jueves, 31 de enero de 2013

Mini Críticas estrenos de la semana

Pues bien, una semana más los estrenos apetecibles y que miran a los Oscar han sido varios y he vuelto a ver un número importante (4 de las estrenadas el pasado viernes), así que vamos a hacer un pequeño comentario de todas ellas de la que más a la que menos me ha gustado.

Con Bestias del sur salvaje traía los deberes hechos, ya que la vi en el Festival de Sitges de esta edición hace unos meses. En aquel momento dije lo siguiente "Se trata de una cinta independiente americana muy especial y que levantó opiniones muy contrapuestas. La cinta nos habla de una zona arrasada por las inundaciones en un lugar pobre de EEUU (el lugar es inventado, pero la metáfora es obvia) desde la mirada de una niña. Uno de los puntos más fascinantes de la película es esa mirada inocente a un mundo muy salvaje, muy pobre, que a parte de esa inocencia la carga de una estética muy onírica, muy difusa, muy vaporosa que la diferencia del resto de propuestas sobre estas situaciones. La película nos habla de la libertad, de los sentimientos primitivos, básicos, de la parte netamente animal que poseemos en nuestra esencia y nos muestra una relación padre-hija de amor sin afecto que tiene un par de momentos en los que es muy difícil no emocionarse. Una joyita, muy pequeña, muy especial, que quizás, aún dará mucho de que hablar este año cuando lleguen las entregas de premios". No me diréis que no os doy avances exclusivos... La película sin duda ha dado de que hablar en tema premios, ¿no?


Proyecto Nim es un multipremiado documental dirigido por James Marsh, autor de aquella joyita oscarizada titulada Man on wire. La historia nos habla de como el chimpancé Nim del título es usado para experimentar si un animal puede aprender a expresarse con los humanos mediante el  lenguaje de signos. Así que se lo quitan a su madre de sus brazos, se lo dan a una familia humana y lo intentan criar como a un hijo más. Como podréis imaginar ir contra natura no es bueno y solo se le puede ocurrir a una especie tan estúpida como la humana. La cosa saldrá muy mal y la película nos mostrará el drama del animal al tiempo que nos hace reflexionar sobre el hecho de querer controlar incluso lo incontrolable, sobre el uso que los humanos hacemos de los animales y en última instancia, sobre la lamentable forma de engañarnos a nosotros mismos, con tal de llenar según que vacíos afectivos. Todo ello en consonancia con mostrar la cutrez de unas investigaciones en una época en que todo valía, los 70. La película, pese a algún bajón importante de ritmo en su tramo central, es más que interesante y consigue indignarnos y emocionarnos con las desventuras de Nim. Un animal, sí, pero al que jodimos la existencia nosotros, no su condición de animal.


Mucho menos interesante, aunque distraída si la vemos sin demasiado juicio analítico, es El lado bueno de las cosas. El otrora prometedor David O. Russell demuestra que ya no es un enfant terrible, sino un director absolutamente engullido por la filosofía Hollywood, aunque tanto él como su industria se esfuercen en colarnos que lo suyo es distinto. Permitidme que os diga que poco. El lado bueno de las cosas es diferente por un par de momentos hilarantes que se salen de la norma, cierto, pero en el fondo es la comedia romántica de toda la vida, previsible y más de lo mismo. La presunta profundidad debido al tema de la enfermedad del protagonista (que es bipolar) se deja pronto de lado, sin profundizar en ella, incluso banalizándola para ir a lo que realmente le interesa a la película. Una historia de amor algo freak de unos personajes a los que rodean unos secundarios aún más freaks. El resultado como digo es divertido si uno se limita a ver una comedia romántica de consumo y buenas interpretaciones (en especial de la sorprendentemente sexy Jennifer Lawrence) pero poco más. La aureola de película superior, sinceramente, la encuentro injustificada. Y sus nominaciones a los Oscar, me indignarían sino fuese porque yo me tomo a los Oscar como un circo para  divertirme y si puede ser (y casi siempre se puede) rajar.




