lunes, 7 de diciembre de 2009

CRÍTICAS 2009





EL SECRETO DE SUS OJOS de JUAN JOSÉ CAMPANELLA

El director argentino Juan José Campanella dio en el año 2001 su bombazo particular con El hijo de la novia, una película que flirteaba con la excesiva sensiblería, pero muy bien llevada y con fantásticas actuaciones que lo llevó a unas grandes cifras de taquilla en España donde el cine argentino y en general el de toda hispanoamérica, no suele tener demasiados éxitos de masas.
Años después Campanella volvería a estrenar Luna de Avellaneda, pero en esta ocasión la cursilería se le acababa de escapar de las manos y su película resultaba risible y por momentos provocaba la verguenza ajena. Así pues, el estreno de su nueva película El secreto de sus ojos, me despertaba más miedo que interés, pero las buenas críticas cosechadas en el Festival de Cine de San Sebastián, donde sin embargo acabó sin ningún premio, me impulsaron a darle otra oportunidad al bueno de Campanella. Vista la película, sin duda fue un gran acierto. Campanella compone un thriller que se desarrolla en dos épocas, en el presente Benjamín Espósito un empleado del juzgado penal se jubila y decide dedicarse a escribir una novela construída sobre una investigación que llevó a cabo en 1974 y su relación con una ayudante que nunca fructificó en nada. A partir de entonces pasado y presente se funden en una espléndida película que nos habla tangencialmente de la convulsa Argentina de 1974 y sobretodo de sentimientos como el dolor ante la pérdida de un ser querido, la venganza, la amistad sin pretextos, la obsesión, la cobardía, el destino, el amor platónico, la imposibilidad de engañarse a uno mismo, etc... Muchos temas, tramas y subtramas que en algún momento se traban un poco, pero de las que el director sale airoso y que en esta ocasión salva de la cursilería, pese a que al final no se atreva a dar la contundencia que la historia requería. Destacar el buen reparto en el que sobresalen el secundario de Guillermo Francella, que tiene el mejor momento de la película en una conversación en un bar sobre las pasiones de las que un hombre no pude huir y el inconmensurable Ricardo Darín, un hombre con una atracción animal que hace de cada mínimo gesto un matiz y que sin duda demuestra una vez más que se encuentra ahora mismo entre los mejores actores del mundo.






LOS LÍMITES DEL CONTROL de JIM JARMUSH

Jim Jarmush es uno de los grandes directores del cine actual. Él fue uno de los directores americanos de cine independiente de los años 80 más influyente. Sus primeras películas Permanent Vacation, Stranger than paradise o Down by law fueron y son admiradas por su eficacia y sus pocos medios, así como por un estilo muy personal que nos muestra un cierto quietismo, una preferencia por los tiempos muertos, la conversación pausada, de temática artística y en muchos casos teñida de un humor surrealista. Jarmush, a diferencia de algun otro compañero de generación no ha cambiado su forma de hacer cine. Tras aquella trilogía inicial rodó dos películas episódicas como Mistery train y Noche en la tierra, para luego encadenar tres obras maestras contemporaneas como Dead Man, Ghost Dog y Flores Rotas.
Los límites del control es su noveno largometraje de ficción en casi 30 años(sin contar la recopilación de cortos que estrenó en formato de largometraje bajo el título Cofee & Cigarettes) y sin duda una de sus películas más difíciles de catalogar. Quizás Jarmush, tras su aproximación a un cine más comercial con Flores Rotas, ha querido volver un poco al cine de sus orígenes, o quizás él no piense en si una película le sale comercial o no, sino que simplemente la deja fluir. En Los límites del control se vuelve a rodear de algunos amigos(Bill Murray, Tilda Swinton,Youki Kudoh) y viaja por España, concretamente por Madrid, Sevilla y Almería acompañando a un hombre misterioso(Isaach De Bankolé) a lo largo de una misión de la que casi nada se nos explica más allá de sus encuentros surrealistas con una serie de personajes que le dan nuevas órdenes en mensajes encriptados dentro de cajas de ceriilas. La trama avanza de forma extraña, con acciones que se repiten, con visitas al museo Reina Sofía y la contemplación de sus cuadros y con una bella fotografía que nos muestra unas imágenes que se acercan al sueño, a la alucinación. Quizás toda la película sea una alucinación, o un thriller en que se nos muestra todo lo que no se muestra en los otros thrillers del mundo y no se nos muestra(brillante la elipsis que viene hacia el final) lo que otros thrillers se regodearían en mostrar. Quizás la película sea como la sábana blanca que observa el protagonista al final de la película expuesta en el museo, para algunos arte, para otros una gran tomadura de pelo. En cualquier caso, no creo que a Jarmush le importe demasiado tu opinión.





