Hoy, primer día de septiembre, vamos a realizar la última entrega de recomendaciones de la cartelera de verano como he estado haciendo estos dos últimos meses. A finales de esta semana, postearé por fin la última entrega de películas imprescindibles de la década, con sorpresa incluida en forma de apéndice y tras ello, estaré 100% receptivo a las noticias que durante el presente mes irán surgiendo sobre el festival de Sitges, informando y ampliando el contenido de las noticias. Con estas primeras intenciones para la nueva temporada, empecemos con las últimas recomendaciones de la cartelera veraniega.
Y como no, vamos a empezar hablando de la película del verano, con permiso de Toy Story 3, es decir, lo nuevo de Christopher Nolan, Origen. Aclamada por gran parte de crítica y público y menospreciada por otra parte menor, Origen es una película ambiciosa y frenética sobre el mundo de los sueños, sus múltiples capas y la manera de entrar en ellos e influenciar las vidas reales. No creo que la película, como dicen algunos, represente un antes y un después en el cine de nuestro tiempo. Creo que el mérito de la película es coger temas y maneras que estaban en películas anteriores (el propio Nolan habla de la influencia de Paprika, pero algunas otras influencias como Matrix, Cypher o ¡Olvídate de mí! están claras) y llevarlas un poco más allá en el terreno formal (los efectos son de escándalo) y sobretodo en la abstracción argumental. Película que transcurre en su mayor parte, en el terreno onírico de los sueños, el director cree en lo que explica y lo lleva a las últimas consecuencias, en una demostración de valentía y riesgo lejana normalmente al cine comercial. Pese a algunas escenas de acción quizás demasiado largas, la película logra explicar una historia entendible, espectacular y disfrutable, que muchas veces logra de verdad hacernos creer que estamos en un mundo de sueños y que tiene algunas secuencias que son de lo mejor que se ha visto en cine de espectáculo en los últimos años. Quizás Origen, no es la obra maestra y totalmente superior que algunos venden, pero se le acerca y tan solo el tiempo, decidirá que lugar ocupa en la historia del cine moderno.
The girlfriend experience es la nueva y compleja película del prolífico Steven Soderbergh. Película que a su manera denuncia el valor peyorativo del dinero en nuestros días y que muestra el mar de fondo en que se ha forjado la crisis, The girlfriend experience nos habla de la vida de una prostituta de lujo o "acompañante", que ofrece servicios de sexo, pero también de compañía y cierta implicación emocional a clientes adinerados. Con una narración fría, sumamente desordenada y elíptica que se acerca a la abstracción, Soderbergh nos muestra los devaneos vitales de la prostituta, interpretada con solvencia por la porno star Sasha Grey y nos exige bastante de nuestra parte para lograr dilucidar tramas y sentimientos apenas esbozados. Una interesante y elitista propuesta.
Mi refugio es la nueva y apreciable propuesta homo-intelectual del siempre estimulante y díscolo director francés Françoise Ozone. Dos personajes marginales, una embarazada adicta a la heroína y un homosexual repudiado por su familia en busca de su propio destino vital deciden convivir durante un tiempo en "el refugio" al que alude el título de la película, unidos por el dolor de la muerte de una persona muy cercana a ambos. Entre los mérito de la película destacaría en primer lugar la cotidianeidad con que el director retrata las acciones de estos dos personajes al borde del abismo que dejan aflorar sus miedos y sentimientos de forma pausada, otro mérito es la inclusión de algunos personajes secundarios en los que se intuye una vida interior suficientemente interesante para ser motor de una historia pero que el director solo muestra y deja al margen de la narración. El tercer mérito es la credibilidad y naturalidad con la que se nos muestran a los personajes, sus relaciones y decisiones respecto a su vida. Por ello, un final precipitado y muy al límite de la credibilidad desvirtúa un poco el tono e interés general de la historia. La propuesta sin embargo no deja de ser interesante.
