domingo, 24 de julio de 2016

Películas de otros blogs: Las diez de Jona Tiba de Slacker/ Sónicos

Sexta entrada que dedico a esta sección de "películas de otros blogs" (para ver las otras cinco mirad en las etiquetas), una sección que realizo con el cariño especial que los blogs de los que hablo merecen. En esta ocasión voy a hacer casi una maratón. Voy a hablar de diez películas que corresponden a dos blogs de una misma persona que suele recomendar tantas películas apetecibles, que aunque parezca lo contrario, elegir solo diez ha sido un problema de síntesis y descartes. Pero vayamos al grano.

Hablar de Jona Tiba, antes conocido como Yosónico (un poco en plan Prince), no es tarea fácil. Como tampoco lo es hablar de sus blogs. Si alguien hace el esfuerzo de mirar en mi barra lateral de blogs que sigo verá que hay hasta cuatro blogs que le pertenecen. Dos de ellos son de fotos: Helmut, de fotografía general y Lente rasgado de fotografía asiática. Tanto los fotógrafos elegidos como la composición que Jona hace con sus fotos es siempre excelente. Podemos encontrar de todo, pero es obvio que suele haber un patrón. Abundan las fotos sensuales, otras veces algo enfermizas y decadentes, en ocasiones ambas cosas a la vez, a veces hay humor, otras poesía, siempre belleza o fealdad bien resuelta. Sus blogs de foto son un vicio. Os lo aseguro.
Pero en este blog casi siempre hablamos de cine, así que los blogs de Jona Tiba que más os pueden interesar son los de cine. Su Sónicos está ya fuera de servicio. Parece ser que ocupó el espacio total que blogger ofrece. Sin embargo de la participación desinteresada y brillante que Sónicos prestó en junio a mi festival de cine asiático surgió una lista propuesta por Yosónico de películas asiáticas (aquí) de las que he elegido cinco para comentar hoy. Las otras cinco propuestas son de su nuevo blog Slacker, la evolución de aquél otro. Sónicos y Slacker son blogs de opinión, en que Jona Tiba nos brinda breves y desenfadadas críticas acompañadas claro, de una selección de fotogramas muy cuidada, que en su último blog es casi minimalista. Con una ligereza buscada por su autor que se combina a veces con reflexiones repentinamente profundas, referencias sexuales, humor y cierto tono desafiante, todo ello muy breve, las críticas de Jona son sencillas y directas. Y yo soy muy fan. Luego la selección de películas es muy anárquica y ecléctica, pero suelen ser de bastante nivel. Hay una cierta tendencia al cine asiático y al cine de temática gay, pero cualquier película puede ser analizada en Slacker. Dentro de la anarquía que se me antoja hay en la cabeza de Jona (una impresión mía, sino que el autor lo desmienta) sus blogs están siempre organizados con precisión, son estéticamente impecables y cualquier detalle está cuidado con mimo. El resultado salta a la vista.
Pues nada más, podría seguir elogiando el blog Slacker y los otros de Jona muchas lineas más, pero perdería vuestra atención, cosa que no deseo.
Pasamos a comentar las diez películas que he elegido de todas las comentadas por Jona Tiba en ambos blogs. Como sus críticas son breves intentaré hacer las mías algo breves también, aunque mi capacidad de síntesis no es tanta. Copiaré en este caso su sistema de puntuación, que será de 0 a 10 incluso con ese medio punto decimal que por contraposición con mis poco agradecidas estrellas me ha encantado usar. Veréis que la media es muy alta. Y en algún momento intentaré homenajear su estilo, aunque estoy condenado al fracaso.
Y seguid disfrutando o empezad a hacerlo de Slacker, Helmut y Lente rasgado. O recuperar Sónicos. Merece la pena.

Las películas van ordenadas, como siempre, de la que más a la que menos me ha gustado. Empecemos.


Hacía mucho que sabía que tenía que ver Onibaba. Era consciente que salía en todas las antologías de cine japonés, también  en mi libro "1001 películas que hay que ver antes de morir", e incluso aparecía en algunas antologías de cine de terror, pese a que siempre aclarando que no era realmente una cinta de terror. Además otros colegas blogueros también la habían recomendado.

Así que al ver la cinta entre las recomendaciones asiáticas de Sónicos (aquí la ficha anterior de la película) no dudé en elegirla como uno de mis visionados preferentes. Y suerte que no dejé pasar más tiempo.

