Finalmente, en esta cuarta
crónica de Sitges 2014, vamos a comentar los 15 títulos asiáticos que vi
durante los 9 días de Festival, como en el resto de secciones, un poco de todo,
aunque quizás entre lo asiático hay bastantes más cosas muy recomendables o razonablemente
recomendables. Y algún rollete sí. Vamos pues.
La mejor de largo y otra muy recomendable.
Dentro de los muy recomendables y
terminando en mi top-1 del festival, la última joya animada del estudio Ghibli.
Una vez retirado Miyazaki el menos prolífico y co-fundador y también jefe de la
compañía, Isao Takahata, nos brinda la que es en mi opinión su mejor película
con diferencia, La princesa Kaguya,
una delicada y poética cinta basada en un cuento popular japonés, de trazo
sugerente y muy difuso, casi sin márgenes en la pantalla, que utiliza esa
historia tradicional para hablarnos de esencias con estilo pausado e
imaginativo, muy poético. La cinta resultante pese a unos inicios algo dubitativos
se convierte en una verdadera explosión de imágenes, de sentimientos, de
tradiciones culturales, de sentimientos ocultos y otros de emergentes. Y cada
fotograma respira belleza, delicadeza, vida. Una auténtica maravilla,
También muy recomendable la
última película del últimamente algo perdido Kiyoshi Kurosawa, Seventh Code. El veterano director
japonés da una vuelta de tuerca a su estilo mutando hacia juguetón. No hay nada
de terror, menos del último y muy discreto cine comercial al que nos tenía
acostumbrados y poco de sus dramas más concienzudos. Nos ofrece una historia
partido en dos segmentos de duración desigual. En la primera llama la atención
la fragilidad de lo narrado, lo caprichoso del relato, casi incoherente, sin
explicaciones lógicas. Una soledad, una búsqueda, unos motivos que
desconocemos, un entorno hostil. La segunda muta de juguetona a juguetona al
cubo y surge el cine de género y el capricho total. Sé de gente que no está de
acuerdo con una de las dos partes, pero no se ponen de acuerdo con cuál. Porque
Kurosawa se siente libre y hace lo que le apetece, como hacía en sus dramas de
terror minimalistas de espaldas al espectador. Y eso suele tener sus riesgos.
Una película diferente, divertida, loca y muy reivindicable, no apta para
todos, claro.
Dentro del grupo de bastante
recomendables sin llegar al nivelde las dos películas precedentes voy a
englobar 5 películas: The pinkie, Firestorm, Fish&Cat, R100 y Backwater.
The pinkie es una locura bizarra, de humor grueso y ritmo frenético
de una directora joven, novel y descarada que claro, en primer lugar realiza
una película no al gusto de todos, obvio y en segundo lugar es una cinta muy
imperfecta e irregular. Pero asumido éso, el delirio es muy apetecible, muy
divertido, está muy bien rodado y sobre todo supone cierto aire fresco, a medio
camino de ese cine trash japonés tan mal hecho pero con tantos seguidores y el
cine más comercial y más políticamente correcto que suelen suponer sus
comedias.
Firestorm es una cinta de acción de Hong Kong que tiene como mayor
baza su grandilocuencia. Todo es tan a lo grande que a veces parece una
parodia, o una especie de esperpento del cine de acción del país. Pero yo creo
que en el fondo se toma en serio, es la formas que se tiene por allí de
entender el cine, cuánto más de todo, mejor, y una vez nos desacomplejamos de
nuestra coherencia y contención, se puede disfrutar la película como lo que es,
un divertimento excesivo, adrenalítico y espectacular con secuencias de dejarte
boquiabierto y otras muy salvajes.
Fish&Cat es una de las películas más exigentes de Sitges 2014.
Es una cinta iraní de más de dos horas y un absoluto experimento. En un solo
plano secuencia se nos ofrecen durante una tediosa hora y pico, conversaciones
banales entre varios personajes que se reúnen para pasar un fin de semana
alrededor de un lago y que sabemos, están bajo la amenaza de dos asesinos
extraños que poseen un restaurante dónde cocinan carne humana. Pero el tema
terror se obvia y la cinta se dedica a vagar dentro de su plano secuencia y de
su banalidad. Pero en el tramo final ocurren dos cosas, aparece cierta
inquietud y sobre todo, aparece algo a nivel estilístico y conceptual que lo
cambia todo, lo justifica todo y te abre un montón de preguntas e inquietudes.
