Pues terminamos estas dos semanas entregados a los premios, primero a los de nuestro país y después a los de los americanos, con este tercer post sobre los Oscar. Hoy tocan nominadas a mejor película y actores y guiones. No he podido visionar las películas documentales, pero os remito a
Después de 1984 que ya o en breve tendrán colgado un post al respecto.
Las nominadas están ordenadas, de las que más me han gustado a menos. Se admiten debates, por supuesto. Quien ganará en el fondo me interesa poco, así que no me voy a mojar. Las quinielas y los favoritos, por otro lado, coinciden bastante.
En este caso la noche de los Oscar no estaré en twitter, ya que veo la ceremonia hace años con amigos y sería una cierta falta de respeto estar abducido (porque si me pongo me abduce) por la red social. Así que como mucho os leeré de vez en cuando. Quizás pase a saludar a media noche, ja,ja. Disfrutadlo.
Empiezo con las nueve mejores películas. Me ha apetecido hacer el post recopilando textos que ya he escrito sobre las películas por si alguno de vosotros aún no los ha leido y le interesa hacerlo. De muchas de ellas he hablado en mi blog y recupero la crítica, otras solo las he citado y poco más. De algunas he hablado en otros blogs. Así que algunas serán muy largas y otras muy cortas. Lo más probable es que los lectores habituales del blog ya lo hayáis leìdo todo, así que podéis mirar los cartelitos y todo éso que os ahorráis. Vamos allá...
Mejor película
Hablé de ella en mi sección Mi película de la semana. Aunque la peli de la semana y la crítica más extensa fue para The master.
La noche más oscura es la nueva película de la directora Kathryn Bigelow tras arrasar en la edición de los Oscar del 2009 con su anterior film En tierra hostil. Puede que repita este año. Si su anterior película era realmente notable, La noche más oscura es sin duda un peliculón. Relata la obsesión de una mujer de la CIA, interpretada con mucha solvencia por la bella Jessica Chastain, por capturar a Bin Laden desde el atentado de las Torres Gemelas hasta su caza definitiva. Tema tan polémico podría haber sido tratado con ese tufo patriótico tan habitual en el cine estadounidense. Ni por asomo. Es obviamente una película subjetiva, siempre contada desde el lado de los americanos, pero que no emite en ningún caso juicios de valor. No sé que tanto por ciento habrá de cierto en esas supuestas filtraciones de agentes de la CIA en las que se basa, pero el resultado resulta de lo más creíble. Uno de los fuerte de La noche más oscura es su preciso y transparente guión que de entrada, nos sirve para entender a la perfección la historia que se nos explica. Súmale un reparto excelente, lleno de personajes secundarios interpretados por actores de enorme categoría y sobretodo una dirección magistral, en la que se alternan escenas intimistas con otras de acción rodadas con estiloso verismo, en la que siempre parecen haber las tomas y las escenas necesarias, sin que sobre ni falte nada. Una dirección cargada de tensión, de ritmo, de verdad, de fuerza, de personalidad. Y un gran plano final.
2- Beasts of the sothern wild
La vi y hice la minicrítica en el festival de Sitges.
Bestias del sur salvaje se trata de una cinta independiente americana muy especial y que levanta opiniones muy contrapuestas. La cinta nos habla de una zona arrasada por las inundaciones en un lugar pobre de EEUU (el lugar es inventado, pero la metáfora es obvia) desde la mirada de una niña. Uno de los puntos más fascinantes de la película es esa mirada inocente a un mundo muy salvaje, muy pobre, que a parte de esa inocencia la carga de una estética muy onírica, muy difusa, muy vaporosa que la diferencia del resto de propuestas sobre estas situaciones. La película nos habla de la libertad, de los sentimientos primitivos, básicos, de la parte netamente animal que poseemos en nuestra esencia y nos muestra una relación padre-hija de amor sin afecto que tiene un par de momentos en los que es muy difícil no emocionarse. Una joyita, muy pequeña y muy especial. Y es una ópera prima. Muy prometedor.
Fue mi película de la semana.
