jueves, 8 de mayo de 2014

Crónica D'A, Festival de cinema d'autor Barcelona (2): Resto de propuestas.

Más allá de Stray Dogs hubieron muchas propuestas en el D'A que estuvieron en el notable o se acercaron. A continuación un pequeño repaso de todos estos títulos ordenados de más a menos según mis preferencias. Todos ellos recomendables. Y al final. Un apéndice con el resto de cintas, menos interesantes.

Ilusión es la ópera prima del guionista Daniel Castro, una cinta de muy poco presupuesto, mucho talento y verdades como puños que nos narra en poco más de una hora las desventuras de un pobre guionista que quiere ganarse la vida como tal y que para ello renuncia (al menos en un principio) a un trabajo convencional, con tal de perseguir su sueño. Pero la realidad se termina imponiendo, más o menos. Con gags antológicos, sin dejar de divertir ni abandonar jamás el tono de comedia, la película logra tocar la fibra de todos aquellos que nos sentimos o nos hemos sentido soñadores vagando por un mundo que nos corta los sueños. Es muy difícil lograr trascender sin dejar jamás el gag y ser gracioso, así que Ilusión se coloca como la mejor comedia española del año hasta ahora (y dudo que alguien, a no ser Paco León le arrebate el puesto una vez finalizado el año). A parte del guión y la dirección, la interpretación del propuio Castro es un hallazgo, gracias a su vis cómica entre tierna y patética. Aire fresco. Genial.


Hong Sang-soo, un cineasta coreano que no solo juega con la repetición dentro de cada de sus películas, si no además entre todas ellas, se desmarca muy poco de su cine habitual en Our Sunhi, una historia sobre tres hombres enamorados de la misma mujer (fíjate tú que uno es profesor y otro director de cine con una peli en su haber) que le manifiestan su amor después de consumir cantidades preocupantes de alcohol y visitar bares varios. Las repeticiones más allá de la cierta artificialidad onírica de The day he arrives, se toma aquí como un ingrediente más del genial humor que impregna el relato. Y es que Our Sunhi es la película más cómica de Hong Sang-soo, llena de gags afortunados que esta vez sí (porque se lo llevan diciendo hace mucho) nos recuerdan a Allen. Confusiones varias, personajes muy patéticos y muy borrachos pero que desprenden ternura y una chica muy paranoica pero tan hermosa como siempre, son suficientes ingredientes para que Our Sunhi nos arranque la sonrisa e incluso la risa durante su visionado.


La ópera prima de Justin Malle, interpretada por Esther Garrel, llamaba la atención por la condición de película de hijos ilustres. Pero más allá de un par de bromas algo condescenientes con la novelle vague, Jeunesse es una película con la suficiente personalidad como para tener en cuenta y aislarla de sus predecesores. Es una película de esas que se suelen etiquetar como de aprendizaje,de paso de la adolescencia a la edad adulta. A la mirada serena de Justin Malle ayuda otra mirada, en este caso real, la extrañamente cansada de su protagonista, inapropiada de su edad. Esther Garrel lleva el peso de la película y sale airosa. Su personaje intenta evadirse de todo pero sufre, el amor, la enfermedad de su padre que no quiere asumir, como de alguna manera no quiere asumir esa realidad adulta que cada vez se le acerca más. Sutil y certera, frágil y natural, Jeunesse sin hacer ruido toca la fibra. Una ópera prima notable, muy a tener en cuenta.