La última cinta de la semana es aún más triste. Se trata de El vuelo, de aquel director llamado Robert Zemeckis que tanto nos hizo disfrutar de títulos como Regreso al futuro pero que en el fondo ya hace años que flirtea con la más absoluta basura (como ya hizo en aquella estupidez que tantos amáis titulada Forrest Gump).
El vuelo tiene un par de cosas buenas. La escena del accidente aéreo, muy bien rodada y la genial interpretación de Denzel Washington, sin fisuras. El resto es un film sobre el alcoholismo y sus derivadas que en muchos casos está cercano al telefilm (con toda la carga peyorativa que se le puede dar a la palabra telefilm) y en otros a una película potable de conflictos con uno mismo y que se mueve en una linea de personaje moralmente reprobable que parece lo mejor del film. Y digo parece porque el final, patético, vergonzoso, del que se avergonzaría el Spielberg más manipulador y sentimentalista da un giro moral a la historia que no solo cuesta de creer sino que rompe todo el tono de la película hasta entonces. Tres escenas finales, la primera muy discutible, y la segunda y la tercera terribles hacen que uno termine de ver la película con un sabor de boca agrio, ofendido por el hecho de que Hollywood nos pueda tomar por tan gilipollas.

Para terminar el post de hoy, mi top-5 de estrenos de este enero del 2013, del que yo mismo me hubiese sorprendido antes de empezar el año si me lo hubiesen filtrado. Pero es el que es:



 










 1- La noche más oscura




 










 2- Bestias del sur salvaje




 










 3- Django desencadenado




 










 4- Tabú




 










 5- Proyecto NIm

Ya sabéis que mis opiniones son mías y de nadie más. Cualquiera que quiera ofrecer otro punto de vista de cualquiera de las películas citadas será bienvenido, escuchado y respetado. Mañana más estrenos en nuesta cartelera.

miércoles, 23 de enero de 2013

Mi película de la semana: Django desencadenado y resto de estrenos

Pues una semana más uno de mis directores top-10 estrena peli (y van tres seguidas y supongo que ahora habrá un largo descanso). Además de Django desencadenado, ésta semana también se ha estrenado la última de Spielberg y máxima nominada a los Oscar de este año: Lincoln, una joyita portuguesa que estuvo en varias listas de lo mejor del año pasado, entre ellas la lista de Cahiers du Cinema, titulada Tabú y una cinta coreana nada despreciable, Nameless Gangster. Como las he podido ver las cuatro, era obvio que esta semana tocaba esta sección. Al ser tantas pelis no me extenderé demasiado con la de Tarantino, mi película de la semana, como en otras ocasiones, pero a cambio os enlazaré un montón de amigos y compañeros que han dedicado posts a las películas que voy a comentar, por si os apetece mirar otras opiniones o en el caso de Django desencadenado, debido al gran número de reseñas realizadas, por si queréis hacer una tesis doctoral sobre ella...

Mi película de la semana: Django desencadenado

Tras rehacer a su manera el cine negro, el de gángsters, el blaxplotation, el de artes marciales, el de persecuciones de coches y el bélico, en esta ocasión, el único e irrepetible, para bien o para mal y guste o no, Quentin Tarantino, se anima a homenajear, plagiar y en última instancia reinventar, uno de sus géneros favoritos, el spaguetti western. En realidad Tarantino cita a Django del año 1966 como su gran referencia para hacer ésta película (o quizás solo la aluda como su favorita, ya que en realidad ya copió la escena del corte de oreja para su ópera prima), sin embargo, argumentalmente poco toma de ella, más allá de su intención de tratar el tema del racismo, en el caso de aquella con los mejicanos, aquí con los negros. Luego toma el tema inicial que comparten ambas películas y un cameo del protagonista de aquélla, Franco Nero. Y ya está. Porque de donde Tarantino copia es de todo el género western. Tanto del spaguetti western como del clásico americano. Del primero el trazo grueso, cierta caricatura, movimientos de cámara nada sutiles y ese tono hiperbólico y desmesurado muy lejano a ningún realismo. Del segundo ciertas relaciones humanas, ciertos espacios naturales grandilocuentes, cabalgadas y personajes que se buscan a sí mismos. Pero en realidad, como siempre, Quentin Tarantino toma todo ésto para mezclarlo con su propio universo, con su propia concepción del cine. En esta ocasión no se dedica tanto a sus diálogos marca de la casa (el del Ku Klux Klan y los agujeros en las capuchas es sensacional) sino, como ya hacía en Malditos Bastardos,  a esas escenas que se convierten en pequeñas películas en sí mismas y que alarga y alarga con ingenio hasta que resuelve de repente de la manera más bizarra que se le antoja.

