscopio.
HOMENAJE A MURRAY LERNER
Message to Love: The Isle of Wight Festival
En la presente edición se rinde homenaje a Murray Lerner. Este documental sobre el festival de la isla de Wight en 1970, parece no tener desperdicio. El domingo 6 estará presente el director.
A pesar de su título, ni amor ni flores. El festival de la isla de Wight de 1970 simboliza junto a Altamont el fin del sueño hippie, la pugna entre rebelión y comercio, el mal karma. Un escenario lleno de rockstars condenados a morir en breve (Hendrix, Morrison) y el público a punto de sublevación armada son el marco de un documental tan informal y guerrillero como incisivo y veraz. La historia es conocida: empieza como un edén de jipis mugiendo mantras y hablando con los árboles, pero el clima polar y las reclamaciones de un público ácrata convierten la Isla de Wight de 1970 en un sindiós. Clamando en contra de “un campo de concentración psicodélico”, los freaks radicales instauran su propio barrio rebelde y rompen las cercas, para supina indignación de los promotores. La banda sonora al caos la ponen The Doors, Donovan, Ten Years After, The Who (en su salsa), Moody Blues (un “Nights in white satin” más incongruente que nunca) y, en el momento de suma tensión civil, una histérica Joni Mitchell que ve su escenario invadido por anarquistas barbudos. Hay que ver cada minuto de este magistral reportaje para entender el fin de una era, y de una mentira.
The Other Side of The Mirror: Bob Dylan at the Newport Folk Festival
Pues imperdible para fans de Dylan e interesados en la historia de la música del s.XX, ya que la película narra uno de sus momentos más míticos y cruciales. El miércoles estará Murray Lerner para presentarlo.
El sonido de Dylan yéndose (del folk). Una fascinante captura de su radical evolución en tres años: de apocado imitador de Woody Guthrie a sarcástica rockstar en ciernes. Tanto si le aman como si le odian, todo fan de los seísmos y cismas pop debería visionar este documento. Aquí vemos a Zimmerman efectuando un cambio de piel que no superaría ni una iguana particularmente aseada, y lo vemos año a año, sin perder prenda, en pleno proceso de convertirse en tótem. En 1963 es un casi titubeante protegido de Joan Baez, actuando como un niño modoso y ofreciendo todos los rituales comunales del folk (“come gather around friends...”). En 1964 ya luce decididamente no-folk, lleva el cabello más largo del festival, una media sonrisa sarcástica emplastada en el rostro y Pete Seeger parece su padre. En 1965, Dylan conserva un pie en los nutrientes del folk, pero el otro ya emerge por la puerta trasera. Para demostrarlo, la lía parda: toca electrificado junto a un grupo de rock’n’roll mientras los BUUUS se oyen en Saratoga; y él, como si oyera llover. The other side of the mirror es tanto monumento escultórico como involuntario proceso criminal. Hay que verla a toda costa.
http://youtu.be/S1TKUk9nXjk
The Other Side of The Mirror: Bob Dylan at the Newport Folk Festival
Pues imperdible para fans de Dylan e interesados en la historia de la música del s.XX, ya que la película narra uno de sus momentos más míticos y cruciales. El miércoles estará Murray Lerner para presentarlo.
El sonido de Dylan yéndose (del folk). Una fascinante captura de su radical evolución en tres años: de apocado imitador de Woody Guthrie a sarcástica rockstar en ciernes. Tanto si le aman como si le odian, todo fan de los seísmos y cismas pop debería visionar este documento. Aquí vemos a Zimmerman efectuando un cambio de piel que no superaría ni una iguana particularmente aseada, y lo vemos año a año, sin perder prenda, en pleno proceso de convertirse en tótem. En 1963 es un casi titubeante protegido de Joan Baez, actuando como un niño modoso y ofreciendo todos los rituales comunales del folk (“come gather around friends...”). En 1964 ya luce decididamente no-folk, lleva el cabello más largo del festival, una media sonrisa sarcástica emplastada en el rostro y Pete Seeger parece su padre. En 1965, Dylan conserva un pie en los nutrientes del folk, pero el otro ya emerge por la puerta trasera. Para demostrarlo, la lía parda: toca electrificado junto a un grupo de rock’n’roll mientras los BUUUS se oyen en Saratoga; y él, como si oyera llover. The other side of the mirror es tanto monumento escultórico como involuntario proceso criminal. Hay que verla a toda costa.