¿Ha merecido la pena esperar? Dependerá de lo que te haya gustado este giro y
de lo que te hayas aburrido al principio. En mi opinión sí. Me aburrí más en
otras películas insulsas.
R100 es la nueva locura de Hitoshi Matsumoto. Como todo su cine
grandes fans y defensores incondicionales y también encolerizados detractores.
En realidad no creo que haya para ninguno de los dos extremos. En gran medida
porque R100 es una gran broma y hay
que tomarla como tal y por lo tanto una broma o tiene gracia o no la tiene pero
elevarla a excelsa o rebajarla a infecta me parece a todas luces excesivo. En mi
opinión la locura empieza muy divertida y curiosa, cn un hombre gris y un
centro de sadomaso qmisterioso que viene a alegrarle y a poner emoción en su
vida. Pero pronto el hombre gris se da cuenta que quizás pretende ser gris. Y
su agobio se mezcla con otra paranoia metafílmica obvia que tiende a hacerlo
todo más marciano. A mí me gustó, pero como por otra parte creo que es normal
dada la propuesta fílmica de broma, en su tramo final no colmó mis expectativas.
Pese a todo muy curiosa. Para fans y juguetones.
Y para terminar con este grupo,
en Seven Chances se pudo ver Backwater,
la nueva película del japonés Shinji Aoyama, que tiene en su haber una cinta, Eureka, reivindicada por muchos y que
tengo pendiente de visionar. La cinta que nos ocupa es algo sensacionalista e
irregular pero también tiene pasajes hermosos y una fuerte carga de nihilismo
que recorre la película, pero también de esperanza. Con paisajes tan grises
como efectivos, con la gracia de saber trasmitir cierta belleza en un innegable
entorno feo, con traumas, con neuras, con violencias intrínsecas y con dolor,
Backwater es algo fallida, pero tiene suficientes aciertos como para seguir
indagando en la obra de este director del que hasta ahora no había visto nada.
Ahora otro grupo de 5 películas. Las regulares, las aprobadas por lo pelos o las aprobadas que han resultado una decepción.
Un par de decepciones muy obvias. Una One on one, la última película de Kim Ki-duk, algo perdido en sus locuras. En esta ocasión, dentro de esa etapa depre que ha dado títulos excelentes y radicales, se apoya demasiado en el panfleto y en una violencia obvia. Demasiado discursiva, mucho más controlada de lo que en él suele ser habitual, con violencia extrema pero de manual y con demasiada sensación de dejà vu, la cinta del coreana no es tan mal ni mucho menos lo ridícula que muchos han querido denunciar, pero es cierto que es fallida, ni funciona como locura extrema y radical, como vómito, no como cinta más o menos convencional sobre la violencia y la venganza.
Otra enorme decepción es The world of Kanako, pese a que gracias al tono pop y al brutal y hiper excesivo y adrenalítico montaje por algunos minutos me pareció de lo más grande que estaba viendo en Sitges. Pero ya se sabe que las cosas duran hasta que se caen. Y la nueva película de Tetsuya Nakashima se cae por agobio de ese montaje tan exigente, sobre todo cuando la trama deja de acompañar y lo que parecía una sugerente historia de amores y soledades estudiantiles con fondo oscuro se convierte en un desfase mafioso y de sexo y drogas sin sentido y muy loco. Entonces, la locura de fondo y forma me sobrepasa, me agota y cuando aún queda mucha película me doy cuenta que ya nada me interesa, que me aburro y que ese montaje mareante, hasta que todo termine, se va a convertir en una pesadilla.
También supuso una decepción la co-producción entre EEUU e Irán, A girls walks home alone at night, en este caso no porque la expectativa de su directora estuviese alta por algún trabajo anterior, ya que se trata de una ópera prima, si no porque el trailer nos había hecho emocionarnos y el punto de partida parecía de lo más sugerente. Pero todo quedo en casi nada. Un poco de cierto gusto por una estética cuidada y ese blanco y negro sugerente se agotan en una historia con exceso de ego, dispersa, que no va a ningún lado, caprichosa y que pretende más ser un reflejo de lo guay y cool que es la directora, que nada con cara y ojos para que puede disfrutar un espectador exigente. Si se encauza quien sabe si en el futuro nos puede dar alguna alegría, hay ideas y hallazgos chulos, pero demasiado pocos para tanta tontería en su conjunto.
