Ayer asistí a la inauguración del Festival de Cine y Derechos humanos que se celebra en varios lugares de la ciudad de Barcelona, simultáneamente con una sede en París y una en Nueva York. El festival continúa hasta el martes 22 de mayo. Dudo que pueda asistir a más sesiones y es casi seguro que tras este post no haré más cobertura del festival, pero los interesados en la programación podéis consultarla en el cartel del festival en el margen derecho de este blog (un poquito más abajo).
La película inaugural fue The whistlebower, película basada en el libro en que Kathryn Bolkovac explica su experiencia en Bosnia tras la guerra. Ella era una policía de Nebraska que es enviada como observadora de la ONU para ayudar en el proceso de pacificación del país. Sin embargo lo que allí encuentra es un tráfico de jóvenes que son prostituidas y vejadas y en la que están implicadas incluso las más altas estancias gubernamentales americanas.
Fui a ver la película con Daniel de Cine latino, quien sí hará una cobertura más completa del festival junto con John de Asia cine. Al salir comenté lo mucho que odio las películas sensacionalistas, pero ello nos llevó a la discusión de hasta que punto, en una cinta como ésta de denuncia, no es legítimo el uso de un cierto sensacionalismo con la intención de llegar a indignar a un público amplio, cosa que no se lograría con una mayor sutileza (la sutileza no es de masas). La discusión fue tan interesante como estéril, ya que no supimos decidir donde estaba el punto correcto. La película es algo sensacionalista, es obvio, pero además me mosquea un poco esa falta de matices en todos los personajes, o muy buenos, casi heroicos o absolutos monstruos. Quizás la realidad a veces tenga pocos matices, quizás, pero se me hace difícil creer que absolutamente ninguno en tanta, tanta gente. Llamadme iluso. Por otro lado la película es correcta y cumple su labor. Dirigida con una impersonalidad creo que buscada para priorizar la historia que explica sobre la autoría, con grandes interpretaciones de un muy buen reparto, sobretodo de una enorme y omnipresente Rachel Weisz y con una cierta contundencia dramática, sórdida y cruel que la hacen tan efectiva como algo indigesta, The whistlebower es un claro ejemplo de thriller de denuncia, muy americano pese a su nacionalidad canadiense, tan previsible como correcto.
Quizás en este caso, y más tratándose de este festival, es tan o más interesante la historia que hay detrás que la propia película. No voy a incluir aquí lineas y lineas sobre el caso real de Kathryn Bolkovac, pero si estáis interesados os dejo un fantástico enlace, así como dos vídeos (para los que sepáis inglés) con la presentación del libro en que se basa la película por parte de la autora.
Recordad, cine social en Barcelona hasta el martes 22 de mayo. Muy interesante.
Estás en todo, David. Y tus fieles seguidores te lo agradecemos. Saludos.
ResponderEliminarGracias Miroso. Hago lo que puedo, amigo. Un abrazo.
EliminarVaya... es un festival interesante, gracias por mostrarnos lo que viste. De paso, sigo diciendo lo suertudo que sos al estar en Barcelona y tener tantos festivales tan cerca jeje, Un abrazo.
ResponderEliminarBueno Daniel, como supondrás sus pros y sus contras tiene, en este caso (festivales, cine y cultura) sin duda pros. Un abrazo.
EliminarPero cuantos festivales tenéis en Barcelona?
ResponderEliminarDe la película que comentas salvo la estupenda Rachel Weisz poco interesante veo más. Yo tampoco comulgo con el sensacionalismo.
Un abrazo.
Pues no sé C. Noddles, pero entre grandes y pequeñitos un montón. Yo sin contar Sitges hablo de 4 0 5 por año. Y la peli, pues lo que dices... Un abrazo.
EliminarPues el tema de Bosnia me tira mucho, de hecho le dediqué un post hace poco, así que en cuanto pueda la veo. Aunque tras leer tu entrada sin grandes expectativas, eso sí.
ResponderEliminarUn saludo
Si te tira el tema, Mara Miniver, seguro que te interesa la película. Mírate el enlace sobre la mujer en la que se basa el film, realmente interesante. Un abrazo.
EliminarLa de la policía de Nebraska (y qué hace allí una policía de Nebraska? No sería más normal una del FBI, por ejemplo?) en Bosnia y ese mundo de mafias, prostitución y tal me resulta interesante; el festival también...
ResponderEliminarUn saludo, David. Buen post.
Pues no sé Javi, pero ahí está. La película es interesante aunque no destaque mucho en calidades cinematográficas. Un abrazo.
EliminarA mi la verdad es que la película me tira un poco para atrás, más que nada por la falta de sutilidad de la película que dices y que ya se intuye un poco. También diré que me parece una propuesta más que correcta y si algún día se me cruza la veré. Por cierto, el festival genial, es una iniciativa muy buena. ¿Que tal la filmo David? ¿Te gustó? Que lástima no poder ir, otra vez será. Un abrazo!
ResponderEliminarSí, yo creo que el festival puede resultar interesante. Y a parte es cortito. Quizás cierto recogimiento y menos cantidad y más calidad sería un tema que deberían planterase para próximas ediciones. La filmo muy chula, me encantó. LA sala grande hermosa y cómoda. Esperemos sea pronto. Un abrazo.
Eliminar@David, The Whistleblower necesita ese componente sensacionalista para entretener y diferenciarse de un Documentos TV cualquiera. El maniqueismo de los personajes yo creo que viene obligado por tener que contar muchas cosas en muy poco tiempo. A mí me gustó mucho y creo que este tipo de cine es necesario y más efectivo para que la denuncia tenga más resonancia que la que pueda tener un documental (salvo que lo produzca Bardem) o la que pueda tener una película más de autor o de arte y ensayo. O sea, es verdad que The Whistleblower es más un Estrenos TV que un Documentos TV pero, gracias a eso, consigue que una de las preguntas que se hace la protaganista (¿por qué hay tantos prostíbulos en un país que se ha quedado casi sin jóvenes varones?) nos intrigue también a nosotros. Rachel Weisz está muy bien. Por supuesto en nuestro país no creo ni que la estrenen. Yo le pongo una estrellita más.
ResponderEliminarPues queda dicho, Mr. Lombreeze. Estoy de acuerdo en que es necesario y yo ya planteaba el hecho de que es difícil colocar un listón para juzgar hasta que punto una película de denuncia debe o no ser sensacionalista. Lo de la simplificación por querer explicar mucho en un corto espacio sí que no me lo termino de creer. Es más bien el hecho de simplificarlo todo, un mal de la sociedad en la que vivimos. Un abrazo.
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