Tras rehacer a su manera el cine negro, el de gángsters, el blaxplotation, el de artes marciales, el de persecuciones de coches y el bélico, en esta ocasión, el único e irrepetible, para bien o para mal y guste o no, Quentin Tarantino, se anima a homenajear, plagiar y en última instancia reinventar, uno de sus géneros favoritos, el spaguetti western. En realidad Tarantino cita a Django del año 1966 como su gran referencia para hacer ésta película (o quizás solo la aluda como su favorita, ya que en realidad ya copió la escena del corte de oreja para su ópera prima), sin embargo, argumentalmente poco toma de ella, más allá de su intención de tratar el tema del racismo, en el caso de aquella con los mexicanos, aquí con los negros. Luego toma el tema inicial que comparten ambas películas y un cameo del protagonista de aquélla, Franco Nero. Y ya está. Porque de donde Tarantino copia es de todo el género western. Tanto del spaguetti western como del clásico americano. Del primero el trazo grueso, cierta caricatura, movimientos de cámara nada sutiles y ese tono hiperbólico y desmesurado muy lejano a ningún realismo. Del segundo ciertas relaciones humanas, ciertos espacios naturales grandilocuentes, cabalgadas y personajes que se buscan a sí mismos. Pero en realidad, como siempre, Quentin Tarantino toma todo ésto para mezclarlo con su propio universo, con su propia concepción del cine. En esta ocasión no se dedica tanto a sus diálogos marca de la casa (el del Ku Klux Klan y los agujeros en las capuchas es sensacional) sino, como ya hacía en Malditos Bastardos, a esas escenas que se convierten en pequeñas películas en sí mismas y que alarga y alarga con ingenio hasta que resuelve de repente de la manera más bizarra que se le antoja.
Porque Tarantino a su manera, macarra, gore, referencial, hiperbólica, pretende hacer con sus películas la justicia que sus propios personajes llevan a cabo. Si en su anterior film reinventaba la historia para vengarse de los nazis y del propio Hitler, en este caso lo hace de los blancos que comercian con negros esclavos, dos años antes de la guerra civil americana. Y Tarantino, para vengarse, para reescribir la historia, para dejar constancia por defecto de lo que en realidad ocurría, monta una ficción larga, brillantemente interpretada por todo su reparto (en especial Christoph Walz y un Samuel L. Jackson que ha de verse en versión original) con algunos momentos hilarantes, otros muy sangrientos, otros surrealistas, otros humanos, otros muy caricaturescos y que él sabe llevar a buen puerto debido a su brutal y especial dominio de la dirección y a su desmesurado sentido del espectáculo.
Creo que la película de Tarantino está lejos de lo que para mí son sus tres mejores obras (Reservoir dogs, Pulp Fiction, Kill Bill) pero también confirmo que hasta ahora, este hombre nunca ha merecido por mi parte una nota menor a notable alto y siempre me ha hecho sino vibrar, al menos divertirme horrores en una sala de cine.
Se ha extendido la opinión de que a la película le sobra metraje. Yo no estoy de acuerdo. Quizás le faltan momentos de genialidad absoluta como en algunos de sus films, pero en mi opinión es hasta regular y además, esa hinchazón de las escenas, como decía arriba, es parte de su intención estilística desde su anterior película. Tarantino gusta a muchos, tiene fans incondicionales y varios que no pueden ni verle, ni con su cine, pero levanta expectativas como pocos en algunos y en la mayoría de los casos, las cumple. Tarantino es de los mejores directores americanos del momento. Django desencadenado no es su mejor película, pero merece mucho la pena.
A Argo la puse la 14ª película del año pasado con esta breve nota:
"Porque el talento dirigiendo de Ben Affleck dota a esta historia de cine y espionaje de la credibilidad necesaria y de un ritmo y una tensión dignas de los grandes. Y porque el guión, sin fisuras, es de los mejores del año". Es breve pero suficiente.
5- La vida de Pi
En este caso la situé la 16ª del año anterior. Y aún fui más breve:
"Porque su 3D y su fotografía es brillante. Porque la aventura se ve con entusiasmo y complicidad y porque el golpe de efecto de la tesis de la fe es de lo más brillante que he visto este año". Ya se ha hablado mucho sobre ella. Ahí lo dejo.