Para los fans de Happiness, entre los que afortunadamente me encuentro, la noticia de que su director Todd Solondz iba a realizar una especie de remake nos llenó de esperanza, sobretodo porque las películas posteriores a Happiness del director habían sido muy inferiores a ésta. Con Cosas que no se olvidan, Solondz ofrece una película con algunos diálogos brillante pero floja en su conjunto y Palindromes es una película fallida (por ser generoso). Pues bien, una vez vista La vida en tiempos de guerra, nos sentimos realizados a medias, pues es la mejor película de Solondz desde Happiness pero, claro, aún mucho peor que su predecesora. La vida en tiempos de guerra retoma los personajes de Happines varios años después interpretados por otros actores, desconozco si por continuar con la experimentación formal de Palindromes, o porque los actores de la original no estaban disponibles. En general las actuaciones son correctas, aunque personajes como el pederasta (interpretado aquí por Ciarán Hinds), Helen, la hermana pija (Ally Sheedy) o Joy (a quien Shirley Henderson caricaturiza en exceso) salen claramente perdiendo.
En cuanto al tono la película se mueve entre el humor cínico y brutal que caracteriza a su director y el drama trascendente, funcionando mucho más en el primer registro que en el segundo. Es cierto que algunos diálogos se pierden en la verborrea absurda, que en algunos casos el humor tiende demasiado al autohomenaje, es cierto que las situaciones no acaban de explotar como uno desearía o que personajes como la hermana pija están muy desdibujados, pero en La vida en tiempos de guerra, Solondz nos vuelve a dar momentos de talento cómico, el retrato coherente de una familia desestructurada y un par de personajes y escenas de antología.
Si pensamos en las últimas obras maestras de Woody Allen, debemos remitirnos a la comedia Desmontando a Harry (1997) y al drama Match Point (2005). Entre el 97 y el 2010, Allen ha hecho 14 películas, exactamente una por año. A parte de estas obras maestras sus películas se pueden clasificar en todos los apartados, entre las buenas yo incluiría Celebrity o El sueño de Casandra o La maldición del escorpión de Jade, después algunas, como la penúltima Si la cosa funciona, es claramente irregular, con momentos de gran brillantez y otros bastante lamentables, luego están las mediocres, como Melinda y Melinda o Granujas de medio pelo o las abiertamente malas como Vicky Cristina Barcelona.
Yo situaría su última película, Conocerás al hombre de tus sueños entre las buenas. Se trata de una comedia deliciosa, coherente y sin altibajos, quizás sin la genialidad de otros guiones, en parte porque el humor es más de comedia de situación (y hay situaciones realmente graciosas). Allen trata temas habituales como los problemas de pareja, las ansias de éxito a cualquier precio o el miedo a envejecer y lo hace con gracia y mucha frescura (y éso sí que tiene mérito a estas alturas de su carrera) y apoyándose en un reparto que como casi siempre en las películas de Allen está brillante (en especial la madre, Gemma Jones), sacando la chispa cómica que los diálogos y situaciones merecen.
Muy lejos de todas las recomendaciones que hemos hecho en esta última entrega, vamos a hablar de un par de películas que son tan interesantes y distraídas como, por su estética, planteamiento o resultados, nostálgicas. En primer lugar encuentro muy recomendable la cinta de animación europea The secret of Kells, que es una rareza hoy en día por el tipo de animación artesanal, que sin embargo consigue unos resultados excepcionales. La cinta, ambientada en la Irlanda del siglo IX y que estuvo sorprendentemente nominada a mejor película de animación de este año, fascina por su inventiva visual, sus colores y su trazo curvilíneo y nos explica una historia de aventuras de corte humanista, que también nos remite a unos argumentos casi en desuso. Cierto es, que la película es un poco irregular y que en algunos momentos le cuesta avanzar, pero es muy recomendable para el público en general y el infantil en particular.
La otra cinta nostálgica es Miedos 3D, título excesivamente explícito, ya que el original The Hole 3D, era mucho mejor. La nueva película de Joe Dante, se empacha de estética y filosofía ochentera, para narrarnos una historia llena de referentes pop, sin demasiadas pretensiones y que destila diversión por todos sus poros.