De Hwayi: a mosnter boy lo mejor y peor que se puede decir es que es correcta. Si os he de ser sincero en estos momentos, varios días después de verla, muy poco recuerdo de la cinta en cuestión y ese olvido, sin duda solo puede ser debido a que la mediocridad de su conjunto no ha pervivido a tantas pelis en mi memoria. La cinta de niño secuestrado y criado por varios mafiosos hasta que decide vengarse de ellos funciona más en su inicio cruel y ambiguo que en su parte final de venganza desatada demasiado previsible. Si te van las locuras coreanas de segunda, quizás puedas pasar un buen rato, antes de olvidarla.
Y algo parecido ocurre con No tears for the dead, un nuevo ejemplo de que el thriller coreano debe de reinventarse porque está hace años de bajada. En este caso, al contrario de lo que ha ocurrido en la mayoría de películas del festival, lo mejor es el tramo final de acción bien trabajada y algo payasa, como se espera de una producción así. El mientras hasta el desenlace demasiado sosillo y algo lioso. Para un rato muy tonto con poca exigencia se puede ver.
Finalmente tres cintas de las que es mejor huir.
La primera con matices, pues La venganza de Satán, editada en España por Trash-o-rama, ya se va a ver con esa intención, que sea algo mala. Pese a ello es tan mala que sorprende. Incluso es difícil que te arranque una sonrisa. Es una serie Z sin gusto ni lógica que cuesta creer que se haga o tenga su público. Si quieres descubrir trash del bueno sin duda es una gran opción, pero te vas a tener que cargar de paciencia.
Takeshi Miike prometía con su Over your dead body pero es un despropósito, ya no por aburrido en ese esquema Miike de hacer de vez en cuando algo muy sobrio, si no porque su trama que confunde teatro con realidad se confunde, está mal narrada y se pierde en el abismo del sopor. Ni fantasma ni nada, nada aterroriza, todo aburre. Miike hace años que empieza a cansar, ¿no?
Y finalmente ese Takeshi Shimizu que hizo algo de terror inquietante hace años vuelve a naufragar. Su nueva adaptación en personajes de carne y hueso de Nicky, la aprendiz de bruja tiene dos problemas básicos. Si Miyazaki cogía lo que le interesaba de las novelas para llevarlo a su mundo de fantasía y aviación, Shimizu lo carga de impersonalidad y todo es muy soso. Hasta un tramo final tan vergonzoso que en la sala nos reímos mucho. Lo bautizado allí como el momento Falete es tan delirante que te ríes al tiempo que sientes vergüenza infinita. casi que vale la pena...
Qué envidia haber visto ya Kaguya... Menudas ganas le tengo... Y menuda sorpresa que se atreviesen a no darle el premio a mejor película de animación D:
ResponderEliminarCoincido en parte en lo de The world of Kanako, que se extrema demasiado, llegó a incomodarme el entusiasmo con el que parte del público enloquecía con algunos momentos que me parecieron excesivamente desmadrados, aunque debo decir que al final en conjunto no me pareció tan desastrosa, claro que las comparaciones son odiosas, y con Confessions como antecedente ya se sabe... Eso si, que final más mal logrado.
Abrazos.
Excelente crónica, y a anotar películas que difícilmente llegarán a Colombia; lamentable que Ki Duk y Miike estén bajando en la nota sus producciones e interesante - así no sean las mejores- el trabajo de "terror" iraní, un saludo
ResponderEliminarMe atrae ese giro de la peli iraní, aunque lo del principio pueda resultar banal (que eso también depende para quién); The Pinkie también me tira, pese a esas imperfecciones habituales en un tipo de cine más independiente. Lo impecable en ocasiones me crispa los nervios. En esto me quedo más con la frescura y la agilidad de lo imperfecto. Y la que más me atrae es la del estudio Ghibli, La princesa Kaguya.
ResponderEliminarAbrazos, David. Un gusto volver a visitarte.
Ya sabes que eres mi cabecera de Sitges. Todo lo bueno y lo malo lo tengo apuntadito para en cuanto pueda ir dando cuenta de ello.
ResponderEliminarLo de R100 es tremendo jajaja.
Un abrazo!
Gracias a todos por pasaros y comentar. Un abrazo.
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