domingo, 30 de marzo de 2014

Atlántida Film Fest 2014: Primeras críticas


Entre el 27 de marzo y el 27 de abril se celebra la cuarta edición del Atlántida Film Fest, de la plataforma de visionados VOD Filmin, que (sobre todo) desde el año pasado se ha erigido en el festival de cine número uno por internet. La programación de la presente edición confirma este acontecimiento internauta que abre una nueva manera de ver festivales, más allá de nuestra localización geográfica y que sin duda, va a ganar en importancia (y probablemente en competencia) en un futuro cercano. Durante un mes, no solo podemos visionar las películas del festival si no, lo que es mejor, compartir con cinéfilos de diversos lugares nuestras impresiones. Algunos votamos en la lista de Jesús Choya de La llave azul. Si os queréis apuntar poneos en contacto con él aquí

El Atlántida consta de 47 películas divididas en tres secciones. La Sección Oficial la conforman 17 películas españolas y latinoamericanas por las que el festival decide apostar, en su mayor número en busca de nuevos talentos. La sección Atlas son 23 títulos internacionales premiados en diversos festivales de forma reciente y finalmente el ciclo reflejos, de seis películas, lo forman documentales que abordan temas y aspectos de la industria del cine. Como decíamos 47 películas, durante 30 días (menos inauguración y clausura que estarán muy poquitos días cada una y alguna otra excepción), 11 estrenos en España, 4 estrenos mundiales y auténticos bombazos con grandes directores como Michael Gondry (que repite), Sion Sono, Errol Morris o Xavier Dolan. 
El Festival además tiene precios muy económicos y podemos disfrutar de 20 películas por 30 euros o de 5 films por solo 10 euros. Ahora solo os queda comprobar la programación en su web, y decidir que podéis y queréis ver según nuestro tiempo y presupuesto. Y luego a debatir entre todos.

Durante estos días, como no podía ser de otra manera, desde este blog vamos a dedicarnos en exclusiva al Atlántida. Para empezar vamos a exponer nuestras opiniones con críticas breves de las dos primeras películas que hemos visto del Atlántida, más las cinco que ya habíamos visto antes de su incio, así pues, siete para empezar. En próximos posts más. Y mientras iremos discutiendo por twitter. Animaos.

Las siete películas vistas hasta ahora del Atlántida, por orden de la que más a la que menos me ha gustado (aunque por ahora no suspende ninguna) manteniendo las valoraciones de la tabla de críticos, blogueros y cinéfilos que antes os he enlazado.

El desconocido del lago inauguraba el Atlántida Film fest, llevando bajo el brazo su premio a mejor director en "un certain regard" de Cannes, su mejor película en Sevilla, sus ocho nominaciones a los César o su número uno en la lista de Cahiers Francia en films del 2013.
Y la verdad es que visto el resultado cualquier premio adquirido es merecido. En un solo espacio, hermoso, el lago en cuestión, un grupo de homosexuales se reúnen para tomar el sol, exhibirse y practicar el cruising. Un grupo que casi se repite día tras día, al igual que se repiten con cierta monotonía los encuentros sexuales (cierto contenido explícito puede asustar a algunos), los saludos y las manías de cada uno. Nosotros seguimos los pasos de Frank, un hombre que se debatirá entre la amistad por Henri, un hombre orondo y marginado del gran grupo que se lo mira todo desde la distancia y se enamora de nuestro protagonista, y la pasión por el inquietante Michel, con quien finalmente tendrá el encuentro sexula deseado. A partir de aquí una película que se movía en los terrenos del drama con toques cómicos muta al thriller de terror. El resultado final es excelente. Un tratado sobre la pasión, el amor, la soledad, que a veces resulta hermoso, las más de las veces triste y al final muy inquietante. El lago, el viento, la oscuridad, las pequeñas acciones sin importancia, todo adquiere relevancia en una película realmente conseguida y que no te abandona tras su visionado. Nota: 8'5

En algún lugar sin ley es el título que se le ha puesto en español al mucho más sugerente Ain't Them bodies saints, una preciosa película que pasamos recientemente en el Festival Americana, al igual que las tres que van a venir a continuación.
El casi desconocido director David Lowery, se rodea de un efectivo reparto encabezado por Casey Affleck y Rooney Mara  para rodar un drama excelentemente fotografiado aprovechando los vastos y semidesiertos paisajes de Texas, que se acerca a los terrenos del western y que explica con lentitud, amplias elipsis y narrativa difusa una historia de crimen y amor en los años 70 que resulta estimulante y muy especial.
El primer tramo nos muestra los actos que llevaran a nuestro protagonista a la cárcel, con algunos planos inolvidables. Pero la mayor parte de la cinta se detiene en el deambular del preso fugado y en la vida de su chica y su hija a la espera del reencuentro. Se explica poco y de forma deslabazada. El director no solo se detiene en los paisajes si no que también en conversaciones puntuales más o menos trascendentes. Pero terminan por surgir las esencias, los dramas íntimos, el dolor y la compasión. Y la experiencia, melancólica, brumosa, a veces casi onírica hace de la película una experiencia íntima y sensorial (atentos a la extraña banda sonora) muy especial. Nota: 8