Onibaba, cinta japonesa del año 1964, es una de las primeras cintas (y la más prestigiosa) del importante realizador Kaneto Shindo. Es una película única y realmente especial que ocurre casi por completo en un espacio pequeño de terreno y en cuatro o cinco localizaciones y en la que aparecen muy pocos personajes, siendo tres los verdaderamente protagonistas. La cinta es de una belleza visual aplastante. Su oscuro blanco y negro, el sudor que gotea de los protagonistas agobiados por el calor, el cañaveral agitado por el viento, las caras rotundas en primer plano, la lluvia torrencial, el sexo animal, la máscara del diablo, el hoyo, los asesinatos, la tensión hija-nuera, el pantano, la choza, el final abrupto... Todo suma para dotar a la película de un extraño ambiente enrarecido, onírico, estimulante. La cinta se torna una experiencia sensual, sensorial, visual y tiene algunos planos y algunos fragmentos difíciles de olvidar. Parece ser que el final alude a las víctimas desfiguradas de la bomba atómica. Una pesadilla real incrustada en el mundo de pesadilla inventado por su autor, el micromundo de opresión y animalidad que queda tras la guerra. Un micromundo del que no se puede salir, que tiende a la repetición, al bucle y que nos fascina al tiempo que nos aterroriza. Una gran película. Nota:9/10


Blind beast la descubrí en la lista de recomendaciones asiáticas aludida de Sónicos, pero había sido reseñada con anterioridad aquí. Enseguida me llamó la atención ese cartel y esa breve sinopsis que aludía a su impactante final.

Blind beast es una película del año 1969 del director Yasuzo Masumura, del que no había visto nada y ni tan solo conocía, y al que Yosónico incluyó en su lista de recomendaciones no solo con esta peli, sino también con Red Angel. Luego he investigado y parece que el director nipón es uno de los más importantes, desconocidos y prolíficos del cine de posguerra nipón. Os enlazo la ficha de Allzine por si queréis saber más sobre él o ejecutar alguna de las descargas de sus películas disponibles.

Cuando empecé a elegir películas de Jona alterné algunas de esas películas que hacía tiempo que quería ver y que hacían de este post y esta ocasión el momento ideal para verlas y otras que no conocía de nada y que elegí para ver si me abrían nuevas vías. La esperanza que tenía era encontrarme una cinta como Blind Beast. No solo me ha encantado sino que voy a ver más de este director. La película es una bizarrada sensacional, cargada de momentos delirantes, de un ambiente claustrofóbico y malsano, de un guión imposible de preveer porque se reinventa un par de veces durante el film, cargado de erotismo, de sensualidad, de originalidad, de un soterrado humor y de un par de interpretaciones tan excesivas como memorables. Además, como dice Jona, no solo su final sino que su último tercio es brutal y se hace difícil de olvidar. Todo ello rodado con mucho descaro y un cierto regusto underground a serie entre B y Z. Seguro que Tarantino es fan. Y no tengo ni idea, pero juraría que Almodóvar la ha visto y le ha influenciado. Una joya. Y su actriz Mako Midori, me puso un montón... Nota:8/10



En su blog Slacker, una de las primeras cosas que hizo Jona fue una retrospectiva completa de Tsai Ming-liang. Yo he visto una buena parte de la filmografía del director taiwanés, aunque en los últimos tiempos y debido a que sus últimas obras me estaban gustando menos que las anteriores, lo tenía un poco olvidado. Sin embargo es uno de mis directores favoritos y muestra de ello es que entró en mi reciente Top-60 de directores. La película elegida de esa retrospectiva fue Vive l'amour. Jona le dedicó la reseña aquí.

Vive l'amour es la segunda película de Tsai Ming-liang y una de sus cintas más prestigiosas y hacía mucho que la tenía por casa para verla. Tras su visionado diré que merece entrar en el grupo de películas del director que más me gustan como El sabor e la sandía, ¿Qué hora es? o The Hole (para mí la mejor y de bastante de su realizador).