Al mudarse a un nuevo vecindario, los hermanos Dane y Lucas descubren con su nueva vecina, Julie, una puerta en el sótano de su casa. Al abrirla hallan un pozo sin fondo que deja escapar todo el mal que aloja en su interior. Asediados por extrañas sombras que acechan detrás de cada esquina y por pesadillas que cobran vida, los tres jóvenes deberán afrontar sus peores miedos para poner fin al misterio del pozo. De vez en cuando un cine de consumo y diversión hecho como Dios manda es lo mejor que uno puede ver y el director de Piraña no nos decepciona. Si además eres nacido en los años setenta, más o menos, Miedos 3D (con un uso de las tres dimensiones muy artesanal, por cierto) te recordará a aquel tipo de cine que disfrutaste en tu infancia o juventud y que es tan difícil de dilucidar en las películas de hoy en día.
Finalmente y si me permitís el retraso, me gustaría recomendar la última película del maestro Roman Polanski, El escritor, que todavía no había podido ver y que pese a que se estrenó en marzo, todavía se puede disfrutar en las carteleras de algunas ciudades o si lo preferís, acaba de ser editada en dvd. El escritor, es un thriller conspiratorio, muy en la línea de otros trabajos de Polanski, pero que también nos recuerda a Hitchcock, muy bien ambientado, dirigido con mano maestra y con un guión que mantiene el interés, aunque con un tramo final discutible. Polanski nos ofrece una película que es pura diversión, que basa su efectividad en la falta de pretensiones y que nos mantendrá dos horas totalmente enganchados a nuestra butaca (o a nuestro sofá).
Si pensamos en las últimas obras maestras de Woody Allen, debemos remitirnos a la comedia Desmontando a Harry (1997) y al drama Match Point (2005). Entre el 97 y el 2010, Allen ha hecho 14 películas, exactamente una por año. A parte de estas obras maestras sus películas se pueden clasificar en todos los apartados, entre las buenas yo incluiría Celebrity o El sueño de Casandra o La maldición del escorpión de Jade, después algunas, como la penúltima Si la cosa funciona, es claramente irregular, con momentos de gran brillantez y otros bastante lamentables, luego están las mediocres, como Melinda y Melinda o Granujas de medio pelo o las abiertamente malas como Vicky Cristina Barcelona.
Yo situaría su última película, Conocerás al hombre de tus sueños entre las buenas. Se trata de una comedia deliciosa, coherente y sin altibajos, quizás sin la genialidad de otros guiones, en parte porque el humor es más de comedia de situación (y hay situaciones realmente graciosas). Allen trata temas habituales como los problemas de pareja, las ansias de éxito a cualquier precio o el miedo a envejecer y lo hace con gracia y mucha frescura (y éso sí que tiene mérito a estas alturas de su carrera) y apoyándose en un reparto que como casi siempre en las películas de Allen está brillante (en especial la madre, Gemma Jones), sacando la chispa cómica que los diálogos y situaciones merecen.
Muy lejos de todas las recomendaciones que hemos hecho en esta última entrega, vamos a hablar de un par de películas que son tan interesantes y distraídas como, por su estética, planteamiento o resultados, nostálgicas. En primer lugar encuentro muy recomendable la cinta de animación europea The secret of Kells, que es una rareza hoy en día por el tipo de animación artesanal, que sin embargo consigue unos resultados excepcionales. La cinta, ambientada en la Irlanda del siglo IX y que estuvo sorprendentemente nominada a mejor película de animación de este año, fascina por su inventiva visual, sus colores y su trazo curvilíneo y nos explica una historia de aventuras de corte humanista, que también nos remite a unos argumentos casi en desuso. Cierto es, que la película es un poco irregular y que en algunos momentos le cuesta avanzar, pero es muy recomendable para el público en general y el infantil en particular.
La otra cinta nostálgica es Miedos 3D, título excesivamente explícito, ya que el original The Hole 3D, era mucho mejor. La nueva película de Joe Dante, se empacha de estética y filosofía ochentera, para narrarnos una historia llena de referentes pop, sin demasiadas pretensiones y que destila diversión por todos sus poros.