http://youtu.be/S1TKUk9nXjk
James Taylor lo descubrí tarde, tiene un algo de Simon y Garfunkel, grupo que me encanta; aunque ese aspecto de cantautor a la americana me disguste algo, James no deja de estar bien y me agrada para escuchar en momentos relajados, sí señor.
ResponderEliminarEl docu sobre Urrutia y la música española me tira. Gabinete tenía cosas importantes en su repertorio. Qué recuerdos más buenos me traen Gabinete Caligari!
Y continuando: no tenía idea del festival de la isla de Wight, no así el de Altamont. Esos docus sobre festivales suelen estar muy bien, especialmente para los aficionados y seguidores de la música, que yo también me tomo en serio, David, aunque también se pueda disfrutar en las fiestas ;-P.
Con respecto a Dylan decir que siempre interesa, sea cantando, en documentales, pelis o libros… un fenómeno el tío!
Entrada de gran altura. Cada vez las haces mejore, tío… muy buena.
Un saludo y hasta otra, David.
No conocía el festival. Y parece que puede dar mucho de si. Ahora miraré la web.
ResponderEliminarGabinete Caligari... bufff... de mis favoritos, a ver si puedo ver el documental de Urrutia.
Estoy de acuerdo con el anterior comentario, una gran entrada.
Un abrazo!!
Joer, pues al final me ha llamado la atención el In-edit viendo este adelanto de programación. Pues quizás hasta me animo a ir. Buen post. Un abrazo.
ResponderEliminarJOer, estais como queréis, y los de ·provincias- muriéndonos de asco. Es que, es que, no paras.
ResponderEliminarEn fin, que siento una envidia sana, aunque me gusta más la Bombay que la Beefeter.
Saludos
Roy
Hola,
ResponderEliminarDe las que has puesto las que más me interesan son Bury the hatchet, el de la isla de Wight y Dylan. Creo que iré a esos y a alguno más.
Si te animas avisa
Un abrazo!
Javier Simpson, coincido con las ganas de ver las películas que comentas. Gracias por los halagos. Yo soy muy fan de Dylan y parece ser que el de la isla de Wright está muy bien. Y como a ti, Gbinete CAligari no solo me gusta, sino que me trae muchos recuerdos. Recuerda que algo del festival se pasará por Filmin. Un abrazo.
ResponderEliminarLAura Uve, aún no sé por que sesiones me pasaré, pero si me paso por la de Urrutia te lo hago saber. Un abrazo.
Daniel, anímate, hay cosas interesantes. Un abrazo.
Roy Bean, si te interesa, mírate las pelis del festival que pasan por Filmin. Y si no sigue con Bergman y tus enormes visionados. A veces... Un abrazo
Alan, me interesan ambos. Si voy te digo. Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo me paso si o si a ver Michael Nyman in Progress!!
ResponderEliminarSaludos :)
Puede que yo también Sidhe, pero aún no lo tengo muy claro. Un abrazo.
ResponderEliminarEl festival se ve interesante, esa idea de presentar películas referentes a la música es llamativa. Has elegido bien, en mi caso Turturro o Dylan me jalan. La historia de los afroamericanos que estan influenciados por los indios también, y la de la favela o los retratos del medio musical español. No estoy muy acostumbrado a los musicales o a lo que ofrece éste festival pero me parece valioso para conocer ese aspecto. Saludos.
ResponderEliminarMario.