Los seguidores de este blog ya sabréis que no comulgo con la ópera prima de Shane Carruth, Primer, una película que no solo no entendí demasiado si no que, además, me aburrió en exceso. Nueve años ha tardado su director en volver a realizar un largometraje, con críticas muy diversas, con bastante más presupuestos pero con similares intenciones suicidas.
Y la verdad es que en Upstream Color tampoco se entiende nada. Al menos de forma concreta. Aunque probablemente no haga falta. Por un par de razones. En primer lugar porque ahora Carruth dirige con mimo y logra orquestar una película muy sensorial, muy hermosa en su ejecución, con un halo existencial que de alguna manera te llega, con un montaje y un uso de la música asombroso, rompedor, inquietante, pese a su rotundidad críptica. En segundo lugar porque en esos personajes perdidos, en las vidas que no reconocen, que no son capaces de mirar desde fuera, en su desidia, en como les consume la monotonía, en su dejarse llevar por una realidad que los supera, nos podemos reconocer, me puedo reconocer Así, sin acabar de entender lo concreto, entendemos el mensaje, o al menos yo me he sentido reflejado en un mensaje (en mi segundo visionado) que quizás sea mío, o quizás sea universal o quizás no sea nada. Porque en la abstracción está la interpretación y las experiencias sensoriales son para perderse en ellas, o bien por aburrimiento o bien por fascinación. Ésto último me ha ocurrido. Y dudo que sea la última vez que la vea. Nota:8

The kings of Summer, la aclamada inauguración del Festival Americana, es una comedia dramática amable sobre la adolescencia, la pasión con la que vivimos aquellos años de nuestras vidas que en la edad adulta tenemos tendencia a olvidar, nuestros primeros amores y nuestras primeras decepciones. Una historia iniciática bellamente fotografiada y narrada con la pasión que la edad que relata merece. Nos explica la historia de tres jóvenes que cansados de las limitaciones que les imponen sus padres deciden perderse en el bosque y construir su propia cabaña. Al principio la nueva libertad adquirida es un don que saben aprovechar, pero la irrupción del amor, con sus consiguientes rencillas, celos y deslealtades hará que todo se complique. La cinta no pretende ir mucho más allá en la dureza del asunto y se reconduce hacia lugares amables, de los que permiten terminar el visionado con una sonrisa en la boca. Nota: 7

Prince Avalanche es una cinta independiente muy chiquitita de David Gordon Green (el de Superfumados y otras lindezas) que es un remake de una cinta islandesa que desconozco titulada Either way y que parece que es algo superior a la americana. Es muy irregular pero me ha gustado bastante y se puede considerar una grata sorpresa. Dos hombres de distintas edades y objetivos en la vida trabajan aislados pintando las lineas de una carretera casi desierta que atraviesa un bosque que sufrió un terrible incendio. Los dos hombres hablan, filosofan, se odian y claro, van tejiendo un vínculo de amistad difícil pero definitivo. Nada es demasiado original ni sorprendente pero el buen rollo de la propuesta unido a algunos puntos álgidos, como el momento en que se explica lo que es la paternidad o la aparición de una mujer fantasma, convierten a Prince Avalanche en una curiosidad muy indie y muy disfrutable. Nota:6,5

Los inocentes es una película realizada por los estudiantes de la ESCAC a modo de práctica pero que ha tenido estreno en festivales como el de Sitges o el Atlántida que nos ocupa. Se trata de una película realizada por trece directores y que pretende ser un homenaje al slasher americano ochentero. El referente más claro, al que en ciertas ocasiones literalmente se plagia es Viernes 13, pero los amantes de estas películas encontrarán otras muchas referencias. Lo que ya es una forma de distraerse. Lo que más chirría de la película son algunas interpretaciones realmente muy malas que te sacan un poco del meollo del film. Hay otras que no están mal. La ambientación está conseguida. Y pese a dos escenas originales (la del orgasmo cerebral es la ostia) nos da lo que suelen dar estas pelis. Algún susto, una trama risible pero distraída, dosis de imaginación (aunque imaginaciones que tuvieron otros) en las muertes, bastantes sangre y algunas tetas (como buen homenaje al cine de los ochenta de terror). Una cinta tan prescindible como divertida. Ayuda su corta duración. Nota: 6

La última cinta del polémico y excesivo cineasta japonés Sion Sono, Why Don't You Play in Hell pretende ser una de las películas más desfasadas que uno haya visto en mucho tiempo (lo que ya es un intento habitual en tan extremo director). Empieza como una comedia salvaje y estúpida, de estas niponas con jóvenes agresivos, medio locos y llenos de violencia y pajas mentales con la que me cuesta mucho conectar. Y las historia entrecruzadas se repiten y se suceden y el humor de trazo grueso no cesa y yo me aburro cada vez más y su excesiva duración me empieza a pesar como una losa. Y así hasta la media hora final en que Sono saca su artillería de sangre y locura y cinefilia y cinefagia y me divierte, pero ya es demasiado tarde y algo previsible y relativamente dejà vú pese la contundencia. Sigo sin ser fan de Sono. Y cada vez lo veo más difícil. Nota: 5,5