Porque Tarantino a su manera, macarra, gore, referencial, hiperbólica, pretende hacer con sus películas la justicia que sus propios personajes llevan a cabo. Si en su anterior film reinventaba la historia para vengarse de los nazis y del propio Hitler, en este caso lo hace de los blancos que comercian con negros esclavos, dos años antes de la guerra civil americana. Y Tarantino, para vengarse, para reescribir la historia, para dejar constancia por defecto de lo que en realidad ocurría, monta una ficción larga, brillantemente interpretada por todo su reparto (en especial Christoph Walz y un Samuel L. Jackson que ha de verse en versión original) con algunos momentos hilarantes, otros muy sangrientos, otros surrealistas, otros humanos, otros muy caricaturescos y que él sabe llevar a buen puerto debido a su brutal y especial dominio de la dirección y a su desmesurado sentido del espectáculo.

Creo que la película de Tarantino está lejos de lo que para mí son sus tres mejores obras (Reservoir dogs, Pulp Fiction, Kill Bill) pero también confirmo que hasta ahora, este hombre nunca ha merecido por mi parte una nota menor a notable alto y siempre me ha hecho sino vibrar, al menos divertirme horrores en una sala de cine.
Se ha extendido la opinión de que a la película le sobra metraje. Yo no estoy de acuerdo. Quizás le faltan momentos de genialidad absoluta como en algunos de sus films, pero en mi opinión es hasta regular y además, esa hinchazón de las escenas, como decía arriba, es parte de su intención estilística desde su anterior película. Tarantino gusta a muchos, tiene fans incondicionales y varios que no pueden ni verle, ni con su cine, pero levanta expectativas como pocos en algunos y en la mayoría de los casos, las cumple. Tarantino es de los mejores directores americanos del momento. Django desencadenado no es su mejor película, pero merece mucho la pena.

Otros blogs o webs que han hablado estos días de Django Desencadenado (si olvido a a alguno o alguien quiere que lo incluya, disculpad y por favor dejad constancia en los comentarios y os añado):



Otras películas que he visto

Lincoln, la película más nominada en la edición de los Oscar de este año, es el último film del veterano Steven Spielberg. No es un biopic sobre el presidente Lincoln, sino una pequeña muestra de una negociación política para aprobar o no una enmienda fundamental para el futuro del país. La guerra civil está dando sus últimos coletazos y Lincoln pretende aprobar una enmienda para abolir la esclavitud. Pero negociando llega el momento en que tiene la oportunidad de poner fin a la guerra, lo que iría en contra de la enmienda en que lleva trabajando tanto tiempo. Como veis el argumento es apasionante y la película muy interesante. El problema principal es que su densidad la hace de difícil digestión. Demasiado diálogo político y mucha frialdad hacen que el film se haga largo e incluso aburrido. Spielberg quiere dotar a su película de una seriedad y trascendencia tan ejemplar que olvida dotarla de cierto ritmo, de cierto espectáculo. Yo que soy bastante crítico con los excesos sentimentalistas de Spielberg, en el caso de Lincoln, son en esas escenas íntimas del presidente, en sus dudas, en sus momentos familiares, donde la película me gusta más, quizás porque solo ahí me resulta humana. El resto me interesa pero me deja muy frío.
Los actores, encabezados por un Daniel Day-Lewis muy comedido están realmente bien y en los aspectos técnicos la película es de una perfección ejemplar, aunque la banda sonora se me antoje muy ñoña.
Lincoln es cine sobre las entrañas de la política, tan interesante como densa en exceso, tan bien realizada que olvida tener alma.

Han hablado de ella:



Tabú es una pequeña cinta dirigida por Miguel Gomes, reivindicada con pasión por ciertos sectores cinéfilos y que sin duda merece mucho la pena. Es una historia pequeña, de personajes muy concretos que termina por mutar a universal. Se trata de una historia de amor en dos actos (más un prólogo cargado de encanto) del que el primero ocurre en la actualidad y es el menos apasionante y el segundo ocurre en un pasado cercano en una África vaporosa, atemporal, más cercana a cierta idealización cinematográfica de referentes clásicos que a una concepción real de un paisaje. Esta historia de amor, tan pequeña como universal, ese lugar de ensueño, esa espléndida fotografía en blanco y negro que tanto luce en esta segunda mitad, hacen que Tabú emerja y se convierta en una pequeña y hermosa pieza de cine atípico con un grado de fascinación muy elevado. El Oliveira de la primera mitad se da la mano con el Murnau o el Houston de la segunda y el resultado es tan curioso y tan único como estimulante. Mucho para los tiempos que corren.