Masacrada durante el festival por gran parte del público estuve a punto de renunciar al segundo pase de White Shadow, una película de Tanzania producida por Ryan Gosling sobre la marginación y el peligro al que se enfrentan los albinos en aquel país africano. Suerte que terminé por verla porque me pareció una de las propuestas más estimulantes del festival. Es cierto que el guión, aún no sé con seguridad si adrede o por incompetencia, se diluye durante su metraje. Pero da igual. la película se entiende perfectamente con lo que hay y se disfruta (o éso me ocurrió a mí) como experiencia sensorial, como relato fantasmagórico, artístico, casi onírico que le cae muy bien para explicar una historia que en el fondo es un pesadilla tremenda. Asesinatos, paisajes que parecen sacados del peor de los sueños, crítica social, claro, pero enmarcada en un ambiente de extrañeza y actores en parte amateurs nos relatan esta historia tremebunda, extraña y a veces hermosa. A descubrir.
Esta cinta independiente americana fue una de las películas más disfrutables del D'A que de alguna manera también abría su programación a gente más cercana al cine comercial, pero lo hacía con una película notable y efectiva, con un pie en los relatos de los Coen y otro en el cine de venganzas. Un asesinato del pasado, un hombre con problemas mentales dispuesto a vengarse, una familia desestructurada y mucha violencia componen una cinta efectiva y con mucho ritmo, que parece tener un pie en el cine clásico y otro en el cine moderno de venganzas rocambolescas. Sin descuidar jamás a sus personajes, Blue Ruin te atrapa en su brutalidad y de alguna manera en su humanidad para terminar con la seguridad de que estamos en un mundo enfermo y viciado, donde las cosas tienden a complicarse por nuestra inutilidad a la hora de afrontarlas. Pudo haber estado en Americana. Maldito presupuesto. Lástima.



El cine griego suele ser fuente de polémica desde que Canino irrumpiera recientemente en los festivales internacionales. Ahora, claro, ellos lo saben y aprovechan la circunstancia para intentar provocar al espectador con productos extraños y alucinados. El problema es que muchos de ellos se quedan en la mera provocación sin argumentos. Luton está ahí, ahí. Un montón de actos sin demasiado sentido, alargados, a veces desagradables, nos muestran absurdos retazos de la vida de tres personajes extraños. A su favor, distrae, casi atrapa. En su contra, nos acerca el fantasma de la provocación gratuita. Un acertado giro final parece cambiarlo todo. No solo es brutal, si no que además, de alguna manera viene a justificar el resto del relato, su pausa, su monotonía, su desquiciada rareza. Luton no será del gusto de todos, pero te remueve las entrañas, te extraña, te indigna, te cansa y te sorprende. Hoy en día, muchísimo.


Había visto un par de películas del reputado director canadiense Denis Coté, la experimental Bestiare y la correcta, pero demasiado visra en el cine de autor reciente Curling. Vic+Flo ont vu un ours es mucho mejor que las anteriores pero además es cero previsible, lo que me hace valorarla aún más. Una extraña y pausada historia de amor entre dos mujeres de cierta madurez, sobre todo una de ellas, marcadas por un pasado criminal en un pueblo de mala muerte. Los sentimientos, certeros, muy sutiles, fluyen. Las dos actrices dotan a las protagonistas de una humanidad y una verdad admirables. Todo resulta. Todo parece de un naturalismo perfecto. Pero hay una amenaza. Y todo peligra. Los pasados cuentan. Y la parte final de la cinta es tan sorprendente como terrorífica y en última instancia bella. Una película muy a tener en cuenta para quienes buscan rarezas con sentido.



La primera película que veo del filipino Lav Díaz, en principio era su cinta más accesible. Solo duraba 4 horas (suelen durar el doble) y era mucho menos contemplatica de lo que lo son muchas de sus otras películas. La historia de un asesinato y un falso culpable le sirve al director para hablarnos de las diferencias de clases, de la cobardía de los ideales, del perdón, del extremo sentido de culpabilidad. Algunas secuencias son impresionantes. Otras muy bellas. El mensaje desolador. Pero las cuatro horas (y sabéis que no me afecta el cine contemplativo, que lo es a medias) tienen mucha paja. Hay escenas muy largas que nos muestran momentos de la vida de los protagonistas que rompen, con su duración, el ritmo de la narración. Quizás en una cinta que no explicase casi nada podría resultar, pero aquí se carga el ritmo de la historia. Y la primera hora es difícil de aguantar. Un previo para situarse que pasa factura. Muy interesante. Recomendable, incluso diría. Pero difícil e irregular.