ÁGORA de ALEJANDRO AMENÁBAR

Sin una reflexión previa, podría extrañar que Alejandro Amenábar, junto con Almodóvar el más internacional de nuestros directores, hubiese elegido el género Peplum para su última película: Ágora; sin embargo si pensamos en sus anteriores películas nos daremos cuenta de que Ágora no es un cambio de dirección en la filmografía de Amenábar, sino que en realidad cada película suya pertenece a un género distinto. Tesis sería claramente un thriller, Abre los ojos, ciencia ficción, Los otros, género de terror puro y Mar adentro, drama. Así pues, nuestro Kubrick particular tocaría en esta ocasión un nuevo género y volvería, tras el paréntesis de Mar adentro al campo del fantástico.
Fui a ver Ágora sabiendo que su recepción en Cannes había sido como máximo tibia y que la crítica nacional la juzgaba con mediocridad. Creo que pese a que la última película de Amenábar es digna de ir a ver, adolece de algunos fallos que provocan esa fría acogida.
La película tiene muchos logros, a parte de la brillante y a estas alturas indiscutible buena mano de Amenábar en la dirección, unos geniales decorados más creíbles de lo habitual, unas buenas interpretaciones, una primera hora de gran interés histórico y el planteamiento de muchos temas con acierto como el sacrificio del individuo por el saber, o por la cultura o por no perder su identidad como persona, así como la cobardía intrínseca del ser humano, su violencia, su intransigencia. Donde quizás la película falla es en el exceso de tópicos al que nos tiene acostumbrados el cine americano, con algunos personajes muy cercanos al prototipo( aunque quizás viendo gente de la religión como Rouco Varela los tópicos y los personajes de una sola linea de pensamiento sean lo adecuado), en momentos de un romanticismo poco creíble, en toda la parte que muestra los descubrimientos astrológicos de la protagonista y que parecen sacados del libro gordo de Petete y sin duda en ese final cursi y risible que reinventa el destino de Hipatia. Pese a todo, hay momentos tan bien llevados que uno sale del cine con buen sabor de boca y con la sensación de que Amenábar se mueve mejor en lo intimista que en lo grandilocuente. Esperaremos con esperanza que el enorme talento de Amenábar nos vuelva a regalar en el futuro alguna obra maestra para la que él está capacitado y no películas como ésta, simplemente correctas.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Festival de Sitges 2009

























La edición del festival de Sitges del 2009 celebrada entre el 1 y el 12 de octubre, puede considerarse la mejor edición que ha visto el festival estos últimos años. El estilo impuesto por el director del festival Ángel Sala, defendido con entregada pasión ha dado carácter a un festival que ahora se mueve por dos interesantes campos, el campo del fantástico y del terror que  lleva como bandera y que no hay que olvidar que peligró hace pocos años y en otro campo mucho más experimental, como marco de obras muy arriesgadas, en muchos casos incluso vapuleadas en ciertos festivales de renombre, que Sitges muestra con el orgullo del que da una oportunidad a un espectador inteligente o ávido de descubrir nuevos lenguajes cinematográficos.
Como en todo festival, la irregualridad suele ser la tónica de sus películas, pero debido a la cantidad de películas interesantes que se han podido ver este año, vamos a hablar en primer lugar y más extensamente de lo que vale la pena ver, para acabar casi tan solo citando aquello de lo que es mejor huir.


