lunes, 17 de octubre de 2016

Crónica del Festival de Sitges. Parte 1

Terminada la 49ª edición del Festival de Sitges y a la espera de esa esperada 50ª edición que ya empieza a calentar motores y que promete ser espectacular ha llegado el momento de repasar el mucho cine visto durante los pasados nueve días, con enormes películas y un nivel medio superior al de otros años Voy a agrupar las películas vistas en dos extensos posts.

Arrival de Denis Villeneuve

El director canadiense que tiene en su haber títulos tan destacados como Polytechnique, Incendies, Enemy, Prisioners o Sicario, salta a la ciencia ficción realista e intimista con esta espectacular película, que sin duda es de las que dejan poso tras su visionado. Unos extraterrestres plantan sus naves en distintos puntos del planeta. Pero no se mueven. Los humanos deciden intentar comunicarse con ellos, para saber a qué han venido a la tierra. Pero la comunicación no será fácil, ya que su lenguaje es muy distinto al nuestro. De forma realista y pausada, la película nos narra la comunicación con los extraterrestres y la repercusión que su visita tendrá sobre la lingüista encargada de descifrar el lenguaje de los recién llegados. Su tramo final es de una intensidad inaudita y los espectadores más sensibles pueden salir emocionados o incluso conmocionados. Y tras terminar el visionado se suceden las preguntas y la película se retuerce en tu cabeza en busca de respuestas. Gran cine. 

The Neon Demon de Nicolas Winding Refn

Aunque con producción mayoritariamente francesa, The neon demon no solo está co-producida por EEUU, además está mayormente interpretada por actores americanos y su acción sucede en Los Ángeles, así que creo que es de justicia incluirla en esta lista del mejor cine americano de Sitges. Dirige Nicolas Winding Refn, el danés, uno de los mejores y más polémicos directores del cine actual. Y quizás el más esteta. Y sin duda The neon demon es su propuesta más radical hasta la fecha, ya que prescinde bastante de un guión convencional para enfrentarnos a lo efímero de la belleza y la fama, a través de una joven modelo (hermosa Elle Fanning) que despierta las envidias de sus compañeras de profesión debido a su meteórico ascenso. La recién llegada se sumirá en una pesadilla onírica tintada de colores chillones y encuadres sublimes, con influencias que van desde Lynch a Argento pero con un estilo personal y desafiante. Una película sin medias tintas que consigue despertar pasiones y viscerales ataques. Una obra de arte. 

Hell or High Water de David Mackenzie

Otro director no americano, en este caso el inglés David Mackenzie, confirma lo que había demostrado con Starred Up y Perfect Sense, que es un director a tener muy en cuenta en el panorama actual. Con Hell or High Water, que se estrenará en nuestro país con el título de Comanchería, nos ofrece un polvoriento thriller de perdedores situado en Texas. Un milagro que nos presenta a unos personajes humanos pero muy perjudicados por sus vidas, un prodigio de guión con diálogos interesantes que recuerdan un poco al cine de los Coen. Con sentido del humor, con acidez, pero tratando a sus personajes con enorme dignidad, Hell or High Water es gran cine, con un pie en el más elegante clasicismo pero con el otro en la modernidad más rotunda. No os la perdáis en su estreno en salas. 

Swiss Army Man de Dan Kwan y Daniel Scheinert

Tras poder disfrutar en Americana de su anterior trabajo, el magnífico corto Interesting Ball, estos dos directores que firman la película como Daniels, confirman con su primer largo tener un universo muy particular e innovador a la hora de construir películas y emociones. Swiss Army Man nos habla de las dificultades de un hombre para relacionarse con el mundo y de sus fugas oníricas para lograr salir adelante. Pero lo hace de forma absolutamente diferente. Con una inventiva visual artesanal y mágica que recuerda a Michael Gondry, con un humor escatológico, surreal y delirante y una historia absurda, Swiss Army Man termina logrando trascender, gracias a sus currados diálogos, a su historia de amistad (o amor), a su adictiva música, a sus interpretaciones brillantes y sobre todo, gracias a no se qué. Una cinta deliciosa, innovadora, provocativa y que se arriesga a caer en el ridículo pero que sale alegremente airosa.