Ha hablado de ella:



Finalmente en el festival de Sitges de este año pude ver la cinta coreana Nameless Gansters, una cinta muy apreciable que no terminó de entusiasmarme. Escribí lo siguiente: 
"Nameless Gangster: Rules of the time. Situando la acción en dos momentos, a principios de los noventa y durante los ochenta, la película nos narra el típico ascenso de una persona humilde a las altas instancias de la mafia y sus implicaciones políticas y sus embrollos con distintos organismos gubernamentales, antes de su inevitable caída en la degradación y la violencia. Rodada con mucha elegancia, con un par de escenas sublimes, muy bien interpretada por Choi Min-sik y Ha Jung-woo, la película se ve con interés pero en su contra hay dos claros factores, que va claramente de más a menos y que produce una brutal sensación de historia ya vista, ya explicada otras veces, un déjà vu del que es difícil librarse y que termina, junto al bajón aludido, por despertar una cierta indiferencia en el espectador. Es recomendable, sin duda, pero en mi modesta opinión está lejos de la brillantez que algunos pregonan"

Ha hablado de ella:



Resto de estrenos de la semana

Pues solo dos, la cinta de animación española El corazón del roble, nominada a esta edición de los Goya y que en principio no parece tener muy buena crítica (siendo generosos) y la cinta italiana Moscati: el médico de los pobres, un drama biográfico religioso del que tengo muy poca información. Si alguien ha visto alguna de las dos agradecería su opinión.

miércoles, 16 de enero de 2013

Crítica de Amour de Michael Haneke

Hoy, a diferencia de lo que suelo hacer, voy a desvelar muchos SPOILERS de la película que pretendo comentar, Amour de Michael Haneke, así que si no la has visto, casi que te recomiendo (si piensas verla) dejar esta lectura para otra ocasión. Advertido ésto, vamos allá:

Hay una secuencia, a mitad de la película de Haneke, en que su protagonista, Jean-Louis Trintignant, que antes nos había informado de que alguien había intentado forzar la cerradura de su domicilio, oye el timbre de su puerta. Pregunta  quien es, pero nadie contesta. Así que abre la puerta y se aventura al exterior. El terror nos invade. Los pasillos se vuelven opresores, inquietantes, la tensión se puede cortar en el ambiente. Nos falta el aire. La secuencia lamentablemente será tan solo un sueño de su protagonista, pero me servirá para recordar cual es el cine que más me gusta del director austríaco. El que nos habla del miedo al mal, sea abstracto como en La cinta blanca o Caché o concreto como en Funny Games o El video de Benny. La secuencia, un poco a medio camino entre ambas, terror concreto y abstracto, me aterroriza.

Hay otras cosas que me gustan de Amour, la última película de unos de mis directores favoritos. Todo el retrato psicológico de personajes en una situación dura, que les desborda, es mucho más que interesante. La forma de ocultar la enfermedad de la mujer, por orgullo, por no querer sentirse una vergüenza conmueve. También son geniales algunas de las secuencias que quieren profundizar en la psicología del marido (ese cerrar con llave para ocultar a la enferma, esa bofetada y posterior mirada estremecedora) e incluso podríamos destacar como buenas algunas secuencias como la visita del músico. Todo ello me remite a otras cintas de Haneke de indagación y profundización en mentes que padecen una presión extrema como hizo en la genial La pianista.

Me gustan también, son lo mejor de la película, las interpretaciones geniales de sus protagonistas. Emmanuelle Riva esá sensacional, pero es que Jean-Louis Trintignant me parece sublime. La dirección está realmente bien. No solo Haneke sabe rodar espacios claustrofóbicos con maestría sino que además coge una distancia con la narración necesaria para no caer en el ridículo de un melodrama de segunda. Porque la película no está lejos de serlo y en manos de otro director sin el talento de Haneke, sin duda hubiese caído del lado del desastre.