JOYITAS


Mr. Nobody fue sin duda una de las grandes películas del festival. Fascinante película que nos plantea, a partir del momento en que el protagonista debe decidirse en un andén, si se queda con su padre o con su madre, que van a separarse, las diversas ramificaciones de que puede constar una vida, las diferentes opciones que se nos plantaean, las muy diversas vidas a que nos pueden llevar nuestras decisiones. Historia de gran belleza formal, futurista, ultraromántica, filosófica, excesiva e inabarcable, está destinada a convertirse en película de culto desde ya. Nymph, del director tailandés Pen-Ek Ratanaruang, es una película con muy poco argumento y que produce grandes dosis de fascinación. Un bosque(como el cine tailandés de autor nos tiene acostumbrados últimamente) es uno de los protagonistas, se le unen una bellísima actriz, una cámara vasculante e hipnótica y una extraña historia sobre un hombre y una ninfa o sobre la unión de un hombre a la naturaleza y a la lucidez. Delicada, sensual, eterea y no apta para todos los paladares. Como tampoco es apta para no cinéfilos la espléndida Kinatay del nuevo valor del cine filipino Brillante Mendoza, ganador con esta película del premio al mejor director en Sitges y anteriormente en Cannes. La película trata de un descenso en tiempo real a los infiernos de la corrupción y la perversión. Con largos planos cámara en mano, oscuros, interminables, la película es un ejemplo de la radicalidad con que el nuevo cine filipino invade festivales con su cine de pocos medios y grandes verdades. Como decía el programa de Sitges, caviar para cinéfilos. A cierta distancia de estas tres películas, pero todavía a un gran nivel, se pudo ver Ne te retourne pas, una extraña película de suplantación de personalidad y de traumas del pasado no resueltos que inquieta por momentos gracias a la espléndida dirección lynchniana de Marina de Vant y de la actuación impecable de Monica Belluci y Sophie Marceau. Aunque sin duda son dos películas irregulares, Thirst y Enter the Void las últimas películas de dos directores muy mimados por el festival como Park Chan-wook y Gaspar Noé, tienen momentos de cine espectacular. Park Chan Wook se lanza al fantástico con una historia atípica de vampiros de guión anárquico y bellas secuencias, que fascina por sus actuaciones, Kim Ok Bin ganó merecidamente el premio a la mejor actriz(ex-aquo con Elena Anaya), y por el enfrentamiento de las personalidades de los dos protagonistas tan espectacularmente retratado en esa escena final que ya es antología del cine de vampiros y del cine cine. Por su parte, Gaspar Noé, premio del jurado, levantó indignación a muchos y fascinación a unos pocos, entre los que me incluyo, con esta obra alucinógena, de gran inventiva visual, de bellos colores, con un retrato de la ciudad de Tokyo novedoso y fantasmagórico, pero que por el exceso de megalomanía de su autor se alarga de forma muy excesiva, con momentos que rozan la hilaridad. Yo creo que películas como ésta, claramente arriesgadas e irregulares hacen avanzar el cine y que sin duda Sitges está muy por encima de muchos de sus espectadores, que no supieron apreciar en ella ningún valor más allá del aburrimiento. Antes de terminar este apartado de joyitas, incluir en él un par de reposiciones, que no por obvias deben olvidarse. Fue un gran placer ver en pantalla grande el Alien de Ridley Scott, que conserva su actualidad, su fuerza, su fría belleza y te azota constantemente con la sensación de soledad y desamparo palpable que viven los tripulantes del Nostromo; así como todo un lujo ver esa obra maestra que es Mi vecino Totoro del gran director japonés Hayao Miyazaky, una obra tierna, sensible y minimalista sobre la fantasía infantil que, si la crítica se modernizase lo que es debido, debería entrar y de largo en las listas de las 100 mejores películas de la historia del cine que vemos tan a menudo y en las que estas películas no tienen cabida, no fuese que se nos restase intelectualidad.







BUENAS

 