Para los que conocemos ese estilo minimalista, contemplativo y pausado de Tsai Ming-Liang, Vive l'amour es un film muy rápidamente reconocible como parte de su universo. Nos narra la historia de tres personajes que sobreviven en una ciudad fría y ajena a ellos y que aunque comparten espacios y en algunos casos camas, no son capaces de compartir sentimientos. Así pues la temática de la película, como siempre en el director taiwanés, es la soledad más profunda e irreparable, parte de nuestro ser, de nuestra existencia. Esa soledad existencial está construida a partir de silencios, de largos planos en que casi no ocurre nada, en que importa el mínimo detalle y en que vamos entrando poco a poco en su universo, de gestos mínimos, de tristeza, de sensualidad casi espiritual, de personajes que parecen fantasmas en una ciudad que sienten ajena (Tsai Ming-liang es taiwanés de adopción y quizás éso es fundamental en su cine). En definitiva cine para minorías, lento, difícil, pero que va calando irremediablemente. Nota:8/10



De Living in oblivion, Jona habla en su blog Slacker (reseña). Desde  el principio dudé si había visto aquella película de Tom DiCillo. Me sonaba haberlo hecho pero no estaba seguro. Luego me di cuenta de que sí la vi, incluso recordé haberlo hecho una vez que la pasaron por el Canal plus, pero el título en español Vivir Rodando me había confundido. De todas maneras, como no recordaba casi nada de la película me animé a volverla a ver tras leer la nota de Jona. Y la verdad es que mereció la pena.

La película Living in oblivion (Vivir rodando) es del año1995 y sino recuerdo mal decidí verla en su momento porque DiCillo había sido director de fotografía de Jim Jarmusch, del que por aquellas épocas era muy fan (y lo sigo siendo, pero sin la fiebre de entonces, en que lo descubría) y parecía seguir sus mismos pasos independientes e interesantes. Con el tiempo demostró estar muy lejos de su amigo y maestro, pero sin embargo Living in oblivion es una película realmente destacable (de lo que he visto, lo mejor de su filmografía).

Pues bien, Vivir rodando, la segunda película de Tom DiCillo es una divertida y certera mirada a un rodaje de una película independiente. Compuesta a través de tres bucles (donde el factor sueños es lo que menos me agrada de la cinta) el director se detiene en la locura de un rodaje con pocos medios, ya que los problemas técnicos son constantes. Además, el director debe lidiar con los egos y las problemáticas vidas de sus actores y su equipo hasta donde su control es capaz de abarcar. Podemos sentir como pocas veces la locura y el delirio de personas frágiles que se dedican a ésto de crear. Además cuenta con algunas escenas sensacionales, como dos de las resoluciones (Buscemi interpretando en su vida real lo que pretendía incluir en su película y la delirante actuación de la madre) que se me antojan sublimes. Sin duda una película fresca, sincera y muy reivindicable, un claro ejemplo del cine independiente de verdad y con talento. Y con un Steve Buscemi y una Catherine Keener ( no sé que tiene esta mujer, que me vuelve loco) fabulosos.Nota:7'5/10


Escogí Motel Cactus a partir de la listas de recomendaciones asiáticas de Jona. Pero él ya le había dedicado una ficha anteriormente. Me llamó mucho la atención el cartel y claro, que la fotografía fuese del gran Christopher Doyle.

Se trata de una desconocida película del año 1997, ópera prima de Park-Ki Yong (que tan solo realizó otro largo más en 2002) y que pese a que Jona dice que fue la fuente de entrada del moderno cine coreano en Occidente, yo no conocía de nada. Tampoco tiene grandes notas ni críticas en las webs que he mirado. Sin embargo, aunque no me parece una gran película, me uno a la reivindicación.

Se trata de cuatro historias sin ningún nexo de unión que ocurren en una habitación de hotel, que da nombre a la película. No sabemos nada de las parejas que encontramos allí. Tras la historia tampoco sabemos demasiado. Cuatro rasgos de lo que puede ser su relación. La película es esencialmente destacable por su estética, una vez más la fotografía de Christopher Doyle es sublime, y por cierto halo poético y existencial, a la vez que sensual, que se va desprendiendo de la misma durante su metraje. Las historias fluyen, esquivas a la coherencia argumental, deslabazadas y en mi caso, me costó un poco encontrarle el punto a la película. Pero terminó por fascinarme en algunas de sus partes y a dejarme un grato sabor de boca general. Quizás el problema es que una primera historia aceptable da paso a una segunda (con filmación de peli amateur de por medio) que es de largo la peor de la película. Así que uno sufre un poco de bajón. Pero luego se suceden dos historias en claro tono ascendente y la película termina realmente muy arriba con la hermosa historia de un ex-matrimonio que vuelve a reunirse tras años sin verse y que además de su estética logra emocionar en sus silencios, en sus tiempos muertos, en su verdad. Uno termina con ganas de más, pero la película ya ha acabado.
Un film muy especial, de ésos de cogerle el ritmo y dejarse llevar, pero que finalmente te atrapa y termina por fascinarte. Nota:7'5/10


Escogí Swimming Pool tras ver la reseña que Jona le dedicó en Slacker. Había visto algunas películas de François Ozon y la última, Dans la maison, me pareció una de las mejores del año pasado, así que profundizar en la filmografía del director galo me apetecía mucho.