6- Amour
Hice una extensa crítica tras su visionado:
Hoy, a diferencia de lo que suelo hacer, voy a desvelar muchos SPOILERS de la película que pretendo comentar, Amour de Michael Haneke, así que si no la has visto, casi que te recomiendo (si piensas verla) dejar esta lectura para otra ocasión. Advertido ésto, vamos allá:
Hay una secuencia, a mitad de la película de Haneke, en que su protagonista, Jean-Louis Trintignant, que antes nos había informado de que alguien había intentado forzar la cerradura de su domicilio, oye el timbre de su puerta. Pregunta quien es, pero nadie contesta. Así que abre la puerta y se aventura al exterior. El terror nos invade. Los pasillos se vuelven opresores, inquietantes, la tensión se puede cortar en el ambiente. Nos falta el aire. La secuencia lamentablemente será tan solo un sueño de su protagonista, pero me servirá para recordar cual es el cine que más me gusta del director austríaco. El que nos habla del miedo al mal, sea abstracto como en La cinta blanca o Caché o concreto como en Funny Games o El video de Benny. La secuencia, un poco a medio camino entre ambas, terror concreto y abstracto, me aterroriza.
Hay otras cosas que me gustan de Amour, la última película de unos de mis directores favoritos. Todo el retrato psicológico de personajes en una situación dura, que les desborda, es mucho más que interesante. La forma de ocultar la enfermedad de la mujer, por orgullo, por no querer sentirse una vergüenza conmueve. También son geniales algunas de las secuencias que quieren profundizar en la psicología del marido (ese cerrar con llave para ocultar a la enferma, esa bofetada y posterior mirada estremecedora) e incluso podríamos destacar como buenas algunas secuencias como la visita del músico. Todo ello me remite a otras cintas de Haneke de indagación y profundización en mentes que padecen una presión extrema como hizo en la genial La pianista.
Me gustan también, son lo mejor de la película, las interpretaciones geniales de sus protagonistas. Emmanuelle Riva esá sensacional, pero es que Jean-Louis Trintignant me parece sublime. La dirección está realmente bien. No solo Haneke sabe rodar espacios claustrofóbicos con maestría sino que además coge una distancia con la narración necesaria para no caer en el ridículo de un melodrama de segunda. Porque la película no está lejos de serlo y en manos de otro director sin el talento de Haneke, sin duda hubiese caído del lado del desastre.
Porque hay cosas de la película de Haneke que no me gustan nada. Algunos dirán que su narración es realista y para nada sensacionalista. Mentira. Es sensacionalista desde su título, desde esa elección por mostrar ciertas escenas de deterioro (la de la ducha es vergonzosa) y omitir cualquier atisbo de luminosidad. Es sensacionalista y poco valiente al poner ese final, bonito sí, pero totalmente falso con lo que terminamos de ver. ¿No quieres llevarnos a la más absoluta depresión Haneke? Pues sé consecuente y no pongas ese pegote de final poético y feliz que además incluso católicamente puede ser absurdo, ya que son almas condenadas al infierno, ¿no?
No me gusta el personaje de Isabelle Huppert, que parece deambular en un papel sin sentido, de convidado de piedra, que no aporta nada a la narración y que demuestra que Haneke no sabe como llenar los espacios de lo que realmente pretende contar, ese deterioro físico de la protagonista para zarandearnos en nuestra butaca estremecidos. Con una enfermedad terminal es fácil estremecer, señor Haneke. No me gusta la absurda paloma, metáfora obvia de esperanzas o almas o necesidades de amor que me parece poco cuidada, poco profunda y demasiado larga en su ejecución. No me gusta la escena en que despide a la criada, llena de trazo grueso y sensacionalismo barato. Haneke declaraba estos días su desprecio por las falsas comedias románticas americanas cursis. Supongo que esas que dicen "te quiero más que a mi vida y sin ti muero de tristeza". De acuerdo señor Haneke. Yo también odio estos films. Pero le digo una cosa, decir "deseo que cuando seas mayor y no puedas defenderte alguien te trate igual que tú has tratado a mi mujer" es igual de tendenciosa y vergonzosa que la frase cursi. No por estar en el extremo opuesto y cambiar la estupidez optimista por el dolor vamos a tragar con ella.
Amour es una película difícil de valorar objetivamente. Es tan grande el estado de conmoción que logra producirte en algunos momentos que uno puede no ser capaz de valorar sus métodos. Y éstos son demasiado manipuladores, poco sutiles, demasiado autocomplacientes. Haneke ha querido con Amour hacer la gran película del dolor, de la enfermedad, del sacrificio y del amor. O de un amor en cierta etapa y condiciones de nuestras vidas. Son obvios ciertos méritos y ciertos logros. No voy a dejar pasar ciertas mentiras y desajustes ocultas sabiamente en un todo del que es difícil salir ileso. Yo prefiero el otro cine de Haneke. Éste me parece demasiado obvio. Sin embargo es difícil salvarse de cierta persecución de algunos de los momentos de la película a las horas, los días de finalizar la proyección. De alguna manera te marca. De alguna manera te persigue. De alguna manera pese a todos esos defectos que le alejan muy mucho de la obra maestra va ganando ciertos enteros con la reflexión. Yo le he puesto un 7 en filmaffinity (después de mi 6 inicial tras terminar la proyección). En definitiva apreciable, pero a mi parecer lejana a la genialidad de ciertas cintas del director austríaco.