Al mudarse a un nuevo vecindario, los hermanos Dane y Lucas descubren con su nueva vecina, Julie, una puerta en el sótano de su casa. Al abrirla hallan un pozo sin fondo que deja escapar todo el mal que aloja en su interior. Asediados por extrañas sombras que acechan detrás de cada esquina y por pesadillas que cobran vida, los tres jóvenes deberán afrontar sus peores miedos para poner fin al misterio del pozo. De vez en cuando un cine de consumo y diversión hecho como Dios manda es lo mejor que uno puede ver y el director de Piraña no nos decepciona. Si además eres nacido en los años setenta, más o menos, Miedos 3D (con un uso de las tres dimensiones muy artesanal, por cierto) te recordará a aquel tipo de cine que disfrutaste en tu infancia o juventud y que es tan difícil de dilucidar en las películas de hoy en día.
Finalmente y si me permitís el retraso, me gustaría recomendar la última película del maestro Roman Polanski, El escritor, que todavía no había podido ver y que pese a que se estrenó en marzo, todavía se puede disfrutar en las carteleras de algunas ciudades o si lo preferís, acaba de ser editada en dvd. El escritor, es un thriller conspiratorio, muy en la línea de otros trabajos de Polanski, pero que también nos recuerda a Hitchcock, muy bien ambientado, dirigido con mano maestra y con un guión que mantiene el interés, aunque con un tramo final discutible. Polanski nos ofrece una película que es pura diversión, que basa su efectividad en la falta de pretensiones y que nos mantendrá dos horas totalmente enganchados a nuestra butaca (o a nuestro sofá).
Bien, yo el lunes le explicaba a una amiga marroquí Life during wartime y le dije: "No es Happiness, pero me ha gustado reecontrarme con esos personajes". Se quedó preocupada por el "No es Happiness", y la explicación es que Hapiness es el no va más, y que las dos películas anteriores habían sido decepcionantes... y esta no. Coincido bastante con tu lectura en general; mi punto de vista un poco más en detalle es que para mí el personaje de la hermana escritora es lamentable, el actor que hace de padre pedófilo es muy potente, creo que Joy está ok, y lo mejor de la película es el fantasma de Andy; el hijo obsesionado con China, muy bueno, pero se queda en anécdota. La escena inicial, reminisciente de la escena inicial de Happiness, buenísima. La película no acaba sin embargo de romper, y aunque satisfactoria, diría que es que la sombra de Happiness es muy alargada...
ResponderEliminarNada despreciable tu seleción de películas del Verano a pesar de que como siempre en algunas este deacuerdo y en otras no. Otras siguen en mi lista de películas por visualizar. Por cierto ayer vi el pre-estreno de "Submarino" de Thomas Vinterberg y la recomendaria sin dudarlo, ya que el director nos muestra una historia sin concesiones al espectador de dos hermanos marcados por una infancia imposible de la que por mucho que intenten salir y relacionarse con el mundo exterior estan encerrados en un vehiculo sin salida que les lleva a la deriva.
ResponderEliminarUn abrazo!
àlex.
Gracias Álex por tu recomendación. "Submarino" es una de las películas más apetecibles del cine que viene en septiembre y sabiendo tu opinión, aún tengo más ganas de verla.
ResponderEliminarEn cuanto a Miroso, tiene toda la razón, el fantasma de Andy y lo de China, de lo más gracioso.
El fantasma de Andy tiene su historia, porque el actor que lo interpreta, Paul Reubens, se hizo famosísimo en los 80s como Pee-Wee Herman, un personaje angelical; pero a principios de los 90 lo pillaron exhibiéndose en un cine de adultos y cayó en desgracia; Solondz dice que alguien que ha pasado por lo de Reubens podía trasmitir mejor la tortura del personaje de Andy: "no debería haberte dicho que yo era el champán y tú la mierda" (y 1 minuto después) "Puta cabrona!"
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