Porque hay cosas de la película de Haneke que no me gustan nada. Algunos dirán que su narración es realista y para nada sensacionalista. Mentira. Es sensacionalista desde su título, desde esa elección por mostrar ciertas escenas de deterioro (la de la ducha es vergonzosa) y omitir cualquier atisbo de luminosidad. Es sensacionalista y poco valiente al poner ese final, bonito sí, pero totalmente falso con lo que terminamos de ver. ¿No quieres llevarnos a la más absoluta depresión Haneke? Pues sé consecuente y no pongas ese pegote de final poético y feliz que además incluso católicamente puede ser absurdo, ya que son almas condenadas al infierno, ¿no?

No me gusta el personaje de Isabelle Huppert, que parece deambular en un papel sin sentido, de convidado de piedra, que no aporta nada a la narración y que demuestra que Haneke no sabe como llenar los espacios de lo que realmente pretende contar, ese deterioro físico de la protagonista para zarandearnos en nuestra butaca estremecidos. Con una enfermedad terminal es fácil estremecer, señor Haneke. No me gusta la absurda paloma, metáfora obvia de esperanzas o almas o necesidades de amor que me parece poco cuidada, poco profunda y demasiado larga en su ejecución. No me gusta la escena en que despide a la criada, llena de trazo grueso y sensacionalismo barato. Haneke declaraba estos días su desprecio por las falsas comedias románticas americanas cursis. Supongo que esas que dicen "te quiero más que a mi vida y sin ti muero de tristeza". De acuerdo señor Haneke. Yo también odio estos films. Pero le digo una cosa, decir "deseo que cuando seas mayor y no puedas defenderte alguien te trate igual que tú has tratado a mi mujer" es igual de tendenciosa y vergonzosa que la frase cursi. No por estar en el extremo opuesto y cambiar la estupidez optimista por el dolor vamos a tragar con ella.

Amour es una película difícil de valorar objetivamente. Es tan grande el estado de conmoción que logra producirte en algunos momentos que uno puede no ser capaz de valorar sus métodos. Y éstos son demasiado manipuladores, poco sutiles, demasiado autocomplacientes. Haneke ha querido con Amour hacer la gran película del dolor, de la enfermedad, del sacrificio y del amor. O de un amor en cierta etapa y condiciones de nuestras vidas. Son obvios ciertos méritos y ciertos logros. No voy a dejar pasar ciertas mentiras y desajustes ocultas sabiamente en un todo del que es difícil salir ileso. Yo prefiero el otro cine de Haneke. Éste me parece demasiado obvio. Sin embargo es difícil salvarse de cierta persecución de algunos de los momentos de la película a las horas, los días de finalizar la proyección. De alguna manera te marca. De alguna manera te persigue. De alguna manera pese a todos esos defectos que le alejan muy mucho de la obra maestra va ganando ciertos enteros con la reflexión. Yo le he puesto un 7 en filmaffinity (después de mi 6 inicial tras terminar la proyección). En definitiva apreciable, pero a mi parecer lejana a la genialidad de ciertas cintas del director austríaco.

domingo, 13 de enero de 2013

Ranking directores: Michael Haneke

Retomo esta pequeña sección a la que hace tiempo dediqué dos posts para ordenar según mis preferencias las cintas de la filmografía de Haneke de más a menos. Con Amour, que he visto hoy y contando El castillo, pese a que creo que fue dirigida para la televisión, los largometrajes de Haneke ascienden a la docena. Mientras me pienso como explicarme con respecto a Amour, paso a hacer este ranking, sin más explicación que los carteles.

1- Funny Games (1997)



2- Caché (2005)



3- La cinta blanca (2009)



4- La pianista (2001)



5- El tiempo del lobo (2003)



6- El video de Benny (1992)



7- Código desconocido (2000)




8- Amour (2012)



9- El séptimo continente (1989)



10- El castilllo (1997)



11- 71 fragmentos de una cronología del azar (1994)



12- Funny Games (2007)


Si sois de los que habéis visto la filmografía de Haneke completa, espero vuestras listas. Y si la habéis visto parcialmente, pues podéis ordenar lo visto, tanto para coincidir como para disentir conmigo. A media semana hablaré de Amour.