En esta edición hubo muchas películas que sin ser obras maestras, son claramente recomendables por diversos motivos. Desde Hong Kong nos llegó Accident, una nueva vuelta de tuerca al cine de acción de este país. Una película extrema, cargada de inventiva visual, con una primera mitad arrolladora y una segunda parte algo más tópica. Un divertimento muy recomendable. Celda211 también es cine de género, en este caso carcelario y también es un gran entretenimiento pese a su dureza. Muy bien dirigida y brutalmente interpretada por Luis Tosar en el que quizás es su mejor papel hasta la fecha(y tenía muchos buenos), la película solo falla en algunos momentos que exige demasiada credibilidad por parte del espectador. Doogtooth es una película griega que venía precedida de mucha polémica y que se emparentaba con el cine de Haneke. Sin estar al nivel del maestro Haneke, la película, sobre una familia encerrada en una casa sin que el padre les permita el contacto con el mundo exterior, siendo irregular tiene momentos muy hilarantes, de un humor muy muy negro y otros momentos muy salvajes, aunque siempre tratados con una distancia que provocan una cierta mirada surrealista. También es muy destacable la nueva película del enfant terrible filipino Raya Martin. Independencia, aunque experimental, es quizás la más comercial de sus películas y está recargada de unas imágenes repetitivas y naïf y una espléndida música que la llenan de encanto. Lo que ocurre, la huída de una familia al bosque ante la represión por la invasión americana a principios de siglo, es lo de menos. Para mi fue una gran sorpresa la brillantez de Ip Man, una película de Hong Kong que mezcla artes marciales y cine histórico para mostrarnos las vivencias del maestro de artes marciales que entre otras cosas ha pasado a la historia por ser, posteriormente a lo narrado en la película, el maestro de Bruce Lee. Muy entretenida y de gran belleza tanto en los escenarios como en las coreografías, una película a descubrir. Mucho más oscura, aunque muy interesante la cinta nórdica de animación Metropia, una inquietante y paranoica fábula futurista cercana al cine negro y con una técnica de animación muy novedosa y creativa, aprovechando mucho la imaginación ante un corto presupuesto. Monn, la película que arrasó con los premios a la mejor película, mejor guión y mejor actor para Sam Rockwell, es la ópera prima de Duncan Jones que nos sirve una película de estética retro y acción minimalista de ciencia ficción sobre un hombre destinado a trabajar en solitario en la luna hasta que un accidente lo rodea de paranoia, crisis de identidad y quizás algunos otros miedos que él ni tan solo sospecha. Correcta. Splice, la nueva película de Vincenzo Natali, director de aquella maravilla titulada Cube, que años atrás visitó Sitges, es una película de ciencia ficción sobre los límites morales de los avances en genética. Irregular, nada original, pero muy bien dirigida y entretenida. Una sorpresa mayúscula es la cinta británica The Children, película sobre la maldad de los niños, tratada tantas otras veces en buenas películas, sorprende por una dirección muy eficiente que consigue inquietar de verdad. The Hole 3D del veterano Joe Dante, tan solo pretende distraer con este híbrido de película fantástica, de aventuras e incluso de terror juvenil, muy ochentera. Los objetivos de Dante quedan superados con creces, entretenimiento a raudales. Una de las sesiones golfas que había levantado más espectación era el pase de la película alemana The Human Centipede, ya que el argumento llamaba la atención por escatológico. A la hora de la verdad la película era fría, elegante, sugería más que mostraba y sin duda inquietaba más que provocaba. Vale la pena verla por varios motivos, pero sobretodo por la actuación de Dieter Laser. Ver para creer. De Kathryn Bigelow se mostró The Hurt Locker, película que sigue a un grupo de soldados artificieros y especialistas en desactivar bombas en la guerra de Irak. Es una buena película, con escenas de gran tensión y muy realistas que te mantienen pegado a la butaca. La cinta de animación Número 9, destacaría mucho por su cuidada estética, cercana a los universos burtonianos, aunque no tanto por su guión que pierde interés a medida que avanza el film. Pese a ello, se deja ver con agrado.También se pudo ver en Sitges, la nueva película de Terry Gilliam El imaginario del Dr. Parnassus, tristemente célebre por ser la cinta póstuma de Heath Ledger. La película desborda imaginación y fantasía y Gilliam, sin perder su estilo, consigue hacer una película menos compleja y más disfrutable de lo que nos tiene acostumbrados. Carriers,es una película dirigida en EEUU por los españoles hermanos Pastor. Es una road movie de bajo presupuesto y que sabe sacar partido de sus pocos medios, siendo tan interesante como previsible. En la clausura se pasó la triste, The Road, película apocalíptica en que un padre (Viggo Mortensen) y su hijo (Kodi Smit-McPhee), cruzan paisajes apocalípticos esplendidamente fotografiados por Javier Aguirresarobe, escondiendose de los salvajes que llenan los caminos, debatiéndose entre la humanidad y el instinto animal y buscando la costa, la esperanza, lejana y difusa. Una de las mejores clausuras de los últimos años presentada por un bello, simpático y amable Viggo Mortensen, que se metió al público en el bolsillo. Para terminar este apartado quisiera citar dos películas de animación infantiles rodadas en 2D, herederas de los mundos de Miyazaky y su Chihiro, pero con autonomía propia y llenas de magia, buenos sentimientos y talento. Sus títulos, Yona Yona Penguin y Oblivion Island.
