Swimming pool, del año 2003, es el octavo largometraje del prolífico director (con En la casa ya suma quince películas en dieciocho años de carrera) y de alguna manera, ya trata los temas que posteriormente analizaría de nuevo desde la madurez de En la casa.

Y es que Swimming pool es un thriller construido a partir de las interferencias que hay entre realidad y ficción en el proceso de creación, ¿os suena? Si en Dans la maison opta por acometer la idea desde un guión sobrio y desde una perspectiva más intelectual en Swimming pool todo es mucho más salvaje, menos perfecto y mucho más sensual. He visto a Ludivine Sagnier en otras películas, pero jamás me ha parecido tan sexy como aquí, rotunda en su generosas escenas de desnudos. Algunas noches aún se me aparece... La película empieza de forma algo indecisa pero pronto te engancha en la maraña que se teje entre una escritora que intenta escribir en la casa paradisiaca de su editor (Charlotte Rampling) y la relación que entabla con la sensual, despreocupada y adicta al sexo hija del editor, que decide pasar unos días en la casa (la citada Sagnier). La trama se complica y la película te logra enganchar en su sensualidad, en su inquietante argumento cargado de onirismo, en esa mezcla de lo que suponemos es historia real y licencia literaria sobre la realidad. El problema es el final. Es de esos finales facilones que se cargan todo lo alambricado de la historia sin estar para nada a la altura de lo anterior. Un todo podía valer si la termino así, que suena a fraude y que hace bajar a la película algunos enteros. Pese a todo, muy disfrutable y adictiva. Nota: 7/10



Me llamó mucho la atención la película Pink Narcissus a partir de la ficha que Jona le dedicó en Slacker. Me dio cierto morbo saber que fue una película de culto en los lugares de ambiente y esa paternidad lograda muchos años después.

Y es que Pink Narcissus fue rodada en el año 1971 por el fotógrafo James Bidgood, pero no puso su nombre en la cinta y firmó como anónimo. Parece ser que la cinta fue exhibida sin su consentimiento y finalmente tuvo que ganar los derechos de autoría tras un proceso legal. La cinta fue rodada mayoritariamente en Super 8 entre el año 1963 hasta el 1970, predominan los interiores y tiene como protagonista al bello Bobby Kendall, pareja del fotógrafo.

La película trata de un joven prostituto que entre cliente y cliente (o durante sus servicios) fantasea con escenas eróticas que sí son de su agrado, contrariamente a las que está viviendo. Así igual lo vemos de torero, que de esclavo romano o trabajador en un harén masculino. El contraste entre ambos mundos provocan cierta tristeza en el espectador, que es la tristeza de su protagonista que le lleva a crear estos mundos oníricos a modo de evasión. Pero el verdadero valor de la película, que no tiene diálogos y se asemeja más a una pieza de videoarte que a un film convencional, es su estética colorista y muy kitch, sorprendentemente barroca que a veces logra imágenes muy poéticas y otras decadentes.
Es una película totalmente dirigida a un público homosexual, llena de fantasías y de estética acorde a sus sensibilidades, pero que puede ser disfrutada como pieza estética por cualquier curioso. Y yo la disfruté. Éso sí, vi más pollas que en una temporada de partidos (y sus consiguientes duchas) con mi equipo de fútbol sala... Nota:7/10


Hace muchos años estuve a punto de ir a ver Oasis al BAFF, el festival de cine asiático que se realizaba en Barcelona.  Su argumento me echó para atrás. Muchos años después visioné Secret Sunshine, del mismo director y me apasionó. Su posterior película, Poetry, también me parece sensacional. Entonces miré hacia atrás y vi que era el autor de aquella cinta, Oasis, que estuve a punto de ver en aquel BAFF. Estuve a punto de verla varias veces (incluso le comenté a Jona en el post de recomendaciones asiáticas de Sónicos que lo había hecho, supongo que confundiéndola con Poetry en mi cansancio debido a la vorágine que me supuso mi festival) pero no lo hice hasta ahora. Incluso había visto antes la ópera prima de su director., Green fish (ahora solo me falta Peppermint candy).