miércoles, 9 de enero de 2013

Mi película de la semana: The master y el resto de estrenos

Empezamos con esta sección para nostálgicos, que si bien no volverá a su frecuencia semanal (sería una incongruencia hacerlo justo en un año en que tengo previsto por causas varias disminuir mi actividad en el blog) si que seguramente tendrá más frecuencia que la casi testimonial del pasado año. Ya se sabe que todo, tras un exceso casi desaparece, para  volver después a su cauce.
Estas primeras semanas también favorecen a ver estrenos, ya que hay varios en los que tenemos puestos muchas expectativas. Pues nada más. Eliminamos las estrellitas del lateral de estrenos del año pasado. Empezamos a colocar las de este 2013 y empezamos.

Mi película de la semana: The Master

Ya sabéis los habituales del blog que Paul Thomas Anderson es de mis directores favoritos y entró en el top-10 de mis 60 directores favoritos en activo que realicé hace muy poquito. Así pues era normal que para mí The Master fuese el estreno más esperado de esta semana.

Paul Thomas Anderson es un joven director americano de poco más de cuarenta años que con pocas películas en su haber se ha convertido en una de las grandes esperanzas cinéfilas del cine americano. The Master es tan solo su sexto largometraje. Desde su ópera prima, la solvente Sidney hasta la, como justificaré, fallida The Master, cuatro títulos han servido para encumbrarlo. La muy buena Boogie nights sobre el ascenso y caída de una estrella del porno, la obra maestra Magnolia, convertida en la película de historias cruzadas moderna por antonomasia, la original y profunda comedia (sin dejar de ser divertida) Punch-drunk Love y su penúltima película, Pozos de ambición, de brillantez formal pero que empezaba a sufrir alguno de los síntomas negativos que se han manifestado en su última película de forma más contundente.

The Master lo tenía todo para ser una obra maestra. Primero su historia sobre los orígenes de la cienciología podía haber dado mucho de sí. Además, un dúo de actores que se encuentran entre lo mejor del cine americano y la brillantez de su director hacían presagiar lo mejor. Pero la película me parece el peor trabajo de Paul Thomas Anderson hasta la fecha.
Su estética es impecable y el director americano demuestra que sabe dotar a la película de una clasicista brillantez formal al alcance de pocos. Su inicio, sin ser sublime, si me parece muy esperanzador. Su fotografía es espléndida, al igual que su banda sonora. Philip Seymor Hoffman está genial. Joaquim Phoenix a veces está sublime y otras algo sobreactuado. Pero antes de medio metraje, la cinta empieza a perderse y a desinteresar a una gran mayoría de espectadores, desconcertados una vez el film ha terminado. Y desconcertados porque tienen la sensación de haber perdido algo por el camino. De no haber terminado de entender que es lo que Anderson quiso explicarnos.

Ahí radica el problema de la película. Paul Thomas Anderson, en su afán de modernidad a toda costa, decide desestructurar el guión, romperlo por dentro y ofrecer al espectador solo retazos de la historia que está contando. Algunos excesivamente repetitivos, otros pasados muy por encima, haciendo incluso hincapié en pasajes que nada aportan a la historia. El riesgo tomado es demasiado grande en comparación a los resultados logrados. Porque los resultados son una historia sin coherencia, que quizás algunos nos venderán que debemos reconstruir como espectadores. Y quizás sí debemos hacerlo, pero mientas se visiona, la película termina por causar indiferencia e incluso cierto aburrimiento a un espectador ansioso de que Anderson remate la gran historia que tiene entre manos. Y no lo hace.

Finalmente no es una película que nos aclare demasiado los orígenes de la cienciología. No es una película sobre dos personajes perdidos, solos, ajenos al mundo que les ha tocado vivir que en el fondo se necesitan. O sí lo es, pero porque nosotros queremos que lo sea, no porque Anderson parezca tener demasiado interés en explicárnoslo. No es una película sobre los años 50 americanos. No es una película sobre los delirios de grandeza ni sobre las necesidad de tener un líder. O sí que lo es, pero mucho menos de lo que debió serlo. Así pues todo lo es solo en parte. Incluso brillante. Porque The Master se desestructura en su historia, se desintegra y termina por ser una película de retazos, algunos brillantes, otros innecesarios, algunos coherentes a la historia, otros totalmente prescindibles. La sensación, una ocasión perdida de haber logrado quizás la película más importante del siglo que llevamos. La decepción es tan grande que incluso cuesta reconocerla, como hemos visto en varias opiniones que parecen temerosas de inclinarse de un lado u otro de la balanza. Pudo ser genial. Es solo brillante a veces pero fallida en su conjunto. Anderson paga caro su afán de ser distinto a cualquier precio. Incluso la escena rompedora musical cargada de encanto en Magnolia se muta aquí en una escena onírica de desnudos femeninos bastante vergonzosa. La historia siempre debe acompañar para que los excesos se integren y sean tolerados. Y aquí no lo hace. Pero Anderson volverá a ofrecernos algo sublime. Estoy casi seguro.