ACEPTABLES

A continuación, voy básicamente a citar varias películas no ofensivas, pero no lo suficientemente buenas como para recomendarlas. Un ejemplo claro es Rec 2,más de lo mismo pero con menos frescura, Orphan, tan distraída como prescindible, Cropsey, un documental que se vendía como revolucionario y era interesante sin más, The Loved Ones, comedia gore de madrugada más o menos divertida, Book of Blood, una adaptación de una obra de Clive Barker muy flojita, Vampire Girl vs Frankenstein Girl, ultragore nipón de bajo presupuesto con algunos buenos momentos y otros infumables. También un gore nipón con toques de western medio aceptable, medio insulsa fue Hard Revenge Mily. Un poco más de atención merece Ingrid, una película que se sirve del arte moderno que se puede localizar en la red, desde la brillante voz de la entonces semidesconocida Russian Red, pasando por nuevas tendencias de moda, pintura alternativa o performances, etc..., para construir a su alrededor la historia de un personaje, la Ingrid del título, que aparte de estar interpretada por una actriz mediocre, es un personaje de una simplicidad infantil ofensiva. Funciona el arte que la película incluye en su metraje, pero falla el arte cinematográfico en sí. Una auténtica lástima. Mediocre resulta también La Horde, agresivo fantástico francés que sigue la estela de la sensacional Frontieres, para quedarse en la suela de sus zapatos. Dead snow es una comedia gore de zombies nórdica de serie B pero con buenos efectos, que empieza aburriendo y termina con una fiesta para todo amante del gore sin pretensiones. También divertida, si uno tiene ganas de divertirse, es la inglesa Lesbian Vampire Killers, sin pretensiones y lo suficientemente corta como para no cansar. Macabre, una película de terror a la estela de la matanza de Texas procedente de Tailandia tenía sus momentos, con una atmósfera cuidada y una actriz aterradora, aunque no se puede evitar una sensación de deja vu durante su visionado. Genius Party Beyond, recoge varios cortos de animación de promesas del Japón y es muy irregular. Yatterman es la última locura de Takeshi Miike, una adaptación de un manga japonés de humor demencial y estética artificial que gustará a los fans de este director discutible. En la sección Seven Chances se pasó la película de animación Mary and Max, una historia de inadaptados sociales tan tierna como satírica de la que se esperaba bastante más. Para terminar con este apartado, citar al director Tsukamoto y su versión americana de su punk Tetsuo, mucho más comercial que la original, que era una película imprescindible y al mismo tiempo infumable, la actual versión, adaptada en parte a los gustos americanos se queda un poco en terreno de nadie.















MALAS

En este último apartado, advertir sobre algunas películas que según mi opinión eran malas o muy decepcionantes. Quizás la más decepcionante fue Visage de Tsai Ming-liang, un director que hace años había exhibido en Sitges la espléndida El sabor de la sandía y que tiene en su haber obras maestras como The Hole. En esta ocasión plantea una película sin ningún hilo argumental, sin sentimientos, en que homenajea la novelle vague y su propio cine y que apela a la belleza de las imágenes como único reclamo. Sin embargo, tan solo   algunas secuencias (quizás las interpretadas por Laetitia Casta) se me antojan bellas. Todo esto y la larga duración de la película hace que su visionado sea realmente aburrido y vacuo. Grace, sobre una embarazada que pierde a su bebé,o no, en un accidente, se vendía como la película salvaje del festival y era una cinta de serie "B" hecha con poca gracia, alargando una anécdota hasta el extremo sin ningún tipo de tensión ni divertimento. Tampoco me gustó nada, y sé que aquí voy en contra de muchos, Summer Wars, un anime que según mi opinión copia elementos del cine de Miyazaky sin su ternura y los mezcla con temas de Kon sin su talento. No aporta nada y aburre en la mayoría de su metraje. Bronson, es una película inglesa sobre un preso muy famoso y muy violento que nadie debería perder el tiempo en ver. Heartless, es una película con ambiente interesante pero claramente fallida y decepcionante en su planteamiento y su resolución. Paranormal Activity es basura. Siguiendo la estela de la espléndida y terrorífica El proyecto de la bruja de Blair, es una película estúpida que no produce terror ni nada. Una película que se sustenta en su campaña de marqueting y que tiene cero en talento. También se lo debería de hacer mirar Coppola, ya que viendo el despropósito que es Youth without youth, uno entiende el porqué un cineasta de su categoría tenía una película sin estrenar. De Samurai Princess, una película de gore japonés mejor no hablar. Cutre, sin ritmo, sin guión lógico, lo mejor es no topar nunca con ella. Creerme, no os dejeis engañar por su sugerente cartel. Huid. Me he reservado para el final Zombieland, que ganó en el festival el premio del público. La película es una comedia de zombies estúpida y con muy poca gracia, apenas la secuencia con Bill Murray se salva de la quema, que en cualquier caso puedo entender que guste a la gente, o a alguna gente. Que gane el premio del público con las grandes películas que había este año ya me preocupa mucho más, ya que me hace ver que el público que llena las salas de Sitges, en su mayoría, no está demasiado lejos del nivel cinéfilo del resto de la población, en su mayoría semianalfabeto. En fin, quizás ésta también sea la gracia de un festival único, festivo, divertido, culto, freak, con caracter, en progreso y que este año ha celebrado con diferencia la mejor edición que yo recuerdo. Nos vemos allí de nuevo en octubre del 2010.