7- Lincoln
No hice ninguna valoración tras verla. La comenté en el blog Viajes por la sala oscura que le dedicó aquí una estupenda y entusiasta crítica:
Hablando pues de la película por sí misma, creo que siendo interesante, en mi caso, sí que me parece que esa falta de concesiones al espectador
que citas me pasa factura. Y sobretodo todo el primer tramo se me hace muy denso y difícil de digerir (en este caso concreto, la VOS no ayudó mucho, que digamos). Me gustan los momentos más humanos de Lincoln, con su hijo, con sus dudas respecto a las decisiones que está tomando. Me gusta mucho el momento de la votación o la intervención de Tommy Lee Jones, todos ellos momentos en que la película deja un poco de lado la mera explicación de los mecanismos intrínsecos de la política para dar algo de emoción y vistosidad al relato.
Entiendo que para según que espectadores, conocedores de la historia que se explica, la cinta puede ser muy estimulante. En mi caso me estimuló a veces y me aburrió en otras y considero que quizás como película, sobretodo destinada a un público extenso, debió no adulterar, pero quizás sí simplificar la trama en
su densidad para hacerla más llevadera.
8- El lado beno de las cosas
Hablé de El lado bueno de las cosas en una minicrítica tras su visionado.
Mucho menos interesante, aunque distraída si la vemos sin demasiado juicio analítico, es El lado bueno de las cosas. El otrora prometedor David O. Russell demuestra que ya no es un enfant terrible, sino un director absolutamente engullido por la filosofía Hollywood, aunque tanto él como su industria se esfuercen en colarnos que lo suyo es distinto. Permitidme que os diga que poco. El lado bueno de las cosas es diferente por un par de momentos hilarantes que se salen de la norma, cierto, pero en el fondo es la comedia romántica de toda la vida, previsible y más de lo mismo. La presunta profundidad debido al tema de la enfermedad del protagonista (que es bipolar) se deja pronto de lado, sin profundizar en ella, incluso banalizándola para ir a lo que realmente le interesa a la película. Una historia de amor algo freak de unos personajes a los que rodean unos secundarios aún más freaks. El resultado como digo es divertido si uno se limita a ver una comedia romántica de consumo y buenas interpretaciones (en especial de la sorprendentemente sexy Jennifer Lawrence) pero poco más. La aureola de película superior, sinceramente, la encuentro injustificada. Y sus nominaciones a los Oscar, me indignarían sino fuese porque yo me tomo a los Oscar como un circo para divertirme y si puede ser (y casi siempre se puede) rajar.
9- Los miserables
Jamás hablé de Los miserables. Y casi que mejor porque la hubiese liado. Puse un breve comentario aquí cuando Mario la reseñó aquí en Nenúfares efervescentes.
En mi caso fue un aburrimiento enorme de principio a fin y hasta cierta indignación en muchas de sus partes, que me parecen de un sensacionalismo ofensivo y que no me convencían nada como espectáculo. Los dos personajes cómicos me parecieron patéticos y colmaron mi paciencia. Russell Crowe me pareció no solo que estaba fatal sino que cantaba fatal y que su personaje era de trazo grueso y ese final me pareció muy poco justificado. Me gustaron la Hathaway y el Jackman, éso sí, pero vamos, que la suspendo y con contundencia.
Mejor director
La estúpida e injustificada ausencia de Affleck, Bigelow y Tarantino en esta categoría empaña el resultado final. De entre los nominados me gusta la dirección concisa y fría de Haneke que hace que la película se aleje del telefilm que en que hubiese caído dicha historia en otras manos, me gusta el equilibrio que Ang Lee sabe mantener entre efectos e historia en La vida de Pi y su desparpajo y valentía para adaptar tan difícil obra. La película de Spielberg técnicamente es impecable, pero la falta de ritmo es totalmente achacable a su director, así que para mí no lo merece y la nominación de David O. Russell es un poco de risa para una película tan plana en su dirección. Así que yo se lo daría a Benh Zeitlin, que en su ópera prima sabe imprimir de una atmósfera onírica muy especial a su historia y dotar a su film de una personalidad propia. Y se sale airoso de un proyecto con gran riesgo.