¿Y quién es su director? Pues el que fuera ministro de cultura de Corea del Sur Lee Chang-dong. Oasis es su tercer film y era obvio que iba a ser, con este historial, una de mis elecciones para completar este post.

Voy a ser sincero, pese a que la considero una película notable Oasis me ha decepcionado pues la esperaba mucho mejor. Esta historia de discapacitada severa física y discapacitado leve intelectual funciona en muchos aspectos como una dura, algo bizarra y muy loca historia de amor. Uno puede entender a los dos personajes y sus motivos y en algunos ratos es tierna, sin duda atrevida y a veces emociona y otras duele. Pero me parece muy inferior a las ultimas dos películas de su autor porque si en aquéllas la complejidad de las aspiraciones y las pasiones y las almas humanas era densísima, en este caso, creo que se tiende a pintar con cierto trazo grueso a todos los personajes secundarios (son todos muy malos y abusan de estas dos pobres almas puras) y se lanza a un marcado acento sensacionalista en muchas de sus resoluciones, quizás abusando de la paranoia y la sordidez. Además las escenas oníricas en que ella se imagina haciendo ciertas cosas para las que está impedida me parecen de una obviedad que la acercan a lo ridículo. Pese a todo, como decía, la película es notable. Nota 7/10


Picnic estaba en la lista de recomendaciones asiáticas de Sónicos, pero antes Yosónico ya la había reseñado en esta ficha. Desde el principio me llamó mucho la atención la historia de su sinopsis y las fotografías, así que hacía mucho que la tenía pendiente y era la primera película que me bajé adrede tras una recomendación de Jona.

Es una película del año 1996 rodada por el director japonés de culto Shunji Iwai, autor de películas muy extrañas sobre desarraigo y depresión juvenil que no dejan indiferente y que como decía Jona tienen como máximo exponente la extraña y a mi parecer sobrevalorada All about Lily Chou Chou.

Pero tampoco es que Picnic me haya convencido demasiado. Digamos que esta historia de tres jóvenes recluidos en una clínica mental y que deciden escapar caminando a través de una pared elevada, alterna momentos que me parecen muy ridículos, excesivos y sensacionalistas como el principio, el previsible final y un par de secuencias a medio film, con otros momentos muy hermosos, muy bellamente fotografiados y poseedores de un extraño halo poético. Los momentos en que los tres protagonistas descubren la ciudad y sus personas desde su punto elevado están verdaderamente bien, pero esas otras escenas me dejan una sensación de cierto desconcierto. De todas formas, las secuencias de poética triste se quedan grabadas en la memoria, así que pese a su manifiesta irregularidad (pese a su escasa hora y poquito) me parece una cinta curiosa y bastante recomendable. Nota:6'5/10


Totally fucked up la descubría en la lista de mejores del año de Jona en Slacker, pero en realidad él ya la había reseñado en Sónicos (aquí). Hacía mucho que quería ver una película de Gregg Araki, un director de cine independiente con películas en su mayoría de temática gay muy prestigioso en pequeños círculos cinéfilos, así que me lancé con esta primera de la "trilogía del apocalipsis adolescente" que cita Jona.

Totally fucked up es una película del año 1993 y es uno de los primeros largometrajes de Gregg Araki. Maldita generación y Nowhere son las otras dos pelis de la trilogía que cita Jona. Otros cintas suyas conocidas son Splendor o Kaboom.

La verdad es que la cinta, sin estar del todo mal, me decepcionó bastante, pues supongo esperaba mucho más del prestigioso realizador. Es una cinta muy underground, rodando entrevistas a sus jóvenes protagonistas en formato video y mezclándolo con algunas imágenes de estética más cuidada sobre su deambular. Me ha recordado un poco al cine del primer Jarmusch o incluso a Clercks o 25 watts, pero con personajes gays hablando de sus problemas existenciales y sexuales. El problema que le veo es que en la concreción de esos problemas todo parece un poco forzado, un poco estúpido (aunque tratándose de adolescentes, quizás sea la intención). No digo que la peli esté mal, pero en este caso, la temática y la edad de los protagonistas y una estética maltratada por el paso de los años me ha pasado factura. Me he sentido muy lejano a lo que el film explicaba. Nota:6/10

Gracias Jona. Lo he pasado genial. Un beso.