Beyond the Gates de Jackson Stewart

Sorpresa muy agradable fue ver esta ópera prima que podríamos adscribir al género de comedia de terror, sobre un par de hermanos que descubren un VHS que les obligará a jugar a un tablero que les llevará el infierno a su propia casa. Serie B desenfadada, con estética e intenciones muy ochenteras, escenas repentinas de gore excesivo y un mito como Barbara Crampton, Beyond the Gates sorprende no tanto por su frescura, ya que la cinta es un batiburrillo de cosas vistas anteriormente, si no más bien por su bien entendido homenaje, por su falta de pretensiones, por su intención de ser una pura distracción sin más, que sin duda lleva a buen puerto. Estaremos atentos a la siguiente película de su director, Jackson Stewart.


Operation Avalanche de Matt Johnson

¿Y si volvemos al tema de la llegada del hombre a la luna y a ponerlo en duda? ¿Y si detrás no hubiese estado Kubrick (aunque hubiese tenido alguna influencia) si no un un outsider trabajador de la CIA? Matt Johnson parte del tema obsesivo y adictivo de que la llegada a la luna fuese un montaje. y se sumerge en un divertido mockumentary que plantea muchas dudas Y es que, ¿de verdad se llegó a la luna? ¿Que prueba tenemos más que un vídeo que pudo hacer cualquiera? Tramas de espionaje a altas esferas Operation Avalanche, una vuelta de tuerca al cine de espías y conspiraciones con momentos brillantes, que quizás se agota un poco antes de su final pero sin duda muy interesante.

Voyage of Time: Life's Journey de Terrence Malick

Malick, en general, cabreó bastante al personal con este documental, a veces ficticio, sobre el cosmos, el planeta tierra y sus habitantes. Digamos que las imágenes se dividen en tres, las mayoritarias imágenes reales del cosmos o de la tierra, con sus animales o paisajes. Sin duda son unas imágenes hermosas y fascinantes. También se intercalan unos vídeos mucho más caseros de distintos habitantes de la tierra, que me resultaron sobrantes, aunque su volumen en el documental es mucho menor, Y finalmente hay escenas de dinosaurios con efectos digitales y recreaciones del hombre primitivo, que en mi opinión sobran. Todo ello (y aquí vienen las grandes críticas) acompañado por la voz en off de Cate Blanchett con un discurso religioso y existencial tan cansino como rancio. El documental, pese a sus fallos es una hermosura, una experiencia casi mística para dejarse llevar, sin hacer mucho caso a su discurso.

31 de Rob Zombie

Rob Zombie se había ganado un prestigio entre cierta élite cinéfila gracias a títulos como The Lords of Salem o Los renegados del Diablo. Curiosamente muchos de los fans del Zombie de La Casa de los 1000 Cadáveres o Halloween el origen, no se sentían satisfechos con estas películas, en especial con la última, más onírica y menos violenta. Así que Zombie ahora se dispone a convencer a los amantes de la sangre y su cine histérico. Y 31 tiene sus momentos, con unos escenarios claustrofóbicos y tenebrosos y excesos varios. La lástima es que todo suena un poco a visto, a piloto automático. Se esperaba mucho más del director y rockero, pero muchos de sus fans seguirán disfrutando de 31, una obra menor.

Are We Not Cats de Xander Robin

Una de las propuestas sin duda más marcianas de este Sitges es Are we not cats, una cinta a medio camino del cine indie más alternativo y el género fantástico que sorprende y extraña. Una historia muy mínima de fracasado social que conoce a chica rara. Una película que alarga la trama, divagando, con un tempo antinatural, hacia una resolución ocurrente. Una película de gente que pierde el pelo, que se lo come, de tugurios de mala muerto, de adicciones y miserias. Un cine de autor hecho con cariño, tan poderoso como imperfecto, incluso fallido, pero con el encanto quien arriesga en un salto sin red.

David Lynch: The Art Life de Rick Barnes, Jon Nguyen y Olivia Neergaard-Holm

Un documental que entrevista a David Lynch, quien nos habla de su infancia, su adolescencia y sus primeros años de artista, justo antes de rodar Eraserhead, o sea como pintor y cortometrajista. La historia se intercala con momentos en que vemos como trabaja en sus trabajos actuales en su taller, confeccionando grabados, pinturas, muebles y cualquier cosa que se le pase por la cabeza. El documental es un poco como su personalidad, con fugas y sinsentidos, sin un orden esquemático, un poco a la búsqueda de la genialidad. Lynch lo llena, aunque es muy para fans, pues sus cortos, no nos engañemos, los hems visto cuatro gatos.