Otras películas que he visto

 La noche más oscura es la nueva película de la directora Kathryn Bigelow tras arrasar en la edición de los Oscar del 2009 con su anterior film En tierra hostil. Puede que repita este año. Si su anterior película era realmente notable, La noche más oscura es sin duda un peliculón. Relata la obsesión de una mujer de la CIA, interpretada con mucha solvencia por la bella Jessica Chastain, por capturar a Bin Laden desde el atentado de las Torres Gemelas hasta su caza definitiva. Tema tan polémico podría haber sido tratado con ese tufo patriótico tan habitual en el cine estadounidense. Ni por asomo. Es obviamente una película subjetiva, siempre contada desde el lado de los americanos, pero que no emite en ningún caso juicios de valor. No sé que tanto por ciento habrá de cierto en esas supuestas filtraciones de agentes de la CIA en las que se basa, pero el esultado resulta de lo más creíble. Al contrario de lo contado con The Master, uno de los fuerte de La noche más oscura es su preciso y transparente guión que de entrada, nos sirve para entender a la perfección la historia que se nos explica. Súmale un reparto excelente, lleno de personajes secundarios interpretados por actores de enorme categoría y sobretodo una dirección magistral, en la que se alternan escenas intimistas con otras de acción rodadas con estiloso verismo, en la que siempre parecen haber las tomas y las escenas necesarias, sin que sobre ni falte nada. Una dirección cargada de tensión, de ritmo, de verdad, de fuerza, de personalidad. Y un gran plano final. No sé si alguna de las nominadas de este año me gustará más que La noche más oscura. Puede. Pero si alguna la supera deberá ser muy buena.

El hombre de las sombras la vi en la pasada edición del Festival de Sitges. Recuerdo que puede servir para pasar el rato si uno se deja llevar y no piensa en profundidad en lo que está viendo. Sin embargo, la película no superará un juicio algo crítico ya que por un lado la historia termina por hacer aguas, por hacerse hasta previsible y además emite unas moralinas realmente ofensivas.
Tras verla en el festival hice esta breve crítica " la tercera película (primera en EEUU) de Pascal Laugier (director de la muy sobrevalorada Martyrs),es una especie de drama en formato thriller sobre un presunto hombre del saco que se lleva niños en un pueblo de mala muerte. La película se ve sin que aburra, pero su historia es bastante inverosímil y sus intentos de trascendencia, lo peor, muy insultantes. Demasiado discursiva, demasiado seria, demasiado cargada de ínfulas y moralinas, con una voz en off muy irritante e incluso algún momento vergonzoso, la película demuestra lo que algunos llevamos un tiempo defendiendo, la profunda mediocridad de un director hinchado solo por el hecho de presentar una película escandalosa y falta de talento que llamó la atención".


Resto de estrenos de la semana

Completan los estrenos de esta primera semana de 2013 tres películas más.
Despedida de soltera, una peligrosa comedia romántica sobre bodas que tanto crítica como público puntúan con mediocridad.
Cirque du soleil: Mundos lejanos, un documental en 3D producido por James Cameron que supongo puede servir a aquellos que desean ver de cerca al famoso circo y no pueden o no quieren permitirse el lujo de comprar una de sus abusivas entradas,.
Así somos (People like us) un drama americano pequeño e intimista sobre familias afectadas por el alcoholismo que quizás pueda tener su público, pero que en cualquier caso parece ser un film menor. En todos los aspectos.


La semana que viene otro de los grandes estrenos de este inicio de año con Amour de Michael Haneke. Otro de mis directores top-10. No sé aún en que formato pero seguro hablaré de ella.