Mejor actor principal
Me gusta Bradley Cooper en El lado bueno de las cosas pero no tanto como para darle un Oscar. Denzel Washington está bien, a veces incluso brillante en la patraña titulada The flight, Joaquim Phoenix a veces está bien y a veces muy sobreactuado en The master, Hugh Jackman es de lo poco que se salva de Los miserables y está realmente bien tanto cantando como actuando, pero es que Daniel Day-Lewis deja por una vez de sobreactuar y se convierte en un Lincoln que se presta a todos los matices interpretativos de un grande. Lo merece él sin duda.
Mejor actriz principal
Todas están espléndidas. Emmanuelle Riva nos conmueve en su difícil y sutil papel de Amour, la niña Quvenzhané Wallis está brillante y te conmueve con su gracia y su mirada, Jessica Chastain está espléndida en su obsesivo papel en La noche más oscura y Naomi Watts nunca falla y en Lo imposible, en un papel en el que de nuevo le toca sufrir, pues no podía hacerlo. Pero se lo voy a dar a Jennifer Lawrence, no solo porque está genial en El lado bueno de las cosas sino porque su sola presencia es capaz de mantener un cierto nivel en una película que no da para mucho. Sin su sorprendente actuación la película perdería muchos enteros.
Mejor actor de reparto
Robert de Niro no me gusta demasiado en El lado bueno de las cosas. Estaba mejor en Luces rojas. Los otros sí que me gustan. Alan Arkin tiene un papel bombón y está fenomenal en Argo, pero no deja de ser un papel algo menor. Tommy Lee Jones tiene un par de las mejores escenas de Lincoln y se luce. Philip Seymor Hoofman vuelve a brillar una vez más en su papel de líder religioso con problemas de autoestima. Pero mi favorito es Chistoph Waltz. Porque este hombre es de otro mundo. Está en otro nivel.
Mejor actriz de reparto
Pues no me gusta demasiado el papel de Amy Adams en The master, Sally Field en Lincoln está correcta pero poco más y la nominación de Jacki Weaver por El lado bueno de las cosas denota mala conciencia por no habérselo dado por Animal Kingdom, ya que su actuación en esta película es totalmente insuficiente para atesora por ella ninguna nominación. Nos queda Helent Hunt que está genial, elegante y valiente en su difícil y descarado papel en la muy mediocre Las sesiones. Y muestra una naturalidad muy difícil de lograr. Pero la verdad es que pese a mi manía por Los miserables, Anne Hatahaway tien un par de escenitas con canción que la chica se lo curra. Imposible no dárselo. Y ella, al terminar de cantar, ya lo sabe.
Vaya, he terminado por premiar dos actrices guapas. Quizás...
Mejor guión original
Vamos a terminar este repaso por los dos premios de guión. En original, de manera vergonzosa, está nominada El vuelo, con el final más asquerosamente moralizante que se ha visto este año, luego la cosa mejora. Amour de Haneke tiene un guión sobrio que logra trasmitir lo que quiere, Moonrise Kingdom está dotado de la originalidad necesaria para divertir y destacar, pero creo que está lejos de la perfección o incluso la frescura de otros guiones de Wes Anderson. Lo mismo diría de Tarantino, guión original y diferente pero lejos de algunas de sus genialidades. Por ello creo que el mejor guión, perfecto a la hora de explicar una trama compleja y al mismo tiempo una obsesión y hacerlo todo llevadero, disfrutable y entendible es el de La noche más oscura.
Mejor guión adaptado
Pues en este caso no tendría ninguna duda en dárselo a Argo, un guión preciso y bien contado que hace creíble lo increíble y que se toma el tiempo necesario en argumentar sin faltar a su pretensión de espectáculo. Lincoln es demasiado denso y naufraga y todos los males de la película son causa del recargado guión, El lado bueno de las cosas es un guión insultantemente mediocre, La vida de Pi no es que tenga demasiado guión, la verdad, aunque lo que explica lo hace bien y Bestias del sur salvaje se basa mucho más en sus imágenes que en su texto a la hora de lograr el fantástico resultado que logra. Así que indudablemente Argo.
Pues es todo. Disfrutad de la Gala los trasnochadores y la semana que viene cambiamos radicalmente de tema y volvemos con otra cosita que me hace especial ilusión. Hasta entonces.