Harmony Lessons, cinta del Kazajstán con muy buenas opiniones por gran parte del público asistente, nos habla con sobriedad y mucha austeridad y frialdad de un caso de tortura a niños por parte de las autoridades locales. Mucha dureza y encuadres muy bien ejecutados para una cinta que según mi opinión tiene el handicap de que ya la he visto en otras ocasiones. Quizás su punto más destacable es esa falta de empatía con el espectador, con ninguno de los protagonistas. Pero también puede girarse en su contra y ser su mayor handicap. Cuando la película, por sus méritos artísticos no te dice demasiado y te echa constantemente de implicarte emocionalmente en la historia, pues cuesta.
Por lo demás, pasajes hermosos mezclados con otros feos. Seca y a veces impactante. Y muy localista. Curiosa, interesante, pero en mi opinión, no mucho más. 



Bruce La Bruce, ese director que llenaba sesiones golfas de Sitges con marcada acento gay con sus cintas de zombies pornos y gores, da un paso atrás en lo explícito y en lo salvaje y nos cuenta una emotiva historia de amor entre un joven y el hombre mayor al que cuida en la residencia. Lo más logrado es la citada historia de amor, que funciona pese a la extrema diferencia de edad entre los dos protagonistas. No me gustan tanto los puntos cómicos o algo morbosos (solo digo algo morbosos) muy autocomplacientes, como para demostrar que el tío autor gay trash de detrás de la cámara no se ha perdido en algo mainstream, cuando la poca provocación sobra por completo. Corta y divertida tiene ese aire de cine de los finales de los setenta, ochenta, cuando cierto cine gay independiente rompía las convenciones, fresco, pero con un acabado técnico muy superior al de entonces. Divertida, a veces tierna y disfrutable.



Y acabamos con las películas más recomendable de esta edición del D'A según mi siempre muy particular opinión con esta extrañísima propuesta que estuvo en internet y gratis hasta hace muy poco en los visionados de #Littlesecretfilm, estas cintas que para llamar la atención se deben rodar en 24 horas y con normas restrictivas a lo Dogma. La vedad es que Uranes es una película muy desconcertante y que puede fulminar a parte del público en sus primeros minutos. Montada a partir de muchas fotografías y algo de imagen real, la película viene a ser una especie de thriller de ciencia ficción alucinado, que coge bastante sentido tras su final y que merece la pena como nueva forma de expresión, en este caso con dinero casi inexistente pero con algo que contar y con ideas diferentes de como hacerlo. Es la muestra que se puede ofrecer algo digno,extraño, que puede gustar más o menos pero que tiene carácter, como cine experimental baratísimo y con sentido.



En principio iba a realizar un tercer post con las películas que menos me han interesado de esta edición, pero como me parece un post muy antipático as voy a aglutinar aquí, en modo de apéndice, con muy breve comentarios. Dentro de las aprobadas por los pelos estarían Curling, la cinta de Coté a la que aludía antes sobre seres perdidos que deambulan con final abierto y que pese a tener su interés me produjo mucho déjà vu, lo mismo que me ocurrió con Medeas, correcta pero excesivamente previsible y que prefiere mirarse el ombligo que profundizar en unos personajes que son tópico y fantoche. Muy admirada por muchos de los espectadores del D'A, no lo comparto. Aunque se deja ver. Ahí en el aprobado dudoso están la cinta francesa de Philippe Garrel La Jalousie, una estupidez ombliguista sobre la fugacidad del amor que se salva por los actores pero que pretende ser lo que no es, The major, una de acción y policías corruptos rusa con nervio pero muy olvidable y Un castillo en Italia, la muy floja inauguración, una comedia dramática de mujer muy insoportable que se queda en terreno de nadie.
Las cinco cintas suspendidas son Bestiare, pero no porque sea mala dado su precepto. Es una cinta experimental y geométrica sobre encuadres de animales en diferentes lugares. Nada más. No me ineteresa pero no engaña a nadie. Innecesaria. Los dueños, una gran decepción argentina mal contada y que alarga una anécdota a una película, sin ritmo ni interés. Lily ojos de gato, una tontería española que pretende ser un retrato generacional y quizás lo sea, pero Dios, líbrame del mal de ser tan cretino y gilipollas. Vacía, mal hecha, mal interpretada, muy mala. Peor aún es la película rumana Cuando cae la noche sobre Bucarest o Metabolismo, tan pretenciosa como su título sugiere y un canto a la vacuidad absoluto. Muy alabada por los cinéfilos presuntamente más concienzudos. Allá ellos. Y VidaExtra, el experimento de deconstrucción del cine, deconstruye mi paciencia y mi cerebro. Postureo. Nada.