Dog Eat Dog de Paul Schrader

El aclamado director y guionista Paul Schrader realiza una película divertimento, una marcianada lisérgica, excesiva y cachonda que jamás se toma en serio a sí misma. Se rodea de un reparto con dos de los actores más perdidos en su elección de papeles en los últimos años, Nicolas Cage y Willem Dafoe y narra una ultraviolenta trama de supervivencia con un pie en Tarantino y el otro en el cine más trash. Funciona un ratito, aunque al final cansa. Y éso sí, intrascendente. De las que se olvidan al instante.

Revengeance de Bil Plympton

Tras dos largos tan inmensos como Cheatin' y Idiots & Angels, sus dos anteriores trabajos, sin duda uno debería esperar muchísimo más del bueno de Bill Plympton. El director americano vuelve a la carga con una gamberrada irreverente más cercana a sus primeras películas o a alguno de sus cortos. Pero el argumento macarra le da para bien poco y ni utiliza sus habituales recursos gráficos de manera tan efectiva como nos tiene acostumbrados ni el guión está a la altura para completar con éxito los escasos 75 minutos del film, aburrido y repetitivo.

In a Valley of Viollence de Ti West

Y otra enorme decepción nos la produjo Ti West. El hombre que ha revolucionado el género del terror con sus películas minimalistas y tensas, rueda ahora un western sin personalidad. Una primera parte tan obvia como, éso sí, pequeñita, da paso a una segunda con un absurdo humor tarantiniamo patético. Ethan Hawke pasea su careto soso por la cinta, con cara de afectado, de místico que terminará violentándose, claro, menuda sorpresa. Una enorme tontería, que viniendo de quien viene duele.

Somnia. Dentro de tus sueños de Mike Flanagan

Lejos queda aquel trabajo de Mike Flanagan que algunos reivindicamos como una de las más prometedoras óperas primas en el panorama del cine de terror de los últimos años. Me refiero a Absentia. Luego encadenó un par de títulos con hallazgos y buena mano para la dirección pero altamente irregulares y este Somnia, que sí, demuestra que sabe dirigir, pero que tiene un guión vergonzoso y risible que se carga cualquier buen hacer del pobre Flanagan. Lo del canker en ese final sensacionalista y lacrimógeno es de pura pena. A ver si en Ouija acierta un poco en el guión, en el que siempre participa.  Porque no perdemos del todo la fe en él. No del todo.

The stakelander de Dan Berk y Robert Olsen

Es que me da pereza hablar de The Stakelander. De la misma pereza que a los directores les dio pereza explicarnos nada. Remake innecesario de la aceptable Stake Land, un drama contemplativo por falta de guión, con unas escenas de acción nefastas, mal rodadas, oscuras y una carencia de talento absoluta. Y ya. Es que me da pereza hablar de The Stakelander. 


Blair Witch de Adam Wingard

Viniendo de Adam Wingard, un excelente director de género, se esperaba una vuelta de tuerca apasionante para la nueva Blair Witch, remake de la renovadora y terrorífica película de finales del siglo pasado. Pero no. Wingard a lo Star Wars hace una especie de remake inconfesado, con el agravante de que el género found footage está muerto. Lo mismo que entonces pero rodado pésimo. Lo que allí era terror a lo desconocido, aquí es parafernalia de feria y sopor. Lo que allí era innovación, aquí es un déjà vu absoluto. Al final nada. O sí. Cabreo.

Yoga Hosers de Kevin Smith

Soy fan de Tusk. Dicho sea por delante. Y de Red State. Y del primer Kevin Smith. Incluso algunas cosas del medio me resultan atractivas. Esta es quizás una de las peores películas que he visto nunca. Es como explicar un chiste de hora y media que nunca hace gracia, que siempre resulta vergonzoso, ridículo, que no es ni chiste. Y más que sopor uno siente indignación ante soberana gilipollez supina. Un desastre.


















2 comentarios:

  1. A las dos primeras de la lista les tengo muchas ganas. Ambos directores están entre mis favoritos.

    Un abrazo.

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  2. Ya nos contarás. Un abrazo!

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