Como ya anunciamos hace unos días, el BAFF, Festival de Cine Asiático de Barcelona, una cita ineludible para los amantes del cine rodado en Oriente, no celebrará su edición de 2011 debido a la crisis económica que azota a las empresas patrocinadoras, pero también porque la asociación que lo impulsaba, 100.000 Retinas, se disolvió por divergencias entre sus miembros. Sin embargo, algunos de ellos se embarcan en una nueva aventura: el Festival Internacional de Cine de Autor de Barcelona (Cinemart).
La primera edición de esta nueva cita se celebrará del 28 de abril al 5 de mayo próximos en los cines Aribau y la nueva sede de la Filmoteca de Cataluña. La consigna es potenciar lo más destacado de la creación fílmica contemporánea aunando autores consagrados y nuevos talentos. Además se quiere dar visibilidad al cine que no encuentra espacio en la cartelera después de haberse presentado en festivales y, por encima de todo, atraer a un público deseoso de ver audiovisual independiente en versión original. "Habrá 40 largometrajes de directores europeos, asiáticos y sudamericanos, pero también autoría catalana y española porque en Cataluña muchos directores no encuentran espacio para presentar sus obras", afirma el director de la iniciativa, Carlos Ríos.
Un jurado otorgará un premio a la autoría y habrá una retrospectiva dedicada a un cineasta. El canadiense Guy Maddin (del que por casualidad hablábamos en el post anterior) es el elegido de esta primera edición. "Ya estamos trabajando con la embajada para que asista y pueda dialogar con el público", afirma Ríos. Para no perder el contacto con los espectadores, a lo largo del año se llevarán a cabo pequeñas intervenciones, bautizadas como Off Cinemart, en diferentes espacios de la ciudad. La primera se celebrará en los cines Verdi Park del 16 al 19 de este mismo mes. La integrarán siete largometrajes recientes entre los que se encuentran Agua fría de mar, de la costarriqueña Paz Fábregas; Tournée, del francés Mathieu Amalric (ganadora del premio al mejor director en Cannes), y la multipremiada Tokio Sonata, del director japonés Kiyoshi Kurosawa: una pequeña muestra y una declaración de intenciones de lo que será el festival.
"Es una evolución del BAFF, pero nos da más libertad de programación", afirma Ríos. En sus 12 años de vida, el Festival de Cine Asiático de Barcelona llegó a convocar a 20.000 personas por edición y se convirtió en una muestra de envergadura con repercusión internacional. "Las exigencias eran cada vez mayores y el presupuesto no se adecuaba a la gran dimensión a la que llegó el BAFF", sentencia Ríos.
Sin duda alguna, la idea y las previsiones son de lo más emocionante que ha dado el cine en Barcelona ciudad, estos últimos años. Esperemos que por fin llegue a la Ciudad Condal, el festival definitivo que merece.
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