Cerramos aquí la cobertura de un D'A que un año más ha demostrado estar a la altura como el festival referencia de los cinéfilos de Barcelona. Hasta la próxima edición. 

6 comentarios:

  1. No he visto "White Shadow", pero curiosamente vi no hace mucho una película (lamento no recordar el título) sobre los niños-soldado en las guerras africanas, protagonizada por una niña y por un muchacho albino que se parece al del cartel.

    Sí he visto "Uranes" y me pareció una propuesta muy interesante, la demostración de que se puede hacer cine (además, de género) sin dinero y únicamente con buenas ideas.

    Un abrazo.

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    1. Un amigo me habló de la misma película que tú me comentas. Es curioso como poco del cine africano que nos llega trata sobre lo mismo.
      Uranes es una rareza total. pero es tan curiosa que merece la pena.

      Un abrazo.

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  2. Jop, que lástima no haber podido coincidir más. Ha sido mi D'A más accidentado por el tema horarios. Por suerte, todavía he podido ver alguna cosita. Intentaré rescatar Vic+Flo y Luton (la voy esquivando de festi en festi xD) que me producen bastante curiosidad. Ah, y Stop the Pounding Heart, que me han chivado que me puede gustar mucho.

    De la "controvertida" White Shadow comparto bastante tu opinión aunque también creo que le sobran 30 minutos y lastran bastante. La narración y la estética me encantaron, pero en su segunda parte el guión divaga en exceso, tendrían que haber cuidado más la duración o el guión, una de las dos cosas.

    Pues nada, a por el Docs, no? :D

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    1. Pues Vic+Flo está realmente bien. Si tienes otra oportunidad no la esquives ;)

      Yo estoy contigo. La cinta se hace un poco larga, el guión es muy extraño y termina por hacerse un poco larga. Luego ya depende de si prima una cosa o la otra en la valoración (y supongo que las muy distintas expectativas que llevávamos)

      Mañana Docs :)
      Un abrazo.

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  3. Por lo resumido, no ha estado nada mal. Veo que se sigue consolidando como uno de los festivales imprescindibles.
    De lo comentado alguna he visto.
    Con Ilusión coincidimos plenamente en su manera de mostrar otro cine mucho más fresco y original al que estamos acostumbrados aquí.
    Al igual que con Uranes. Me gusta más que a ti. Una rareza considerable que puede hacer que alguno la abandone a los 10 min, pero tiene la osadía de contar lo que quiere y atraparme.
    Blue Ruin la vi hace unos días. Me gustó ese aire tan indie-rural que ofrece. Una buena atmósfera e interpretaciones la hace bastante interesante. Lástima para Americana, ellos se lo pierden ;)
    De lo demás supongo que veré la de Hong, aunque no es un director que me apasione.
    La de 4 horas del filipino, no se, para otra vida casi mejor, jajaja.

    Un abrazo!

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    1. No ha estado al nivelón de la pasad edición pero muy bien, la verdad.
      Pues sí, coincidimos bastante en las tres valoraciones (aunque yo con Uranes estuve un poco ahí de salirme, la verdad)
      Hong Sang-soo es más divertido de lo que en él es habitual. Y no descartes demasiado que luego vuelve a sonar por algún lado y... jajaja
      Un abrazo.

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